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Los pitos a Mourinho quedaron en un segundo plano con un Bernabéu entregado a CR7
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EL TÉCNICO LANZÓ CON RABIA UN BALÓN AL TÚNEL DE VESTUARIOS

Los pitos a Mourinho quedaron en un segundo plano con un Bernabéu entregado a CR7

Todos los focos apuntaban a la grada del Bernabéu y a su respuesta ante la aparición de José Mourinho. Se presumía que iba a ser el

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Los pitos a Mourinho quedaron en un segundo plano con un Bernabéu entregado a CR7

Todos los focos apuntaban a la grada del Bernabéu y a su respuesta ante la aparición de José Mourinho. Se presumía que iba a ser el protagonista, pero al final la noche giró alrededor de otro portugués. Y es que Cristiano Ronaldo logró poner a todo el mundo de acuerdo y logró que el protagonismo de Mou pasara a mejor vida. Sus tres goles, su fe, su ambición y las ganas de comerse el mundo, valieron para derrotar al Celta y para cerrar por el momento la herida que todavía está latente entre el madridismo y que tiene como protagonistas al entrenador y al capitán.

El técnico, tal y como sucedió ante la Real Sociedad, fue abucheado en cada ocasión en la que asomaba la cabeza durante la primera mitad. Cierto es que los pitos se mezclaban con algunos aplausos, pero las críticas hacia el ex del Inter eran mayoría en el estadio madridista, que en el momento de anunciar su nombre por la megafonía fue mayoritaria. Por contra, el nombre de Iker Casillas fue coreado antes y durante el partido, dejando patente que la afición del Real Madrid está con el campeón del mundo. La mayoría de la afición no han entendido esta nueva batalla abierta por el entrenador y así se lo han hecho saber.

El primer gol de Ronaldo, logrado a los dos minutos, hizo que la tensión que se vivía se rebajara un tanto. Mourinho se asomaba poco por la respuesta que obtenía. Se le veía enfadado, tenso. Las decisiones de Ayza Gámez, muchas de ellas equivocadas, le hicieron perder los nervios. Tanto que en una de las ocasiones, no mostrar una tarjeta roja a Túñez, hizo suyo un balón  que golpeó con dirección al vestuario ante la atónita mirada de un empleado blanco. Estaba de los nervios ante el recital del árbitro.

Tras la plácida primera mitad que vivió su equipo, la inquietud se apoderó de la grada y del banquillo del Bernabéu, que tuvo su momento álgido con la expulsión de Sergio Ramos. Casillas tenía guardada alguna de sus habituales paradas para dar la razón a los aficionados madridistas que coreaban su nombre. El capitán volvió a cumplir con su obligación que no es otra que salvar a su equipo.

Cristiano evita problemas

La explosión final de Cristiano Ronaldo logró que los pitos iniciales con los que el estadio blanco recibió al técnico, se convirtieran en loas al delantero portugués que consiguió dar la vuelta a una situación que empezaba a tornarse en preocupante. CR7 quería una demostración de cariño y la tuvo ante el Celta. El Bernabéu se rindió a su juego, sus goles y su profesionalidad, pidiendo el Balón de Oro para su jugador, que logró su hat-trick número 18 desde que es jugador del Real Madrid, a tan solo uno de Puskas.

Además, Ronaldo tuvo el detalle de acercarse al vestuario del Celta para ver cómo se encontraba Hugo Mallo. "Me siento querido por la afición y de esa manera juego mejor. Estoy muy motivado. Mucho. Espero poder ayudar al Real Madrid a conseguir sus objetivos de la temporada que son la Copa y la Champions. El míster se va a quedar. Todavía tenemos mucho que ganar esta temporada. Es el que manda y espero que la afición lo entienda y anime al míster. Ya basta. La gente ya ha dicho lo que piensan del entrenador pero ya está bien. Ahora hay que animar".

Todos los focos apuntaban a la grada del Bernabéu y a su respuesta ante la aparición de José Mourinho. Se presumía que iba a ser el protagonista, pero al final la noche giró alrededor de otro portugués. Y es que Cristiano Ronaldo logró poner a todo el mundo de acuerdo y logró que el protagonismo de Mou pasara a mejor vida. Sus tres goles, su fe, su ambición y las ganas de comerse el mundo, valieron para derrotar al Celta y para cerrar por el momento la herida que todavía está latente entre el madridismo y que tiene como protagonistas al entrenador y al capitán.

José Mourinho Santiago Bernabéu