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Hamilton tira de talento para batir a Vettel, Sainz brilla con un 7º y otra avería de Alonso
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MERCEDES VUELVE A LO MÁS ALTO

Hamilton tira de talento para batir a Vettel, Sainz brilla con un 7º y otra avería de Alonso

Hamilton aprovecha los errores de Ferrari para dominar de principio a fin. Sainz, 'el mejor de los mortales' con una brillante actuación, y Alonso abandona cuando rodaba en los puntos

Resultaba extraño ver a Lewis Hamilton tan eufórico este domingo en Shanghái. Quizá no sea tanto por haber desempeñado una actuación implacable que le ha permitido ganar, sino por haber revivido el mismo tipo de carrera que solía dominar con autoridad en los últimos años. Parecía caminar hacia el triunfo inmerso en un sueño, como si recuperara aquellos 'días de gloria' y ya no existiera la amenaza de Ferrari. Hoy la Scuderia ha cometido ciertos errores estratégicos con sus pilotos, y el británico lo ha aprovechado para liderar de principio a fin. Pero todo apunta a que este baño de gloria será un pequeño paréntesis en la rivalidad Mercedes-Ferrari que parece cristalizarse para el resto del año. Aunque hayan estado más lejos, la Scuderia ha vuelto a demostrar credenciales, y Hamilton parecía más aliviado que nunca en el podio. Carlos Sainz y Fernando Alonso han realizado una brillante actuación, aunque con un resultado distinto.

Desde la salida, los movimientos de Hamilton han sido mucho más sosegados que en Melbourne, donde perdió la victoria preso de sus nervios. Y aunque Vettel llegara a ponerse a sólo siete segundos tras una brillante remontada, el británico ha sabido controlar perfectamente a todos sus rivales desde la distancia, aumentando y bajando el ritmo según le conveniera mejor a sus neumáticos. La clave de su victoria ha estado más que nunca en el juego psicológico que tan bien se ha acostumbrado a ejercer cuando lidera las carreras. Pero también hay otra lectura: si Ferrari no se vuelve a descolgar de la batalla por la victoria, a Hamilton pueden volver a entrarle aquellos nervios de Australia. China, aunque haya recuperado al Lewis más triunfante, puede ser una excepción de todo lo que puede venir a partir de Europa.

Vettel, un segundo muy dulce

Si los astros se han juntado hoy en favor de Hamilton, su gran olvidada ha sido Ferrari. Vettel mantuvo la segunda posición pese a hacer otra salida discreta, y cuando parecían en disposición de iniciar la batalla con Mercedes, las cosas iban jugando en su contra. Todo empezó por un pit-stop demasiado temprano que le obligó a hacer una parada más que Hamilton, y siguió con una batalla junto a Kimi Räikkönen que le mantuvo varios segundos por detrás. Sin la parada adicional y el tiempo perdido con su compañero, los cálculos le situaban en la lucha por la victoria. Pero así como la carrera ya resultaba difícil de leer por la mezcla de seco y mojado, Ferrari no ha jugado sus cartas de forma tan ágil como hizo en Australia. Y éste factor, aunque hoy sólo sean ocho puntos, puede arrebatarles varias victorias este año.

Por detrás de Vettel, Max Verstappen ha roto todos los pronósticos con una espectacular tercera posición. Salía 17º, pero a las cuatro vueltas ya rodaba 7º. El holandés ha protagonizado una espectacular remontada a base de inteligencia y sensibilidad al volante sobre unas condiciones mixtas que controla a la perfección. En la salida, sin ir más lejos, ha llegado a adelantar a dos coches en una misma curva. Y aunque Daniel Ricciardo estuviera cerca de quitarle el podio en la última vuelta tras una tensa batalla en pista, Max ha sabido gestionar la degradación para firmar un resultado esperanzador para Red Bull, en horas bajas por los problemas de su coche. De hecho, los infortunios de Ferrari les han puesto incluso en la contienda por la victoria.

Alonso y Sainz, dos "milagros" muy distintos

Fernando Alonso ha vivido un día "surrealista". Así lo ha descrito él mismo tras abandonar la carrera. La conclusión es decepcionante, pero todo el transcurso ha vuelto a engrandecer su actuación con el MCL32. Una salida perfecta le ha puesto séptimo, e incluso llegó a rodar sexto después de que Valtteri Bottas se descolgara del podio tras hacer un trompo. El 'avión' del Mercedes le adelantó pronto con cierta facilidad, aunque Alonso llegó a aguantarle un par de vueltas con más de 25km/h de déficit en las rectas. Y justo después de que Sainz le adelantara con nuevos neumáticos, un problema en el palier le obligaba a abandonar. En el horizonte estaba la batalla con los Force India por la novena posición. Si en clasificación hizo ayer "otro milagro", la situación de hoy ha sido calcada a Australia. ¿Hasta cuándo durará así?

Si Alonso ha estado cerca de hacer la épica, la actuación de Carlos Sainz resulta incluso más loable. Su talento ha sido clave para terminar séptimo, pero mayores elogios merece su inteligencia como piloto de carreras, algo en lo que ya empieza a destacar sobre el resto pese a su corta experiencia. Cuando el suelo seguía aún mojado antes de la carrera, todos los pilotos han montado los neumáticos intermedios. Carlos quería nadar contracorriente y ha montado los superblandos. Todo parecía truncarse cuando se iba a la cola del pelotón tras la salida, pero lo mejor estaba por llegar: dos vueltas después, todos paraban a montar gomas de seco, y él se ahorraba así esa parada que nunca vio necesaria. El instinto inicial y una constancia abrumadora en los tiempos le han convertido hoy en el 'mejor de los mortales', sólo detrás de Mercedes, Ferrari y Red Bull. Un día de gloria.

[Así vivimos en directo el Gran Premio de China]

Kevin Magnussen, Sergio Pérez y Esteban Ocon han cerrado los puntos en una carrera extremadamente difícil para la gestión de los ingenieros. En el esquema estaba acertar con los neumáticos de inicio -algo que sólo ha hecho Sainz-, elegir el momento adecuado para calzar los neumáticos de seco e intentar llegar hasta el final sin hacer más paradas. Tanto la inteligencia técnica como el talento al volante han sido dos ingredientes claves para triunfar en un Gran Premio impredecible desde el inicio. Los más brillantes, como Hamilton, Vettel y Sainz, han sabido hacer funcionar sus estrategias hasta el final, prueba de que la Fórmula 1 de 2017 pone énfasis en el talento bajo todas las circunstancias. Y aunque el ganador de hoy sea un viejo conocido, las carreras han adquirido otra tónica con el nuevo reglamento.

Resultaba extraño ver a Lewis Hamilton tan eufórico este domingo en Shanghái. Quizá no sea tanto por haber desempeñado una actuación implacable que le ha permitido ganar, sino por haber revivido el mismo tipo de carrera que solía dominar con autoridad en los últimos años. Parecía caminar hacia el triunfo inmerso en un sueño, como si recuperara aquellos 'días de gloria' y ya no existiera la amenaza de Ferrari. Hoy la Scuderia ha cometido ciertos errores estratégicos con sus pilotos, y el británico lo ha aprovechado para liderar de principio a fin. Pero todo apunta a que este baño de gloria será un pequeño paréntesis en la rivalidad Mercedes-Ferrari que parece cristalizarse para el resto del año. Aunque hayan estado más lejos, la Scuderia ha vuelto a demostrar credenciales, y Hamilton parecía más aliviado que nunca en el podio. Carlos Sainz y Fernando Alonso han realizado una brillante actuación, aunque con un resultado distinto.

Fórmula 1 Lewis Hamilton
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