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Red Bull y sus "doctores" cogen el bisturí: ¿cómo salvar a Verstappen y Ricciardo?
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EL COCHE HA FRUSTRADO SUS EXPECTATIVAS

Red Bull y sus "doctores" cogen el bisturí: ¿cómo salvar a Verstappen y Ricciardo?

Con un coche lejos de la cabeza, Red Bull puede tener que maniobrar para que sus pilotos no se marchen pronto. A Verstappen se le vincula con Ferrari y Ricciardo no tendrá paciencia por varios años

Foto: Ricciardo y Verstappen en el GP de Malasia, la última victoria de Red Bull. (EFE)
Ricciardo y Verstappen en el GP de Malasia, la última victoria de Red Bull. (EFE)

Los presentadores de la Fórmula 1 en la televisión holandesa destacan entre muchos otros atributos por su sentido del humor. A Toto Wolff, jefe de Mercedes, le pusieron en una encrucijada con la pregunta del millón. “¿Será Max Verstappen en un futuro cercano piloto de Mercedes?”. Entre risas y gestos extraños, Wolff se pensó la respuesta durante varios segundos. La ambigüedad de aquel término “futuro cercano” parecía descolocarle. El periodista matizó y le permitió responder solamente en contexto de “futuro”. Y ahí Wolff no tardó nada en contestar. “Bueno, yo te diría que si”.

Es pronto para hacer cábalas, pero en Red Bull pueden encenderse pronto las alarmas si el coche sigue sin cumplir con las expectativas. A Daniel Ricciardo ya se le empieza a borrar su brillante sonrisa y Max Verstappen puede convertirse pronto en la mejor pareja de baile para la competencia. En los detalles más pequeños, la marca de las bebidas energéticas ya parece estar preparando el terreno para evitar que les ‘roben’ a dos de los mejores pilotos de la Fórmula 1. Porque a día de hoy, parecen su única baza estable para ganar el Campeonato a corto plazo.

Una cronología sospechosa

Para Verstappen, sus 19 años son un arma letal para romper todos los récords de la F1 igual que para caer en las prisas de ganar el título cuanto antes. En la misma cadena holandesa, ya debatían el pasado fin de semana si debería fichar por Ferrari y Mercedes a la vista de que Red Bull no está en liza de las victorias en 2017. “Max tiene que seguir desarrollándose en Red Bull. Si sólo busca sumar puntos, se irá como Rosberg”, opinaba un famoso piloto de Turismos. “Ya, pero también tiene que ganar”, le espetó otro expiloto. Y es aquí donde reside el entramado que puede definir su futuro en la Fórmula 1.

Foto: Max Verstappen durante el primer fin de semana de la temporada, en Australia. (EFE)

De momento, Verstappen ya ha mandado el primer ultimátum. "Me siento muy bien en el equipo, pero también quiero ganar en algún momento", confiesa a la 'CNN', donde también confirmaba que será "leal" a Red Bull mientras así lo dicte su contrato. A partir de ahí, la marca de las bebidas energéticas tendrá que fabricar un coche ganador para evitar que su gran protegido abandone el 'nido' donde se ha curtido en los últimos años. Pasados 12 meses desde su primera y última victoria, a día de hoy no hay presagios de que vaya a conseguir muchas más a corto plazo.

En España ya surgió el rumor de que Verstappen había empezado a negociar con Ferrari de cara a 2018, algo que Red Bull se apresuró a desmentir categóricamente por la misma lógica contractual a la que hacía referencia el piloto. Pero en la trastienda surgen detalles que apuntan a que el equipo austriaco ya se está empleando a fondo para evitar su adiós. La pasada semana, al son de aquel desmentido, trascendió el fichaje de su padre, Jos Verstappen, como nuevo 'cazatalentos' para el programa Junior de Red Bull. En esta ecuación pueden jugar una infinidad de factores.

