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"¿Schumacher? ¿Quién es ese?". 25 años de gloria y tragedia del gran campeón
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LA F1 SE ACUERDA MÁS DE MICHAEL EN BÉLGICA

"¿Schumacher? ¿Quién es ese?". 25 años de gloria y tragedia del gran campeón

Este fin de semana en el GP de Bélgica se cumplirá un extraño 25 aniversario del debut de Michael Schumacher en el mítico circuito de Spa, él no estará para recordarlo

Foto: Michael Schumacher envuelto en 'su' rojo Ferrari.
Michael Schumacher envuelto en 'su' rojo Ferrari.

A unos días del GP de Bélgica de 1991, el piloto número dos de Jordan, Gachot, fue condenado a prisión en Inglaterra por agredir a un taxista en Londres. De repente, un asiento de Fórmula 1 quedaba libre. ¿Schumacher? ¿Quién es ese?, Eddie Jordan contestó de esta manera al manager del alemán, Will Weber, cuando le propuso a este novato de 22 años para la carrera en el respetable Spa-Francorchamps. Eddie le pidió 70.000 dólares y Weber, en lugar de firmar un contrato, aceptó pero con un preacuerdo viendo que con un fin de semana bastaría para que su estrella recibiera otra llamada mejor. El séptimo puesto en la clasificación de Michael fue suficiente para que Flavio Briatore le echase el lazo y en la carrera siguiente vistiese los colores de Benetton. 25 años de su estratosférico debut, Michael Schumacher lucha en un día a día donde el tiempo se ha parado y nada funciona deprisa. Como en aquel sábado de 1991, sus enemigos vuelven a ser él mismo y el cronómetro, aunque ahora disputa otro tipo de carrera.

Michael Schumacher en su primer fin de semana en la Fórmula 1.

“Schumacher está librando la batalla más importante de su vida”, señaló Jean Todt en mayo, tres meses después de que Luca di Montezemolo apuntase que tenía “noticias de Schumacher, y no son buenas”. Esta semana en el 'Bild am Sonntag', Sergio Montavani, el ilustre párroco italiano ligado a la F1 y Ferrari, no ha mejorado esa percepción desde el exterior: “Sé más de Schumacher de lo que quiero”. El 29 de diciembre de 2013, Michael paró el crono cuando su cabeza impactó con una piedra haciendo un fuera de pista con su hijo Mick mientras esquiaba. “Coágulos sanguíneos”, “conocimiento limitado”, “proceso lento”, “daños irreversibles”… las informaciones desde entonces han llegado a cuentagotas, fuera del canal oficial (su mujer Corinna Betsch) y sin describir la situación precisa del fenómeno más laureado en la historia de la F1. Así ha querido su familia, quien le rodea en una mansión junto a 15 profesionales que ayudan a que Schumacher, como cuando corría, explore los límites de sí mismo para llevarle lo más lejos posible.

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Dos medias verdades y una bici antes del debut

Hace un cuarto de siglo, el 20 de agosto de 1991, Schumacher se enfrentó a otro tipo de situación nueva para él. “Eddie me preguntó si Michael había estado en Spa y le dije que “sí”… Y había estado, pero no había pilotado. Y, a continuación, me preguntó si Michael sabía que Spa no era sencillo, y le respondí que Spa era como su carrera de casa”. Weber no mintió en ninguna de sus respuestas ya que nació a 100 kilómetros del mítico circuito. Ingenio verbal para que Jordan diera una oportunidad a su pupilo, quien alquiló un coche y se presentó en el circuito con una bici para dar una vuelta como único contacto antes de subirse al Jordan con el que sacó 7 décimas a su compañero de equipo, Andrea de Cesaris, en clasificación. Por cierto, el novato de 22 años de Hermulheim sugirió a su equipo cambiar el embrague de su coche antes de la carrera pero no le hicieron caso: abandonó en la primera vuelta por el embrague.

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Primera victoria de Schumacher en F1, en 1992.

