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Gil de Ferrán, el 'lazarillo' brasileño de Fernando Alonso para las 500 Millas
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POCOS MAESTROS MEJORES PARA EL PILOTO ESPAÑOL

Gil de Ferrán, el 'lazarillo' brasileño de Fernando Alonso para las 500 Millas

Alonso tendrá a su lado como 'coach' a un singular piloto de una singular experiencia, que ha tocado todo tipo de palos y, por supuesto, con la victoria en las 500 Millas de Indianápolis

Foto: Alonso, explicando su entrada a las 500 Millas en el GP de Baréin.. (EFE)
Alonso, explicando su entrada a las 500 Millas en el GP de Baréin.. (EFE)

¿Quién podría atesorar la experiencia, talento y pedigrí para hacer de ‘lazarillo’ a un doble campeón del mundo de Fórmula 1 que se reconoce “menos que un rookie” para las 500 Millas de Indianápolis? Es brasileño, ha ganado la mítica carrera, y se llama Gil de Ferran.

Tanto Zak Brown como Fernando Alonso desvelaron su nombre en la rueda de prensa de Alabama. Dos veces campeón del Champcar (hoy Indycar), ganador en Indianápolis en 2003, con fuertes lazos con Honda, su singular personalidad técnica y humana distinguen como candidato ideal para la misión a quien también vivió la F1 desde dentro. Con Honda, precisamente. En Estados Unidos también le llamaban 'El Profesor', como una especie de Prost a la americana que fue en los circuitos. Ni pintado.

El 'Dinamómetro Humano'

“Los ovalos son totalmentes diferente a la Fórmula 1” sentencia el brasileño, ganador en 2003. El piloto español se tendrá que meter en la cabeza toda ‘Espasa Calpe de los óvalos’ en poco más de dos semanas. De Ferrán le ayudará. “La gente estaba acostumbrada a ver correr en los óvalos pensando que el piloto se sentaba y daba vueltas a fondo todo el rato, pero todo es mucho más complejo”.

Alonso detallaba en Alabama algunos de los muchos secretos que encierran los ovales, y que tendrá que descubrir y experimentar en tiempo récord. “Por ejemplo, los coches llevan seis velocidades. Hasta la tercera, son para salir acelerando de boxes y las salidas lanzadas. Pero las otras tres son marchas superiores”, explica de Ferrán respecto a una de las infinitas peculiaridades de los óvalos. “Sexta es la de ir a fondo, quinta es la principal, y cuarta es para ir en el tráfico. Si estás haciendo el rebufo, tu velocidad máxima potencial será superior a si vas en cabeza, ya que nadie puede darte un rebufo. Así que sexta (draft) es un poco más larga que la quinta (lead). Y si estás moviendo entre el tráfico necesitas una relación que sea un poco más baja…"

A De Ferrán le llamaban el “Dinamómetro Humano” por su vocación hacia la perfecta puesta a punto y el desarrollo de la máquina. Su padre era ingeniero, y el joven Gil comenzó sus estudios de ingeniería cuando ya había iniciado una prometedora carrera, pero en el asfalto. “Gil era nuestro piloto de desarrollo en Cart, cada uno tiene su estilo, pero el de Gil era muy suave, progresivo, muy eficiente con el combustible, y sus patrones de cambio de marchas eran muy suaves. Si podíamos poner a punto un motor para Gil, funcionaba para la mayoría de los pilotos”. Honda Performance Development, la división estadounidense del fabricante nipón, le tenía como probador. Porque Honda y Gil de Ferrán siempre estuvieron unidos desde que llegó a Estados Unidos.

Ganar las 500 Millas, a pesar de todo

De Ferrán fue un piloto muy completo, tanto desde el punto de vista humano como técnico. Tras destacar con muchos sacrificios en Brasil, emigró a Europa para intentar llegar a la Fórmula 1. En Gran Bretaña, donde ganó la Fórmula 3, vivió una vida dura. En 1992 probó con Williams, junto con Alain Prost. En 1993 corrió en Formula 3000. Probó con Arrows. Como tantos jóvenes, hizo un viaje a Estados Unidos para echar la caña de pescar a un Champcar en su esplendor con Mansell, Andretti, Fittipaldi. Llegó la llamada de Jim Hall, propietario de un equipo medio, para probar en una pista perdida en el desierto. Comenzó la aventura americana y ganó una carrera en su primera temproada. Fue “Rookie del año”.

En 1997 sufrió cinco accidentes en las tres primeras carreras. “Tuve un momento de claridad que me cambió la vida: tengo que dejar de hacer esto, tengo que entender mejor mi forma de correr”. Comenzó a funcionar el “Dinamómetro Humano”, “El Profesor”… “Me gusta entender cosas del coche y lo que hace, sacar el mejor partido de él”, explicaba De Ferran a modo de sello personal, “soy la única persona que puede experimentar lo que hace el monoplaza , soy los ojos y oídos de los ingenieros, y mi trabajo es comunicarlo todo de manera precisa para que puedan trabajar con la información”. Ahora le tocará a Fernando Alonso.

En 2001, De Ferrán ganó el título del Cart. Le fichó Roger Penske, el Enzo Ferrari americano. Y con él llegaron sus grandes éxitos. Pero también su turno como a cualquier piloto en los ovalos. En Chicagoland se encontró con un coche delante a 350Km/h que le dejó sonado para el resto del año. En el ovalo de Phoenix, en 2003, sufrió otro que le supuso varias fracturas, alguna de ellas en el cuello. La siguiente carrera eran las 500 Millas de Indianápolis.

“A pesar de que los doctores me dijeron que podría volver, en las primeras vueltas no podía pilotar el coche. Había perdido la precisión y las sensaciones. Volví al hotel pensando que todo se había terminado”. Resistió la tentación de tirar la toalla. “Pero, poco a poco, las recuperé. En carrera, cuando había banderas amarillas, me volvían los dolores en la espalda, los hombros, tenía calambres. Pero con la bandera verde olvidaba el dolor”. Ganó aquellas 500 Millas. A final de temporada dijo adiós a los monoplazas. Tenía 36 años.

Y hasta la F1, desde el otro lado de la barrera

¿Más credenciales? Su inteligencia técnica y sus vínculos con Honda facilitaron que el fabricante japonés le ofreciera el puesto de Director Deportivo en el equipo Bar de Fórmula 1, a cargo de la vertiente operativa, ingenieros, pilotos, mecánicos. Con el brasileño a bordo, Jenson Button logró su primera victoria en 2006. Se despidió dos años después. Pero también de la mano de Honda, creo su propio equipo para el American Le Mans Series, donde ejerció como piloto, ganando numerosas carreras, y logrando el subcampeonato en su segunda temporada. En 2009 se retiró definitivamente de los circuitos.

“Desde mis tiempos en el karting, siempre me ha gustado la parte técnica. Desde la F1 para abajo, siempre es todo cuestión de tecnología. Nunca perderá su fascinación para mí”. Con su trayectoria, éxitos y afable personalidad ¿Cabe un perfil más completo? Pocos maestros como ‘El Profesor’ Gil de Ferrán podrá tener Fernando Alonso para intentar sobrevivir y batir a las 500 Millas de Indianápolis.

¿Quién podría atesorar la experiencia, talento y pedigrí para hacer de ‘lazarillo’ a un doble campeón del mundo de Fórmula 1 que se reconoce “menos que un rookie” para las 500 Millas de Indianápolis? Es brasileño, ha ganado la mítica carrera, y se llama Gil de Ferran.

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