Cristiano, una estrella que se desenvuelve igual de bien en el campo y ante los micrófonos

Para bien o para mal, Cristiano Ronaldo es un personaje que atrae tanto a detractores como a seguidores. El portugués se ha convertido en una auténtica estrella del fútbol y vive en una permanente batalla con Messi por coronarse como el mejor jugador del mundo... aunque en alguna ocasión él mismo haya afirmado que ya lo es. Y es que Cristiano se desenvuelve igual de bien en el área de sus rivales que ante los micrófonos y aunque no es un habitual en las zonas mixtas de los estadios, cuando habla es que habla de verdad. El año en el que el Real Madrid arrebató al Barcelona la supremacía ganando la Liga da sus últimos coletazos y echando la vista atrás, Cristiano ha trabajado duro para seguir aumentando su lista de frases más célebres.

Amado y odiado a partes iguales, el delantero portugués no tiene reparos a la hora de expresar lo que piensa. Lo hace sin tapujos. Muchos de sus compañeros se han explayado en las redes sociales pero Cristiano ha preferido medir sus apariciones ante los medios. El año que nos deja ha estado marcado por la Eurocopa aunque antes de que las mejores selecciones del 'Viejo Continente' midieran fuerzas, el Real Madrid se alzó con el campeonato liguero pero esto no valió para que el portugués ganase el ‘Pichichi’ que fue para Leo Messi. El argentino ha estado presente en la mayoría de las frases que han salido de los labios de Cristiano porque la batalla que mantienen ambos traspasa las fronteras de los terrenos de juego aunque el portugués ya se considera ganador: “Hay gente que dice que yo soy mejor y otros que dicen que es él pero al final del día ellos van a decidir quién es el mejor del momento. Yo creo que soy yo”. Y cuando Portugal pasaba por su momento más flojo en la fase de grupos de la pasada Eurocopa, los aficionados daneses comenzaron a corear el nombre del argentino. Cristiano no se lo pensó dos veces: “¿Sabe dónde estaba Messi a estas alturas? ¿Lo sabe? Estaba siendo eliminado en la Copa América. Creo que es peor, ¿no? Yo estoy feliz de estar aquí”.

A lo largo de 2012, el Real Madrid y Portugal han visitado muchos estadios, se han enfrentado a múltiples rivales y a sus seguidores. La eterna pugna entre Cristiano y Messi es conocida en todos los rincones y las aficiones rivales la utilizan para intentar debilitar al portugués coreando el nombre del jugador azulgrana. Un buen día, Cristiano se cansó de escuchar esos cánticos y comentó que “es cosa de algunos anormales” mientras que tras enfrentarse a Chipre y volver a oír el nombre de Messi afirmó: “Yo sé que al que le gusta el fútbol, le gusto yo”. Eso sí, Cristiano Ronaldo es consciente de que no gusta a todo el mundo: “Si Dios no agrada a todo el mundo, ¿cómo lo voy a conseguir yo?”. 

El astro portugués tiene confianza ciega en sí mismo, se conoce bien, es consciente de sus virtudes y, a veces, se olvida de apuntar sus fallos como cuando puso nota a la actuación de su equipo y a la suya: “A mi equipo le doy un nueve y a mí, un diez”. Y con enero a la vuelta de la esquina con el Balón de Oro en el horizonte, Cristiano no dudó a la hora de afirmar que “si pudiera, me votaría a mí mismo. Demasiada humildad no es buena”. Tanta seguridad choca con la que, sin duda, puede convertirse en la frase más famosa del portugués en 2012. Llegó a principios de septiembre después de golear al Granada (3-0) con un par de tantos de Cristiano que el delantero no celebró. Después del partido, lejos de atravesar la zona mixta velozmente, salió con gesto serio, se colocó ante los medios y pronunció las dos palabras que más repercusión han tenido desde entonces: “Estoy triste”.

El mejor del mundo

La soltura de Cristiano Ronaldo ante los micrófonos quedó patente desde que aterrizó en el Santiago Bernabéu: “Creo que 96 millones es una cifra justa. Si el Manchester y el Real Madrid acordaron esa cantidad no hay nada más que hablar. Los grandes futbolistas cuestan mucho dinero y si los quieres, tienes que pagar”. Lo cierto es que el portugués no se considera un gran jugador sino el mejor del mundo. ¿Y después de él? Nadie más, sólo Cristiano: “Soy el primer, el segundo y el tercer mejor jugador del mundo”. Y tanta calidad acumulada en sus botas, despierta sentimientos negativos en el resto: “Me tienen envidia porque soy guapo, rico y buen jugador. No hay otra explicación”. Cristiano, genio y figura con un balón en los pies o ante un micrófono.