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Jürgen Klopp, el técnico del pueblo, el amante del fútbol de la calle
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SU CERCANÍA Y ÉXITOS LE HAN COLOCADO COMO EL FAVORITO DE TODA ALEMANIA

Jürgen Klopp, el técnico del pueblo, el amante del fútbol de la calle

Jürgen Klopp (45 años) llegó de puntillas al banquillo del Borussia Dortmund en 2008 y con la única experiencia de su paso por el Mainz ha

Foto: Jürgen Klopp, el técnico del pueblo, el amante del fútbol de la calle
Jürgen Klopp, el técnico del pueblo, el amante del fútbol de la calle

Jürgen Klopp (45 años) llegó de puntillas al banquillo del Borussia Dortmund en 2008 y con la única experiencia de su paso por el Mainz ha sido capaz de hacer que el equipo alemán pase de coquetear con el descenso a entrar en Europa primero, para, después, conquistar las dos últimas Bundesligas. Y su método fue sencillo: juventud, cantera y fútbol ofensivo. Cierto es que la delicada situación económica del club no le permitía otra pero acertó de pleno con sus planteamientos. Dio la vuelta al equipo hasta el punto de apostar por jóvenes como Sahin, Hummels, Götze o, el ya jugador del Manchester United, Kagawa, capaces de romper la supremacía del todopoderoso Bayern. Esa apuesta ha sido recogida en más de una ocasión por Angela Merkel como ejemplo a seguir. La canciller alemana quiere que su Alemania sea como el Borussia: joven y arriesgado. "Mi equipo sirve para enterrar viejos fantasmas del pasado alemán", comenta Merkel.

Klopp es todo cercanía, proximidad, espontaneidad, la misma que le llevó ayer a bromear con el ya legendario episodio de la portería del fondo sur de hace catorce años. Aficionado e incluso periodista que se acerca a él, obtiene respuesta e incluso café o cerveza si la situación acompaña. La Ciudad Deportiva del Borussia Dortmund se ha convertido en centro de reunión de los seguidores del actual campeón alemán. Le gusta conocer de primera mano lo que piensa la gente de él, de su equipo, de lo que hace bien o mal. Le gusta que le examinen al detalle como él hace con los rivales. Los desmenuza por completo, tanto que prepara vídeos para que sus jugadores en el descanso vean movimientos de los contrarios.  Y es que un auténtico maniático de la tecnología y la psicología. En su manera de llevar el grupo y todo lo que le rodea mucho tiene que ver su completa formación académica con dos títulos universitarios a sus espaldas.

Futbolista de segunda fila, nunca llegó a jugar en la primera división alemana ni como delantero ni como central, esa frescura que quiere dar a todo lo que hace, le llevó a estar señalado en sus inicios en el banquillo del equipo de la cuenca del Rhur. Y es que no se sorprendan si hoy el Borussia Dortmund marca un gol y Klopp es el primero, vestido en chándal por supuesto, en abrazar al autor del gol o en darse una carrera por toda la banda del Bernabéu. El éxito y los resultados han conseguido cambiar el rumbo de las críticas. Tanto es así, que en Alemania le sitúan como relevo en el banquillo de la selección alemana de un cansado Joachim Löw, dicen que frustrado ante la superioridad española. Su contrato termina en junio de 2014, momento en el que Löw parece decidido a decir adiós al combinado teutón.

Esa manera de ser le ha llevado a granjearse una gran popularidad en Alemania, algo que también ha contribuido su matrimonio con una autora de libros infantiles. Esa imagen le ha llevado a ser pieza codiciada por la marcas comerciales que quieren asociarse al técnico del Borussia Dortmund, colocándose en el ránking por delante de Beckembauer. Por algo es el entrenador de la calle, tal y como anuncia la gorra que solo se quita para los partidos de la Champions por exigencia de la UEFA. 

Jürgen Klopp (45 años) llegó de puntillas al banquillo del Borussia Dortmund en 2008 y con la única experiencia de su paso por el Mainz ha sido capaz de hacer que el equipo alemán pase de coquetear con el descenso a entrar en Europa primero, para, después, conquistar las dos últimas Bundesligas. Y su método fue sencillo: juventud, cantera y fútbol ofensivo. Cierto es que la delicada situación económica del club no le permitía otra pero acertó de pleno con sus planteamientos. Dio la vuelta al equipo hasta el punto de apostar por jóvenes como Sahin, Hummels, Götze o, el ya jugador del Manchester United, Kagawa, capaces de romper la supremacía del todopoderoso Bayern. Esa apuesta ha sido recogida en más de una ocasión por Angela Merkel como ejemplo a seguir. La canciller alemana quiere que su Alemania sea como el Borussia: joven y arriesgado. "Mi equipo sirve para enterrar viejos fantasmas del pasado alemán", comenta Merkel.

Jürgen Klopp