Marcelo Bielsa pierde la magia y los jugadores del Athletic sólo escuchan silbidos en San Mamés

La llegada de Marcelo Bielsa a San Mamés trajo ilusión y aires nuevos. El camino del equipo vasco no fue de rosas; los inicios fueron complicados pero a medida que el argentino lograba que sus jugadores asimilasen su visión del fútbol las cosas mejoraron hasta el punto de enamorar a Europa entera. La actuación del Athletic Club en Old Trafford o en San Mamés frente al Schalke de Raúl sirvió para que el ‘Viejo Continente’ se rindiera ante Bielsa y sus jugadores. Los elogios, las alabanzas y los reconocimientos llegaban desde todos los rincones y a pesar de hacer en la final frente al Atlético de Madrid y repetir la misma amarga experiencia en Copa con el Barcelona como rival, nadie dudaba del buen sabor de boca que había dejado el conjunto bilbaíno. Sólo ha hecho falta un verano caótico y un lamentable inicio de temporada para que la magia se evaporase.

Nada hacía presagiar que la situación iba a dar un giro de 180 grados. Igual que desapareció la magia lo hizo la tranquilidad y la pretemporada empezó con dos noticias que llegaron como dos jarros de agua fría: Fernando Llorente anunciaba que no renovaba con el club y Javi Martínez escuchaba ofertas para poner en marcha su salida del Athletic Club. El primero no encontró un equipo que pusiera los 36 millones de su cláusula de rescisión y Marcelo Bielsa ha hecho del banquillo su sitio habitual mientras que el segundo tuvo mejor suerte. El Bayern de Múnich apostó fuerte por Javi Martínez pero éste salió por la puerta de atrás del club bilbaíno. Marcelo Bielsa perdía dos de sus piezas claves a lo que hay que añadir el dudoso comportamiento de Muniain que se ha visto obligado a pedir perdón a la Sub 21 si quería seguir siendo convocado por Luis Milla. La situación convulsa ha salpicado a todos y ayer Iker, uno de los ídolos de San Mamés, escuchó los pitos de su afición cuando fue cambiado.

Marcelo Bielsa ha pasado de héroe a villano. La forma de entender el fútbol del argentino es distinta igual que sus métodos y sus formas. Este verano, el entrenador tampoco se libró de la polémica cuando zarandeó al jefe de obra que dirigía las reformas de Lezama, la ciudad deportiva del Athletic Club. Bielsa entendía que el club estaba siendo estafado y que las obras deberían haber estado terminadas para la fecha designada para comenzar la pretemporada del equipo. Posteriormente, tuvo que salir a pedir disculpas por el episodio protagonizado. 

Y de remate, las filtraciones

A pesar de que el argentino mantiene que no tiene problemas con la plantilla y la directiva, lo cierto es que existe una relación de conveniencia por bien del club. Y en medio de este caos, empezó la temporada. El Athletic no conseguía aislarse de todo lo que sucedía alrededor y el rumbo era impreciso en Liga y en la Europa League de la que casi se despidieron ayer después de caer derrotados ante el Olympique de Lyon con los pitos de San Mamés de fondo. Y por si todo esto no fuera suficiente, surgieron una serie de filtraciones de la charla que mantuvo Bielsa con sus jugadores tras la Copa del Rey que perdieron frente al Barcelona. En dichas grabaciones, el argentino les culpaba de lo sucedido, aseguraba que había echado por tierra la temporada sin tener en cuenta a la afición porque había obrado como “niños millonarios”.

A dos puntos del descenso en Liga (son 14º con 11 puntos tras perder cinco partidos, empatar dos y ganar tres), con un empate a cero frente a Eibar en la Copa y con pie y medio fuera de la Europa League, la competición que les consagró la temporada pasada, las cosas no parecen mejorar en San Mamés.