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El lado más humano (que lo tiene) de Helmut Marko: "Pensé que todo se había acabado"
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El lado más humano (que lo tiene) de Helmut Marko: "Pensé que todo se había acabado"

El responsable de Red Bull revela algunas claves de su experiencia vital y deportivan que ayudan a comprender mejor su singular, directa y dura personalidad

Foto: Helmut Marko, en el paddock de Canadá. (Reuters)
Helmut Marko, en el paddock de Canadá. (Reuters)

Helmut Marko se distingue por su directa personalidad, dura e implacable con sus pupilos. Habla claro y sin medias tintas. Pero quizás se comprenda mejor su singular vertiente humana al conocer más detalles de su experiencia deportiva y vital. Producto de otra época y otras circunstancias, abre ese lado humano en una entrevista para la página oficial de la Fórmula 1 previa al Gran Premio de Austria.

Cómplice de increíbles correrías de juventud con su amigo Jochen Rindt, entender su mentalidad y filosofía ayuda para comprender mejor la singular naturaleza y exigencia del programa de jóvenes pilotos de Red Bull, que ha llevado a grandes talentos a la Fórmula 1.

"Hubiera sido un abogado"

"Nuestra primera carrera fue en Nurburgring 1961 y fue porque tanto Rindt como Marko habían suspendido el acceso a la Universidad,", explica el propio Marko para recordar cómo llegó a las carreras. “En vez de darles semejantes noticias a nuestro padres, decidimos irnos a una carrera. Condujimos toda la noche, aparcamos en el bosque y dormimos en el coche, y nos despertamos a la mañana siguiente con el ruido de los Fórmula 1. Jochen dijo inmediatamente: “esto es para mí". Nos sentamos en la hierba escuchando el sonido de los motores, y a las pocas vueltas podíamos decir si era un Ferrari, un Matra o un Cosworth el que pasaba. Yo tenía 18 años, y Jochen 19”.

Según Marko “Jochen fue quien me infectó con el virus de las carreras”. Primero fue el amigo quien emigró a Gran Bretaña, y luego su amigo le siguió. “No reconocíamos entonces lo peligrosa que realmente era la Fórmula 1, eras realmente afortunado si sobrevivías”, un sentimiento que el austríaco parece tener todavía muy presente, dadas las circunstancias, y el destino de muchos de los rivales contra los que compitió. Pero Marko también dibujaba el suyo de no haber sido piloto. “Hubiera sido un abogado, un abogado comercial, probablemente. Pero estoy muy feliz de cómo fue la vida, y de haber sobrevivido, aunque esté un poco tocado”, en referencia al ojo artificial que lleva después de perder el suyo en el Gran Premio de Francia de 1972 cuando una piedra atravesó la visera de su casco.

"Cada parpadeo era un horror"

Marko se extiende sobre aquel accidente, algo que no ha hecho muy frecuentemente. El austríaco había conseguido entrar en la escudería de BRM, y fue escalando en su jerarquía de pilotos hasta conseguir el chasis más moderno, quince centímetros más alto que los anteriores. “Con el anterior chasis aquello no hubiera ocurrido, la piedra no me hubiera dado.

Recuerda que sintió un gran dolor en el momento del impacto, pero tuvo tiempo para pensar que su monoplaza estaba cargado de gasolina y muchos otros coches le seguían. “Sabía que aquello podía haberse convertido en un infierno, para mí, y para aquellos que me seguían. De lo que ocurrió a continuación no me acuerdo, pero me dijeron que levanté el brazo, conseguí aparcar el coche al lado de la pista, y luego me desmayé”.

Relata cómo su vida cambió en todos los sentidos. Tenía incluso en el bolsillo un contrato ya firmado con Ferrari. “Una lesión en un ojo es muy dolorosa. Tenía que coser el ojo, y cada parpadeo era un horror. No pude dormir durante muchas noches porque todavía estaba convencido de que las carreras eran la única razón para vivir. Pero una de esas noches me tuve que confesar a mí mismo: se ha terminado, tendría que hacer algo más con mi vida. Entonces es cuando caes en un profundo agujero negro”.

"Aquello me enseñó cómo son las carreras"

A Marko le ayudó superar la situación el comprender “que había vida después de las carreras, y algo cambió de un momento para otro en mi cabeza. No volví a subir de nuevo a un coche de carreras en treinta años. Ahora tengo que decir que estoy realmente feliz y me siento afortunado de que sobreviví a ese período con solo la pérdida de un ojo”.

También tuvo que vivir la muerte de su amigo Rindt, y en el mismo funeral recibió una oferta para un asiento. “Aquello me enseñó cómo son las carreras, la vida sigue”, Marko recordaba vívidamente uno de sus accidentes más graves, en Daytona, cuando sufrió un pinchazo a 300 Km/h. “Desde que pinché hasta que golpee el muro pensé “¡Jesús, debería haber dejado las carreras!. Fue increíble que durante dos o tres segundos pasó por delante toda tu vida. Incluso recordabas a algunas chicas. Pero lo más intenso fue pensar: “estás muerto”. Pero en el momento en que golpee el muro apreté el botón de extintor, ya que sabía que esos coches ardían fácilmente. Luego abrí las puertas para no asfixiarme. Todo salió de dentro automáticamente, el instinto de supervivencia entró en acción inmediatamente”

"Me llamaron loco, incluso dentro del equipo"

El responsable de Red Bull reconoce que no habla de su propia carrera a los jóvenes pilotos, “lo que les digo es que tienen que ser competitivos, estar totalmente concentrados, es lo que intento transmitirles. Pero una vez me llamó Daniel, que conducía mi Alfa Romeo de la Targa Fiorio, y se empezó a quejar de que el embrague era muy duro, y los frenos muy difíciles. Tuvo un ejemplo de lo duro que eran aquellos días. Le dije: te pagan cien veces más que a nosotros –digamos que diez veces- tienes que trabajar mucho menos, con coches más seguros, así que disfruta y siéntete agradecido”.

Marko también explica que intenta transmitir a sus pilotos consejos básicos según su experiencia personal: “intenta planificar tu fin de semana de forma diferente, más eficientemente. No intentes ser el más rápido el viernes, deja algo para los entrenamientos clasificatorios”. Exactamente las mismas palabras que le dedicó a Carlos Sainz en la reciente entrevista de Helmut Marko en El Confidencial.

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¿Y cuáles han sido sus mejores momentos en cincuenta años dedicados a la competición? “Elegiría tres: ganar en Le Mans, fue un gran momento. Ganar el primer campeonato con Sebastian Vettel para Red Bull. Y, lo creas o no, el año pasado en Barcelona, cuando Max (Verstappen) ganó la carrera. Me llamaron loco por sentarle en el coche, incluso dentro del equipo. ¡Y va, y gana!”

Helmut Marko se distingue por su directa personalidad, dura e implacable con sus pupilos. Habla claro y sin medias tintas. Pero quizás se comprenda mejor su singular vertiente humana al conocer más detalles de su experiencia deportiva y vital. Producto de otra época y otras circunstancias, abre ese lado humano en una entrevista para la página oficial de la Fórmula 1 previa al Gran Premio de Austria.

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