“Un día, en el campeonato alemán junior de karting, Michael estaba liderando la prueba cuando en la segunda vuelta sintió que tenía un problema. Puso su mano detrás, sobre el motor, donde sentía que había un problema de carburador. Y ahí la dejó durante las 18 vueltas restantes, pilotando con una sola mano. Ganó. Cuando se bajó del kart me dijo qué estaba mal y lo arreglamos posteriormente. Este hecho te da una idea de la gran sensibilidad que tenía”, relata Weber en un texto recogido en la biografía escrita por Tim Collings. Con tal tacto, ¿qué hubiera pasado aquel 25 de agosto de 1991 si el equipo de Jordan le hubiera cambiado el embrague?

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“Flavio, ahora o nunca”

En dos semanas tendría lugar el GP de Italia y Jordan le había reservado hotel y pista en Inglaterra para realizar unos test. Nunca acudiría. Eddie sólo aseguró a Schumacher un volante con ellos si firmaba un contrato a largo plazo y Weber se reunió con Briatore: “Ahora o nunca”. El italiano pagó el salario de lo que restaba de temporada a su segundo piloto, Roberto Moreno, y firmó a Michael. Weber envió un fax a Jordan, pero este no hizo caso e inscribió al alemán para el fin de semana en Italia, con la surrealista situación de ver el nombre del novato Schumahcer inscrito con dos equipos.

Último día de Schumacher con Ferrari.

Ecclestone pidió la vez para que el joven terminara en Benetton pese a que Jordan peleó con su preacuerdo y con Moreno, a quien animó a que denunciase un despido improcedente. La baza de Moreno se esfumó cuando Briatore le ofreció 500.000 dólares extra… y Moreno terminó corriendo para Jordan el resto de la temporada pagando el brasileño 65.000 dólares al equipo irlandés. Schumacher firmó un contrato de cuatro años y medio a razón de 2,5 millones de dólares anuales (muy lejos de los 22 que firmaría con Ferrari, algo más cerca de los 7 de Mercedes en su última época), con los que se pudo comprar el Mini, Mercedes 500SL, Ferrari F40 y Bugatti que comenzaron a formar parte de su parque móvil. Recientemente, los Rolls Royce Phantom que tenía en posesión fueron vendidos a una empresa portuguesa para costear algunas semanas del tratamiento que recibe. Corinna también ha decidido vender alguna propiedad inmobiliaria por la misma causa.

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A día de hoy, el GP de Bélgica sigue oliendo a Schumacher. Allí consiguió su primera victoria, un año después de su debut, en 1992, y es el que más veces ha ganado sobre el admirado y difícil trazado de Spa-Francocrchamps. Su último título, el de 2004, también lo celebró matemáticamente en el podio de Spa. “De Spa guardo muy buenos recuerdos”, ha reconocido Schumacher en más de una ocasión. No es de extrañar, tanto que ha conseguido que inevitablemente Spa recuerde a Schumacher, y más este fin de semana del 25 aniversario de su debut. Es triste pensar que quizás sea al propio Schumi, inalcanzable heptacampeón, a quien no le traiga ningún recuerdo.

#KeepFightingMichael

A unos días del GP de Bélgica de 1991, el piloto número dos de Jordan, Gachot, fue condenado a prisión en Inglaterra por agredir a un taxista en Londres. De repente, un asiento de Fórmula 1 quedaba libre. ¿Schumacher? ¿Quién es ese?, Eddie Jordan contestó de esta manera al manager del alemán, Will Weber, cuando le propuso a este novato de 22 años para la carrera en el respetable Spa-Francorchamps. Eddie le pidió 70.000 dólares y Weber, en lugar de firmar un contrato, aceptó pero con un preacuerdo viendo que con un fin de semana bastaría para que su estrella recibiera otra llamada mejor. El séptimo puesto en la clasificación de Michael fue suficiente para que Flavio Briatore le echase el lazo y en la carrera siguiente vistiese los colores de Benetton. 25 años de su estratosférico debut, Michael Schumacher lucha en un día a día donde el tiempo se ha parado y nada funciona deprisa. Como en aquel sábado de 1991, sus enemigos vuelven a ser él mismo y el cronómetro, aunque ahora disputa otro tipo de carrera.

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