El Real Madrid salva un punto y muestra indicios de que Mourinho no encuentra soluciones

El Real Madrid de Mourinho volvió a salvarse sobre la bocina. A ocho puntos del Barcelona en Liga, una segunda derrota consecutiva en Champions ante el Borussia Dortmund habría dejado al portugués tocado. No soporta la derrota, ni verse lejos del primer lugar, por lo que otro tropiezo podría haber tenido consecuencias muy dolorosas. El gol de Özil en el minuto 88, en clara colaboración con Weidenfeller, significó el empate y el alivio para el madridismo que veía como se ponía en peligro la ansiada y deseada décima Copa de Europa. Cierto es que minutos antes la tuvieron Ronaldo y Callejón pero la sensación que transmitió el Real Madrid no fue buena y durante muchos minutos estuvo a merced del campeón de la Bundesliga, especialmente durante la primera mitad.

El equipo de Mourinho lleva toda la temporada sin encontrar el ritmo, el juego que le llevó a arrasar en la pasada Liga. Sus jugadores han perdido intensidad, han bajado esa energía, ese derroche físico que les diferenciaba del resto. Sin ese despliegue, el equipo blanco se vuelve vulgar, al menos cuando tiene que pisar territorio europeo. El Manchester City avisó de lo que venía allá por el mes de septiembre pero la aparición final de Cristiano Ronaldo evitó la derrota, algo que no ha sucedido en el doble enfrentamiento ante el campeón alemán. Al menos, ayer fue Özil y el nuevo traspiés del Manchester City ante el Ajax los que salvaron los muebles. El Borussia Dortmund fue superior en el Westfalenstadion y lo ha sido en el Bernabéu. Tal y como sucedió hace dos semanas, lo que muestran los de Mourinho no es suficiente argumento para pelear por lo máximo en Europa. 

De salida el Real Madrid pareció querer poner algo más de intensidad que a los últimos partidos de Liga pero el Borussia Dortmund tardó diez minutos en sobreponerse al escenario y a la presión madridista que instantes después se volvió plana y sin profundidad. Antes, un par de avisos. Uno de Higuaín y otro de Modric, pero en cuanto los alemanes se acordaron eso de presionar a Xabi Alonso y dejar con cierta libertad a un inofensivo Modric, el control del juego fue suyo. La empezaron a tocar con Kehl y Göetze en plan mandones, ejerciendo de tiranos, pero con clase. En cuanto la tocaron tres veces seguidas aparecieron las ocasiones. La primera de Lewandowski y Schmelzer a la par. En el minuto catorce la tuvo Grosskreutz tras otra genialidad de Göetze que ya mandaba en el partido y empezaba a transmitir una sensación de superioridad tremenda.

Reus da el primer susto, Pepe contesta

 

El control del juego era alemán. El amarillo mandaba a partir de la presión que ejercían sobre el centro de campo blanco. A partir de ahí creaban, llegaban y buscaban la banda izquierda del Real Madrid. En esta ocasión no estaba Essien pero sí Arbeloa que, fuera de sitio, se veía superado por Reus, el fichaje más caro de la historia del Borussia Dortmund, por el que pagó 18 millones de euros el verano pasado. La ecuación parecía sencilla pero práctica y eficaz al máximo. Y así llegó el primer tanto de los alemanes. Toque de Göetze, perfecta dejada de cabeza de Lewandowski y tremenda aparición de Reus para dejar atrás a Arbeloa y batir a un Casillas que quizás pudo hacer más. 

El Real Madrid se tambaleaba. El gol del minuto 28 dejó sin aire a los blancos pero como ya han demostrado otras muchas veces, sacan petróleo del primer charco de agua que ven. Esta vez fue Pepe. El portugués se elevó por encima de todos, comiéndose a la defensa alemana cuatro minutos después para igualar el marcador. Nadie se creía lo que acababa de ver pero el fútbol tiene estas cosas.  Los de Klopp no se asustaron y siguieron con idéntico planteamiento. Reus era la pesadilla con la que Arbeloa soñará durante mucho tiempo. En el minuto 41 la tuvo pero apareció Varane para solucionar el problema algo que no pudo hacer con la aparición de Göetze que batió a Casillas rompiendo a la defensa blanca por el centro. Pitos al descanso. El marcador en contra, asustaba a todo el mundo.

Özil permite respirar

Mourinho decidió dar entrada a Callejón y Essien tras el descanso. El primero entró en lugar del lesionado Higuaín mientras que el de Ghana por el ausente Modric. Y fue el mediocentro el que imprimió algo de ritmo mientras que el ex del Espanyol le ponía verticalidad y ganas. Así marcó nada más iniciarse la segunda parte aunque su gol fuera anulado. El Real Madrid estaba más metido en el partido pero tampoco asustaba a unos alemanes que ya notaban el paso de los minutos y el desgaste de presionar al equipo blanco por todo el campo. El empate se atisbaba pero más por el empuje blanco que por el juego de los madridistas. Weidenfeller lo evitó ante CR7 y minutos después Geosskreuts ante un tímido disparo de Callejón pero lo que nadie contaba era que el portero alemán iba a regalar el tanto de la igualada. Un lanzamiento de falta de Özil terminó en la red cuando el disparo no parecía entrañar mucho peligro, cerrando el partido y dejando con las ganas a la afición blanca que se repitiera la historia vivida ante el Manchester City. Esta vez se quedó en empate. Bueno para el Real Madrid.

Ficha técnica

Real Madrid: Casillas; Ramos, Pepe, Varane, Arbeloa (Kaká, m.77); Xabi Alonso, Modric (Essien, m.46); Di María, Ozil, Cristiano e Higuaín (Callejón, m.46).

Borussia Dortmund: Weidenfeller; Piszczek, Subotic, Hummels, Schmelzer; Kehl, Gundogan (Perisic, m.80); Reus (Bender, m.74), Gotze (Leitner, m.90), Grosskreutz y Lewandowski.

Goles: 0-1, m.28: Reus; 1-1, m.35: Pepe; 1-2, m.45: Arbeloa, en propia puerta.

Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía). Mostró tarjeta amarilla a Grosskreutz y Hummels, del Borussia Dortmund.

Incidencias: Encuentro de la cuarta jornada del Grupo D de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 76.000 espectadores.