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Ni Alonso ni Serviá: Sainz, el único que 'ganó' una carrera el pasado domingo
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"SABE MEJOR QUE UNA VICTORIA"

Ni Alonso ni Serviá: Sainz, el único que 'ganó' una carrera el pasado domingo

La expectación por las 500 Millas dejó a Sainz en el olvido, pero al final fue el gran consuelo del motor español. Su sexto puesto en Mónaco fue otro 'mensaje' para los equipos grandes

Foto: Carlos Sainz, durante el Gran Premio de Mónaco. (EFE)
Carlos Sainz, durante el Gran Premio de Mónaco. (EFE)

A falta de 30 vueltas para que acabaran las 500 Millas de Indianápolis, Fernando Alonso y Oriol Serviá tenían opciones de ganar la carrera. Pero lo que hubiera sido un sueño para el deporte español se truncó poco después con una avería en el motor del asturiano y un fuerte accidente que obligó a abandonar al catalán. Aquel día, el único español en la cúspide del automovilismo que cruzó la línea de meta fue Carlos Sainz, y 'ganó' la carrera.

El sexto puesto de Sainz en Mónaco, que él calificó como "más que una victoria", no sólo dejó boquiabierto a todo el 'paddock', sino que empezó a hacer suya una regla propia de los grandes pilotos: puntúa siempre que acaba la carrera, y en posiciones impropias para su coche. Hay quien creía que el ‘espíritu’ de Alonso estaba presente en Mónaco dentro del casco del madrileño...

Mónaco, la guinda a un inicio perfecto

El 2017 de Sainz apenas tiene margen de mejora. Ni siquiera un accidente en Baréin empaña gestas como su séptimo puesto de China y el sexto de Montecarlo, donde casi ni tuvo que sudar para batir a toda la zona media de la parrilla y ser el mejor de los mortales. Para colmo, hasta superó al Mercedes de Lewis Hamilton en uno de los circuitos más difíciles del calendario. Si su padre le pedía hace años dejar siempre mensajes a los equipos grandes aunque no tuviera un buen coche para hacerlo, lo suyo ya está empezando a ser algo más que eso.

Una de las claves es su brillante capacidad de concentración. En Mónaco, donde el coche también acompañó, se enorgullecía por no cometer ningún error bajo presión de Hamilton y con peores neumáticos. “Es como una victoria, ganamos a equipos que son un segundo más rápidos”. Cuando describió su resultado como “lo máximo posible”, repetía el discurso de Rusia y España, donde puntuó contra viento y marea. Alcanzar siempre ese límite es un factor por el que varios le ven idóneo para Ferrari. Pero hay más.

Si la nueva F1 ha vuelto a premiar el talento al volante, Sainz se coronó en el circuito donde más importan las manos. Su buena Q3 le permitió no tener que ser tan agresivo como en otras carreras, y dejó destellos de talento en que dejaron manifiesta su progresión como piloto. Si en 2016 ya dio un paso respecto a su debut, ahora parece haber avanzado otro peldaño batiendo a sus rivales con un motor peor. “Si seguimos así, la quinta posición del mundial no será un sueño”. Este objetivo, cada vez más realista, puede dilucidar su salto a un equipo grande a partir de 2018.

La quinta posición ya no es una utopía

“Si para nosotros ser séptimos es una victoria, ser sextos es más que eso”, decía Sainz al portal ‘SoyMotor’. Y no le faltaba razón: lejos de Mercedes, Ferrari y Red Bull, se juega una batalla al límite donde siempre gana quien mejor sabe controlar los pequeños detalles. Sainz ya ha tachado la primera casilla batiendo con firmeza a su compañero, Daniil Kvyat, menos inspirado con el coche y carente del ímpetu al volante con el que el madrileño se planta de repente a pocas décimas de Red Bull, como hizo en la sesión clasificatoria.

Tachar la segunda casilla dependerá de Toro Rosso. Y aún sabiendo que las curvas cerradas de Mónaco eran idóneas para el coche, Sainz se mostraba esperanzado al ver cómo el equipo ha mejorado las estrategias y la puesta a punto del coche para que Canadá o Austria, dos circuitos con rectas que vendrán próximamente, no sean el calvario que han sido otros años. En 2016, una mala decisión le impidió firmar su primer podio en Mónaco. Este año, en el 'box' todo parecía operar como un reloj suizo ya desde los libres del jueves.

Seguir esta tendencia hasta final de año será otra historia. Si Toro Rosso consigue mejorar el ritmo en clasificación, una de sus grandes debilidades, puede bastar con su buen rendimiento en carrera para que Williams y Force India se vean realmente intimidadas. Con las mejoras del motor Renault previstas para este mes y unos ritmos de trabajo más eficientes, Sainz mira al futuro con más esperanza que nunca. “Es la primera carrera del año en la que, de verdad, hemos tenido el cuarto o quinto mejor coche, ojalá lo tengamos más veces”.

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“No haces todos los años la mejor carrera de la temporada en Mónaco, así que podemos disfrutarlo”, decía Sainz, a quien ya se le agotan las manos para contar los golpes en la mesa que ha dado este año. El de Mónaco pasó algo desapercibido por las 500 Millas, pero algunos lo veían como uno de los más solventes de su trayectoria. “Seis carreras buenas. Hemos puntuado en cinco de ellas”. Se antoja difícil una carta de presentación mejor para quien busca, ya con grandes resultados en la mano, un asiento ganador para 2018.

A falta de 30 vueltas para que acabaran las 500 Millas de Indianápolis, Fernando Alonso y Oriol Serviá tenían opciones de ganar la carrera. Pero lo que hubiera sido un sueño para el deporte español se truncó poco después con una avería en el motor del asturiano y un fuerte accidente que obligó a abandonar al catalán. Aquel día, el único español en la cúspide del automovilismo que cruzó la línea de meta fue Carlos Sainz, y 'ganó' la carrera.

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