Sandro Rosell se arrepiente de no haber vendido a Dani Alves al Manchester City el pasado verano

Sandro Rosell está arrepentido. Enero de 2011. Dani Alves se presenta en las oficinas del Camp Nou acompañado de Macanás, su nuevo agente sustituyendo a Rodri, con una oferta por escrito del Manchester City que superaba los seis millones de euros por temporada. Dos meses después, el brasileño firma un nuevo contrato con el Barcelona que se extiende hasta el 30 de junio de 2015. Verano de 2012. Nueva llamada del Manchester City que, en esta ocasión en su búsqueda de un lateral derecho de garantías, acude por la vía legal y llama, a través de un agente, a las puertas del despacho del presidente azulgrana para realizar una oferta por el fichaje del lateral. Ni respuesta obtuvieron.

Seis meses después, el presidente azulgrana todavía continúa preguntándose el motivo por el que no escuchó la llamada del jeque Mansour Bin Zayed Al-Nahyan; y más sabiendo que Montoya ya estaba en condiciones de ser titular, tal y como está demostrando en las muchas oportunidades de las que está gozando en lo que va de temporada. El City fichó a Maicon el pasado verano, ante la negativa recibida, con irregular productividad también.

El rendimiento de Alves ha caído en picado en los últimos meses. Algunos apuntan que desde el momento en el que firmó la renovación. Otros, desde que se separó de su mujer y decidió priorizar otro tipo de vida que no la estrictamente profesional. Lo cierto es que en el Barcelona ya están cansados de las continuas lesiones que el lateral está sufriendo desde hace un año. Desde que se inició la temporada, ya ha padecido cuatro problemas musculares. El último lo sufrió hace dos semanas en el bíceps femoral de la pierna derecha, sumando ya dos meses de baja.

En la Ciudad Condal apuntan a que el verdadero motivo por el que Dani Alves sigue en el Barcelona tiene que ver y mucho con la salida de Guardiola. El exentrenador azulgrana ya tenía señalado al brasileño, pero su adiós al Camp Nou posibilitó que tanto Vilanova como Rosell dieran una nueva oportunidad al ex del Sevilla. El problema que se han encontrado no es otro que la dudosa respuesta del defensa  que, según afirman, sigue manteniéndose alejado de la vida que debe llevar un deportista de alto nivel. Alves sabe que, con 29 años, tiene que cambiar y mejorar su tono físico porque, en caso contrario, su fútbol se resentirá, tal y como está sucediendo desde que se inició 2012.