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Cavarte tu propia tumba en Domingo de Resurrección: Bottas ya juega con fuego
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NI LA POLE DEL SÁBADO EVITÓ EL DESASTRE

Cavarte tu propia tumba en Domingo de Resurrección: Bottas ya juega con fuego

Ni la pole del sábado salvó la cara a Valtteri Bottas. Le regaló la victoria a Vettel y decepcionó a todo su equipo. Wolff empieza a pensar en cortarle las alas. ¿Será el nuevo escudero de Hamilton?

Foto: Bottas, con gesto serio en el podio de Baréin. (Efe)
Bottas, con gesto serio en el podio de Baréin. (Efe)

“Esperaba mucho más, mi objetivo era ganar”. Como buen finlandés, Valtteri Bottas puso prácticamente la misma cara cuando firmó la pole en la clasificación del sábado que cuando intentaba consolarse tras una actuación muy descafeinada en la carrera. Y aunque sea algo natural de su cultura, Bottas hizo bien en no caer en la euforia. “No tenía ni agarre ni ritmo, el coche no iba igual”, dijo tras finalizar tercero en Baréin, donde le puso la alfombra roja a la victoria de Ferrari cuando todo su equipo le veía capaz de hacer algo grande. Y para más inri, le arruinó la carrera a Lewis Hamilton. Un ‘vía crucis’ muy doloroso para un domingo de resurrección.

Una periodista finlandesa dejó algunas pistas el día anterior. “Creemos en él, pero sabemos que va a ser muy difícil que consiga batir a Hamilton”. Los más cercanos al piloto ya sugerían que la Pole en Baréin podía ser un hecho aislado de la pesadilla que puede venir el resto de la temporada. Bottas tenía una oportunidad de oro para empezar a desviar estar tendencia, pero su actuación en la carrera despertó los fantasmas del GP de China, donde un “estúpido” error de pilotaje cuestionaba sus méritos de correr para un equipo como Mercedes. Si hasta Alonso se reía aquel día, ayer la incredulidad fue aún mayor.

Ni ambición, ni velocidad, ni actitud

Aunque mantuviera el liderato en la salida, Bottas tardó poco en diluirse como la pólvora. Rodó muy lento en las primeras vueltas, Vettel le arrebató el liderato con una mejor estrategia y ahí empezó a frenar a Hamilton, que ya pedía órdenes de equipo. “Si me dejáis pasar, le cojo al Ferrari”. Pero ni hizo falta la llamada de Mercedes. A esas alturas, Bottas ya había destrozado sus neumáticos y se apartó del camino por iniciativa propia para no seguir arruinando a su compañero. “Tenía mucho sobreviraje, no podía ir rápido”. Ni había pasado el ecuador de la carrera y ya empezaba a tirar la toalla.

Pero lo más sonrojante llegó justo al final. Hamilton había hecho una parada más y venía en tiempos récord hacia la estela de Vettel. Entre medio se encontró a Bottas. Y ahora sí, Mercedes le pidió que se apartara para no estorbarle por segunda vez. Si en el primer encuentro aún confiaban en que le pusiera en aprietos, sus malos tiempos por vuelta le restaron toda la credibilidad. “Es una de las cosas más duras que te puede pasar como piloto”, confesó con voz titubeante, a sabiendas de haber decepcionado a su propio equipo. La etiqueta de ‘segundón’ parecía más merecida que nunca.

¿Y si Mercedes le hubiera dado esa ‘segunda oportunidad’? ¿Le habría aguantado a Hamilton? Ni Bottas parecía confiar en sí mismo. “Quizá sí, pero tendría que haberme defendido muy bien, era arriesgado”. Bottas rodaba con presiones de los neumáticos demasiado altas, y forzar la maquinaria hasta tocarse con Hamilton era la gota que hubiera colmado el vaso. De alguna forma, ayer se conformaba casi con pasar desapercibido. “Entiendo a Mercedes, yo juego en equipo y Hamilton podía conseguir más puntos”. Quién diría que estas palabras vienen de un piloto que pretende luchar por el título.

¿Le cortarán las alas a Bottas?

A la vista de que Ferrari ha triunfado al apostar de lleno por Vettel, hay quien le pedía a Toto Wolff que usara al finlandés cuanto antes como escudero de Hamilton. “A mi duele mucho, pero se os viene un año duro y tenéis que daros prisa”, le decía Pat Symonds, exingeniero de Williams que trabajó varios años con Bottas. Y aunque Wolff no adelante acontecimientos, tampoco parece dispuesto a ‘regalar’ más carreras. “Será una decisión difícil, pero aún no lo quiero hacer”. Niki Lauda pidió un margen de cuatro carreras para valorar su rendimiento, pero una ‘retirada’ a tiempo de Valtteri puede ser la gran victoria de Mercedes en 2017.

Otra cosa es que se lo gane en pista, pero a juzgar por las tres primeras carreras, está lejos de igualar la agresividad de Hamilton. Revivir el episodio de Baréin puede empezar a mermar la psicología interna de todo equipo, y teniendo un rival en la nuca por primera vez en los últimos años, Mercedes tendrá que priorizar a partir de ahora la eficiencia sobre la igualdad. “Siempre intentamos no interferir, pero en algún momento tienes que decidirte: o pierdes la carrera o tomas una decisión difícil”, resumía el directivo austriaco, quizá sugiriendo lo que puede venir a partir del Gran Premio de Rusia.

[Así vivimos en directo el GP de Baréin]

Sea como sea, Mercedes tampoco jugó del todo bien sus cartas. Antes de la carrera, Wolff reconoció que un error de logística impidió colocarle a Bottas las presiones adecuadas de los neumáticos, y también fallaron en su primer pit-stop. Fueron dos factores que remataron la faena, aunque la lectura es idéntica a lo que le ocurrió a Ferrari en China, cuando Vettel y Räikkönen reaccionaron de forma muy distinta a dos errores estratégicos. Y si ayer Hamilton se repuso a la adversidad con puro talento, Bottas empezaba a decaer a mitad de carrera. Es la marca distintiva de los campeones.

"Ha sido el mejor fin de semana y creo que hay mucho que podamos hacer de aquí en adelante". Aunque Bottas intente ver el vaso medio lleno, la situación es crítica: Mercedes no tiene un coche dominante, Ferrari apunta alto y Hamilton necesita ayuda para diluir la ventaja de Vettel en carrera. Ayer pudo haber agotado su única bala para luchar por el título, y aunque la temporada no haya hecho más que empezar, la otra batalla estará en renovar su contrato a final de año. De momento, ni la Pole le convence a Wolff. "Ojalá su domingo hubiera sido igual...". Insuficiente para el mejor equipo de la Fórmula 1.

“Esperaba mucho más, mi objetivo era ganar”. Como buen finlandés, Valtteri Bottas puso prácticamente la misma cara cuando firmó la pole en la clasificación del sábado que cuando intentaba consolarse tras una actuación muy descafeinada en la carrera. Y aunque sea algo natural de su cultura, Bottas hizo bien en no caer en la euforia. “No tenía ni agarre ni ritmo, el coche no iba igual”, dijo tras finalizar tercero en Baréin, donde le puso la alfombra roja a la victoria de Ferrari cuando todo su equipo le veía capaz de hacer algo grande. Y para más inri, le arruinó la carrera a Lewis Hamilton. Un ‘vía crucis’ muy doloroso para un domingo de resurrección.

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