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Ni Florentino Pérez le echa, ni Mourinho dimite: el Bernabéu ejecutará la suerte del portugués
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EL TÉCNICO DEL REAL MADRID SE SIENTE RESPALDADO ANTE LA SUPLENCIA DE CASILLAS

Ni Florentino Pérez le echa, ni Mourinho dimite: el Bernabéu ejecutará la suerte del portugués

Florentino Pérez pondrá mañana rumbo hacia Pekín. Le esperan asuntos profesionales y alguno que otro relacionado con el Real Madrid, pero lo hará con José Mourinho

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Ni Florentino Pérez le echa, ni Mourinho dimite: el Bernabéu ejecutará la suerte del portugués

Florentino Pérez pondrá mañana rumbo hacia Pekín. Le esperan asuntos profesionales y alguno que otro relacionado con el Real Madrid, pero lo hará con José Mourinho como entrenador del Real Madrid. El presidente ratificó el pasado miércoles al técnico en el cara a cara que mantuvieron en las oficinas de ACS a las ocho de la mañana y nada le ha hecho cambiar de idea. Ni las críticas periodísticas, ni el detalle de sentar a Casillas, ni la deficiente imagen que ofreció el equipo en Málaga sumando la séptima derrota de la temporada, le han hecho cambiar la decisión de seguir apoyando al técnico portugués, según confirmaron a El Confidencial fuentes autorizadas del Real Madrid. Sólo una reacción contraria del Santiago Bernabéu en el próximo partido de Liga, el 6 de enero, podría llevar al máximo mandatario blanco a cesar las funciones del ex del Inter, algo que el propio entrenador sabe que no va a ocurrir.

Mourinho tampoco piensa en un adiós precipitado. No va con su estilo ganador y orgulloso. Es consciente que el vestuario se le ha ido de las manos, pero su ideario habla de que no se puede permitir una huida en la derrota. El portugués se marchará, pero lo hará con la victoria y no con la derrota, algo que hizo en Oporto e Inter. Otra cosa muy diferente es que las derrotas y el mal ambiente le terminen por condenar, algo que terminó pasando en el Chelsea. Hasta en los peores momentos se llegó a escuchar al nombre de Alberto Toril como alternativa, algo que quedó descartado, por el momento, por la continuidad del portugués. 

El entrenador se siente seguro. Sabe que el presidente le respalda, pero también es consciente de que la situación no la tiene bajo control, que el panorama es otro muy diferente al del pasado verano cuando creía que la plantilla estaba con él. Ahora busca golpes de efecto, tocar el orgullo de los pesos pesados de la plantilla como Casillas y Sergio Ramos, pero los jugadores piensan que utiliza la táctica equivocada. El castigo al capitán ha sido todo un desafío al orden establecido, pero lo hizo al comprobar que el presidente le respaldaba tras la cita del pasado miércoles. 

Tal y como ocurrió con la suplencia de Sergio Ramos ante el Manchester City, la de Casillas ante el Málaga no ha sido otra cosa que un castigo. Por cierto, ambos pasarán por el despacho de Florentino al regreso de las vacaciones. El encuentro estaba previsto antes de la derrota de La Rosaleda, pero ahora ha adquirido mayor relevancia. El primer asunto era hablar de las primas de la presente temporada, cuestión que se ha convertido en telonera.

El portugués busca meter presión al capitán, tal y como lo pretendió hacer el pasado verano, buscando meter un portero de mayor rango ante el deseo de Adán de buscarse la vida lejos del Real Madrid. Al final no encontró ninguna alternativa. En estos momentos no piensa, como dijo, que el segundo portero esté mejor que Casillas. Ha querido dar un toque y demostrar que sigue siendo el jefe, el que manda en el vestuario por encima de los jugadores, algo que éstos han puesto en duda en las últimas semanas sobre el terreno de juego. 

Mourinho también se siente seguro con la respuesta del Bernabéu, pero no es consciente que la afición del Real Madrid no perdona estar a 16 puntos del Barcelona y a siete del Atlético. Los Ultra Sur y otros muchos le seguirán apoyando, pero el plebiscito ya está montado ante la ausencia de decisiones de Florentino Pérez en los próximos días. Los socios tendrán la palabra, primero el día 6 ante la Real Sociedad, y después, el miércoles, ante el Celta en la Copa del Rey. Un nuevo fallo sería mortal de necesidad para Mourinho, que sabe que la afición es la única que puede echarle de su puesto.

Florentino Pérez pondrá mañana rumbo hacia Pekín. Le esperan asuntos profesionales y alguno que otro relacionado con el Real Madrid, pero lo hará con José Mourinho como entrenador del Real Madrid. El presidente ratificó el pasado miércoles al técnico en el cara a cara que mantuvieron en las oficinas de ACS a las ocho de la mañana y nada le ha hecho cambiar de idea. Ni las críticas periodísticas, ni el detalle de sentar a Casillas, ni la deficiente imagen que ofreció el equipo en Málaga sumando la séptima derrota de la temporada, le han hecho cambiar la decisión de seguir apoyando al técnico portugués, según confirmaron a El Confidencial fuentes autorizadas del Real Madrid. Sólo una reacción contraria del Santiago Bernabéu en el próximo partido de Liga, el 6 de enero, podría llevar al máximo mandatario blanco a cesar las funciones del ex del Inter, algo que el propio entrenador sabe que no va a ocurrir.

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