Toro Rosso pone un "sobresaliente" a Carlos Sainz, a quien debe un podio

Cuando Carlos Sainz se deslice estas Navidades por alguna pista de esquí junto a su familia estará pensando lo mismo que la semana anterior y lo mismo que la siguiente: 2017. Ese tiempo sobre las tablas y la nieve serán las únicas vacaciones que tendrá durante un invierno en el que la preparación física copará su tiempo para no verse sorprendido por los desconocidos y prometedores coches de la nueva era que entra en la Fórmula 1. Contento y orgulloso de su 2016, en Toro Rosso le han puesto un "sobresaliente", según fuentes cercanas a la escudería, quienes se han comprometido en trabajar para no repetir fallos y tratar de estar a su altura para el próximo año. Sainz ha superado cualquier expectativa y espera que el año que viene no sólo su coche sea competitivo, sino también todo el equipo.

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En un par de semanas, tras los compromisos publicitarios, el madrileño de 22 años podrá dar carpetazo a la temporada. Echando un vistazo a las 21 carreras la imagen que queda es la de un novato de segundo año debiendo aceptar fallos en boxes o problemas desconocidos como los de los últimos cuatro grandes premios en los que la carcasa de uno de los neumáticos traseros se rompía. En F1, un deporte en el que todo tiene un porqué, no se explica que a día de hoy Toro Rosso no sepa de dónde proceden esos pinchazos sorpresas. Quizas, para 2017 Toro Rosso madure tan rápido como lo ha hecho Sainz en estos dos años y demuestre -no sólo a través de un buen chasis, motor o piloto-, que es una escudería joven pero sobradamente preparada.

Sainz no va a escuchar más disculpas en forma de explicaciones de las que ya ha recibido esta temporada en su equipo, pero seguramente alguien le vuelva a dar las gracias a través de un aplauso o con la palabra en la cena anual del equipo en Faenza, a la que el año pasado acudió de una manera muy diferente a este: piloto consolidado del paddock, referencia entre los pilotos jóvenes y respetado entre la prensa, sobre todo la inglesa. Este último punto tardó en llegar... pero lo logró y publicaciones desde 'Autosport' o 'Motorsport' elevaron el caché del joven español que, hasta el GP de España, había estado a la sombra mediática de Max Verstappen.

En números… Sainz = Kvyat x 10

Daniil Kvyat venía de subirse al podio del GP de China con Red Bull y en Toro Rosso ha sido destrozado por Sainz tanto el sábado (12-7) como el domingo (9-2, en las carreras que ambos terminaron) y en la clasificación por puntos: 41-4 (teniendo en cuenta los tres abandonos de Sainz por los cinco de Kvyat mientras han sido compañeros). 16 puntos de sus 41 fueron sumados en Austin y Brasil, cuando en el cuaderno de Toro Rosso no había nada apuntado, no se lo esperaban.

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En El Confidencial hemos ido narrando la transformación de Sainz desde mayo, cuando apuntamos en Montmeló que era el gran premio del punto de inflexión y dejamos caer que no le iba a perjudicar que Verstappen hubiera levantado el vuelo. También señalamos en Mónaco que, desde ese momento, Toro Rosso le debía un podio. Se informó de la renovación sin precedentes por parte de Red Bull ante el interés de Renault, equipo que no le dio por perdido ni con el movimiento de Helmut Marko. También se advirtió de lo complicado que iba a ser este segundo tramo de temporada para él y su equipo -con un motor Ferrari de 2015, caducado- y cómo su discurso fue cambiando conforme su actuación en la pista le otorgaba un mayor respeto fuera de ella, tanto entre sus compañeros, como en su equipo, rivales y redactores especializados. Con elegancia -su estilo-, llegó incluso a subirse a las barbas de la plana mayor de Red Bull y también a opinar de temas que solían responder pilotos más veteranos sobre F1. En este año, sólo le ha faltado irse de Carles Puyol... ¡Ah! Y tirar una falta estando en el mismo equipo que Fernando Alonso (esto quizás sea lo más difícil de lograr).

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Este 2016 ha sido la primera temporada en la vida de Carlos Sainz en la que ha repetido categoría. Siempre ha ido saltando como un salmón para remontar el curso del río hasta llegar a lo más alto. Su evolución y curva de aprendizaje, dos aspectos importantes que valoran en Red Bull y lo que le permitió que el año pasado fuera renovado, ha sido disparatada este año. “No veas todo lo que he aprendido desde Australia 2015”, señalaba hacia verano Sainz. Una esponja que absorbe conocimiento y lo pone a servicio de su talento. ¿Qué será capaz de hacer en 2017? Esta vez, como sus compañeros, partirá de cero en el pilotaje de los nuevos monoplazas. “Debe ser el año que me posibilite pilotar un gran coche al siguiente año”. Sainz ya tiene escrita la carta a SSMM los Reyes Magos...