Marko hablaba de la experiencia de Jos en el desarrollo de su hijo como un activo importante tanto para reforzar el programa como para liberarle de unas competencias que le arrebataban tiempo para dedicarse de pleno a la F1. Pero por otra banda también emergen los recientes problemas de Jos con la justicia y la posibilidad de que Marko haya podido aprovecharlos para ayudar a su familia en un momento delicado, quizá como cierta contraprestación a la falta de rendimiento en pista. Sea como sea, el 'clan' Verstappen ya ha recuperado la misma estrategia de coacción que le llevó a la F1 contra todo pronóstico en 2014.

Aquel año, Red Bull le robó la cartera a Mercedes tras ofrecerle un asiento cuando todavía ni era mayor de edad. La pugna vuelve tres años después y ya no se juega exclusivamente en los despachos, sino en el plano deportivo. Y en este frente, los austriacos necesitarán una reacción contundente para no tirar por la borda los tres años y varios millones que han destinado a pulir el diamante.

¿Bastará con la mano de Adrian Newey?

Red Bull introdujo en España un nuevo chasis que, aún acercándoles a la cabeza, no les permitió echar el gancho a Mercedes y Ferrari. Ricciardo acabó tercero, pero casi doblado por Hamilton. Tal y como confesó Marko a El Confidencial, hay dos problemas fundamentales: la falta de correlación con el túnel del viento y una filosofía aerodinámica mal concebida. Y también al son de las amenazas de Verstappen, ahora Adrian Newey ha anunciado que se involucrará al 100% en mejorar el chasis de Red Bull, dedicando menos esfuerzos su proyecto en la Copa América y otras disciplinas. En este frente pueden encajar algunas piezas sueltas del puzzle.

Foto: Helmut Marko junto a Carlos Sainz.

“Cuando vino al paddock, fue un poco como hacer una visita al doctor”, decía Horner. “Estoy seguro de que, con los comentarios que le hicieron los pilotos, buscará evolucionar el coche de la forma adecuada”. Pero el punto de partida en Barcelona no ha sido revulsivo, y Red Bull buscará compensarlo con otro paquete en Austria junto a algunas mejoras en el motor Renault. De no dar un salto cualitativo hacia adelante, cerrar el año sólo con algunos podios ‘de carambola’ puede conducir a sus pilotos a una batalla contractual con Marko por acceder a la puerta de salida. No podría haber un escenario menos deseado.

Daniel Ricciardo, el otro protagonista de la historia, ya dejó un tímido aviso antes de 2017. “Yo tengo confianza en Red Bull y he extendido mi contrato con ellos. Y ya establecido en la F1, quiero conseguir un título. Sería ideal hacerlo con Red Bull, pero si no, me prepararé para la siguiente fase de mi carrera”. En el paddock nunca se ha escondido que el perfil de Ricciardo puede ser idóneo para Ferrari, algo que cobraría fuerza si no renovaran a Räikkönen. La otra opción es Mercedes, plausible para ambos si Bottas no continuara, aunque de momento más remota.

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“Pase lo que pase, espero que luchemos con Mercedes y que Verstappen y yo estemos felices”, decía Ricciardo antes de 2017. Pero ni el australiano habla con la misma confianza de otros años ni el holandés tiene todas las cartas a su favor. La cuestión es si el Doctor Marko -en el área deportiva- y el otro “doctor” Newey -en la técnica- conseguirán evitar una cierta hemorragia de puntos y prestigio cada vez más difícil de salvar. De momento, Jos Verstappen ha desempolvado unas cartas que sólo se usan cuando hay más de un actor en la partida.

Los presentadores de la Fórmula 1 en la televisión holandesa destacan entre muchos otros atributos por su sentido del humor. A Toto Wolff, jefe de Mercedes, le pusieron en una encrucijada con la pregunta del millón. “¿Será Max Verstappen en un futuro cercano piloto de Mercedes?”. Entre risas y gestos extraños, Wolff se pensó la respuesta durante varios segundos. La ambigüedad de aquel término “futuro cercano” parecía descolocarle. El periodista matizó y le permitió responder solamente en contexto de “futuro”. Y ahí Wolff no tardó nada en contestar. “Bueno, yo te diría que si”.

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