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Llegar a casa y besar el santo: dos bolas de partido para Hamilton en 'su' Wimbeldon
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VETTEL Y RAIKKONEN ESTUVIERON MUY LEJOS

Llegar a casa y besar el santo: dos bolas de partido para Hamilton en 'su' Wimbeldon

La sanción de Bottas y una Ferrari más lenta de lo normal ponen una alfombra roja a Hamilton cuando más lo necesitaba. Con un coche que ya asusta, tiene en su mano ganar en Silverstone

Foto: Hamilton, al volante del Mercedes en los libres de Silverstone. (EFE)
Hamilton, al volante del Mercedes en los libres de Silverstone. (EFE)

Que Hamilton se ausentara el pasado miércoles del macroevento de la Fórmula 1 en Londres –la gran historia previa a este fin de semana– no fue una casualidad. Dijo que necesitaba descansar y se fue a Grecia a estar con sus amigos. De algún modo, tenía razón: venía apaleado de Austria, donde quedó cuarto y Vettel alargó su ventaja del mundial hasta los 20 puntos. Necesitaba recuperarse de aquel golpe bajo para darlo todo en su carrera de casa. Qué mejor que en Silverstone para que cambiaran las cosas, pensaría. Y en efecto, ha sido pisar el asfalto y empezar a vislumbrar la gloria.

Fue sólo un viernes, pero dos factores pusieron a Hamilton una alfombra roja sobre la que sólo le queda desfilar hasta la victoria: primero, una sanción a Valtteri Bottas, que le ganó en las dos sesiones libres e iba camino de ponerle en serios apuros. A priori, un rival menos. Lo segundo, y quizá más importante, fue ver a Ferrari bastante más lejos que en otras carreras. En retrospectiva, como tener dos bolas de partido en el último set, y encima ante la afición británica –'su' Wimbeldon particular–. A Lewis sólo le queda tirar de talento (y la buena suerte) para pegar el raquetazo que necesita en este mundial.

El alivio de no tener a Bottas 'en la nuca'

Lo avisó en Austria y lo repitió este viernes. "No sé por qué no le habéis citado antes, porque Bottas ha sido desde el principio un candidato a este título". No lo parecía hasta el pasado domingo, pero Hamilton sabía de qué hablaba: en las carreras donde él más ha sufrido, Bottas siempre ha estado arriba con una consistencia abrumadora. Y no ha sido pocas veces, empezando por su victoria en Rusia, el podio 'salvador' de Mónaco o su alucinante remontada en Azerbaiyán. De repente, se le ha puesto a 15 puntos. Para Hamilton, no tenerle cerca en esta carrera le quita un buen peso de encima.

Y en efecto, Bottas fue el más rápido del viernes y bien podría haber hecho otra de esas 'machadas' en Gran Bretaña, aunque tendrá una penalización de cinco puestos en la parrilla del domingo por usar otra caja de cambios. Ahora ya no es el 'escudero' que tanto le gustaba en su día a Hamilton, pero en realidad tampoco le hubiera necesitado en esta carrera para quitarle puntos a su gran rival Sebastian Vettel, porque ni está arriba... ni se le espera el resto del fin de semana.

"Van muy rápidos, no tengo duda"

¿Qué ha pasado para que Ferrari haya ido bien en todos los circuitos, y en Silverstone no parezca oler la estela del Mercedes? La explicación más recurrente es que se les han atragantado las curvas rápidas del circuito inglés. Es verdad que fueron sólo unos libres, pero Hamilton ya puede ir frotándose las manos: a una vuelta, estaban a casi medio segundo. Y en simulación de carrera, más de seis décimas por detrás. En principio, son distancias que no les auguran un fin de semana fácil, ni siquiera habiendo introducido un motor nuevo para acercarse a Mercedes. De momento, todo lo contrario.

"En clasificación deberíamos mejorar, pero no sabemos cuánto. Y Mercedes parecía muy rápido, de eso no hay duda", dijo Kimi Raikkonen. Es cierto que Ferrari puede dar un salto repentino, pero Hamilton es el 'rey' de las clasificaciones en 2017 y, según reconocía este viernes, a Mercedes "aún le quedan cosas que afinar del coche para el resto del GP". El 'sartenazo' que no pudo dar en Bakú tras descolgarse su reposacabezas, y en Austria por una sanción, puede producirse con fuerza este fin de semana.

Todo a favor, hasta el coche

Con este esquema, Hamilton parece tener todo de cara para ganar en Gran Bretaña. No lideró los libres, pero se quedó a menos de una décima de Bottas y utilizando los neumáticos blandos –por los superblandos del finlandés, unas tres décimas más rápido–. También le ayuda un coche que ya está cogiendole la medida a los neumáticos y se comporta de forma mucho más estable que al inicio del año. En las enlazadas de Silverstone, nadie traccionaba como el Mercedes. Los Ferrari, para su alivio, se salieron un par de veces a la escapatoria. Pero no es lo único.

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Mercedes también ha introducido mejoras al motor en esta carrera, y Andy Cowell, responsable de este área, dejó un mensaje amenazante. "Sólo nos hemos dedicado a optimizar los mapas, no hemos buscado el pleno rendimiento". Hamilton hablaba sonriente y con razón: no sólo rodó como un martillo en pista, sino que las mejoras de su equipo empiezan a ser más potentes que las de Ferrari, que según Raikkonen "no son revolucionarias". De algún modo, ha sido llegar a casa y que todas las piezas le empiecen a cuadrar. Fue sólo viernes, pero ya es suficiente para alguien con la suerte torcida desde hace semanas.

Que Hamilton se ausentara el pasado miércoles del macroevento de la Fórmula 1 en Londres –la gran historia previa a este fin de semana– no fue una casualidad. Dijo que necesitaba descansar y se fue a Grecia a estar con sus amigos. De algún modo, tenía razón: venía apaleado de Austria, donde quedó cuarto y Vettel alargó su ventaja del mundial hasta los 20 puntos. Necesitaba recuperarse de aquel golpe bajo para darlo todo en su carrera de casa. Qué mejor que en Silverstone para que cambiaran las cosas, pensaría. Y en efecto, ha sido pisar el asfalto y empezar a vislumbrar la gloria.

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