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La dimisión de Petev, el último ejemplo de que los ultras continúan mandando
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ABANDONÓ TRAS SER AMENAZADO

La dimisión de Petev, el último ejemplo de que los ultras continúan mandando

Los ultras del Levski de Sofía irrumpieron este martes en la presentación de Ivaylo Petev para exigir la dimisión como entrenador del equipo búlgaro

Foto: Imagen de los ultras del Levski durante un encuentro (cordonpress).
Imagen de los ultras del Levski durante un encuentro (cordonpress).

Los ultras del Levski de Sofía irrumpieron este martes en la presentación de Ivaylo Petev para exigir la dimisión como entrenador del equipo búlgaro. Bajo la amenaza de “quítate la camiseta o te la quitamos nosotros”, los ultras se fueron amontonando uno a uno ataviados con capuchas en tono desafiante. 24 horas después de obligar al entrenador a quitarse la sudadera oficial del equipo, Peteve renunciaba a ocupar el puesto “por la situación actual” según declaró el presidente del club búlgaro, Todor Batkov.

En España no se ha llegado al extremo de provocar la dimisión de un entrenador, pero si ha habido enfrentamientos con la facción más radical de la hinchada. El más sonado es el sucedido en mayo de 2005 en las instalaciones del Atlético de Madrid en el Cerro del Espino, en Majadahonda. El equipo entonces entrenado por César Ferrando estaba finalizando la sesión preparatoria cuando un grupo del Frente Atlético asaltaba el campo de entrenamiento donde se ejercitaban los jugadores rojiblancos. Tapados con pasamontañas, se acercaron a los jugadores y comenzaron a insultarles. Sólo Leo Franco y el entonces capitán, Fernando Torres, se dirigieron a los hinchas para intentar calmar la situación. La situación no pasó a mayores.

Más recientemente también se vivieron momentos dramáticos en el extinto Xerez Deportivo. Un grupo de fanáticos exasperados por la situación del club, descendido de Segunda a Tercera por impagos, asaltaron la sede del club armados con palos provocando daños en mesas, ordenadores y cristales. Aunque el acto se quedó en un hecho aislado, volvió a evidenciar las dificultades que tienen los clubs para controlar a las facciones más extremas de su masa social.

Aunque estas acciones violentas y que se alejan totalmente de lo puramente deportivo, esta intromisión de los ultras en el devenir de la entidad deportiva es mucho más habitual en Argentina. Allí, los denominados ‘barras bravas’ tienen una influencia total. En 2005, el portero del Colón de Santa Fe, Laureano Tombolini, reconocía en declaraciones a Radio del Plata, el pago de una determinada cantidad de dinero para la ‘barra brava’ de su equipo. "Aunque nadie quiera admitirlo, en todos los clubes se reúne dinero para la barra brava. Uno lo hace para tener seguridad. No sé qué pasaría si dejáramos de aportarlo, pero uno piensa en su familia y agacha la cabeza por temor a que atenten contra los seres queridos", declaraba Tombolini. En aquel año, el futbolista fue amenazado tras tres derrotas consecutivas que sufrió su equipo.

En los últimos tiempos, equipos como el FC Barcelona tomaron medidas contra su grupo más radical, los Boixos Nois, limitando su presencia, en un ejemplo de la necesidad de controlar a esta parte de la afición que muchas veces confunde su función dentro de una entidad.

Los ultras del Levski de Sofía irrumpieron este martes en la presentación de Ivaylo Petev para exigir la dimisión como entrenador del equipo búlgaro. Bajo la amenaza de “quítate la camiseta o te la quitamos nosotros”, los ultras se fueron amontonando uno a uno ataviados con capuchas en tono desafiante. 24 horas después de obligar al entrenador a quitarse la sudadera oficial del equipo, Peteve renunciaba a ocupar el puesto “por la situación actual” según declaró el presidente del club búlgaro, Todor Batkov.

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