Seis meses para poner fin al calvario de Llorente

Esta semana confesó que se marchará del Athletic el próximo 30 de junio, cuando finalice su relación contractual con el Athletic. Una decisión meditada y pensada después de que el pasado 2 de agosto, en el primer partido de la temporada en San Mamés frente al Slaven, en la Europa League, recibiera silbidos por parte de la afición. Una situación que no ha hecho más que empeorar con el paso del tiempo y que ha sumergido a Fernando Llorente en un auténtico calvario. El pasado jueves, en la despedida europea de La Catedral antes de su demolición, recibió una sonora pitada cada vez que tocaba el balón frente al Sparta de Praga (0-0). Un trance tan incómodo que el delantero rojiblanco tuvo que ser sustituido al descanso.

Mañana frente al Celta (17.00 horas, Canal Plus Liga y GolT) volverá a repetirse la situación si Marcelo Bielsa decide darle minutos. Y así, seis meses más hasta poner fin a un martirio que tiene al jugador internacional sumergido en la tristeza.

La situación se volvió insostenible cuando Fernando Llorente regresó de la Eurocopa, después de ganarla con la selección española. Con la marcha de Javi Martínez al Bayern Múnich tras desembolsar 40 millones de euros el club alemán, Llorente quiso seguir el mismo camino que su compañero para crecer deportivamente, pero se topó con la negativa del Athletic a rebajar su cláusula de rescisión y los silbidos de una parte de la afición a la que no le gusta que su jugador vista la camiseta de la selección española.

Hasta entonces titular indiscutible, el delantero rojiblanco pasó a la suplencia en los planes de Bielsa, con quien tuvo una discusión pública en un entrenamiento que terminó con el jugador en el vestuario.

Tampoco Josu Urrutia, presidente del Athletic, ayudó porque desde el club se filtraron las largas negociaciones que mantuvieron ambas partes para la salida de Llorente.