¿Se descarga la batería de Alonso para la F1 en carreras como la de Austria?

"Siento que estoy llegando al final de mi sueño, cuando era pequeño mi padre me construyó un kart con los colores de McLaren-Honda. Ahora conduzco un McLaren-Honda y siento que se puede cerrar el círculo de una manera romántica". Fernando Alonso ofrecía recientemente una entrevista en ‘Le Equipe’ que podía interpretarse de múltiples formas sobre su futuro en la Fórmula 1.

¿Hablaba de manera meramente emocional de McLaren como último equipo, sin pensar en plazo temporal para su retirada? O quizá latía una cuestión más profunda: proyectando hacia el futuro el potencial que conoce en McLaren, ¿Cuánto tardará en luchar por el título con su actual capacidad operativa? ¿Es en estos últimos fines de semana como el de Austria cuando Alonso pierde un poco más de carga en su batería de Fórmula 1?

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“Ya son algunas carreras en las que estamos cometiendo pequeños errores, no estamos precisamente en una posición en la que seamos competitivos, y si encima no ejecutamos bien las carreras, es incluso más difícil”, comentaba respecto al error de McLaren al no montar los neumáticos nuevos en el Q2. O, en otras palabras, “da igual el potencial del monoplaza, si fallamos en lo básico”. Sí, también reconoció un error propio al romper un alerón en los libres 3, pero en último término se trata del potencial, de la operatividad y eficacia de toda una organización.

McLaren también necesita algo más que un monoplaza competitivo para plantar cara a Mercedes y Ferrari en el futuro. El equipo italiano nos recuerda hoy la multitud de áreas en las que se exige una eficacia extrema para ganar simplemente una carrera: rendimiento del factor humano dentro y fuera del monoplaza, organización, estrategia y decisiones en acción, paradas en boxes, fiabilidad…

En el Red Bull Ring, otro paisaje

El sexto puesto de Button confirmó esa gran progresión que se ha convertido en el mantra que tanto se nos repite desde McLaren en estas últimas fechas. “El año pasado éramos los dos últimos coches con 105 posiciones de penalización, e hice 300 metros y mi carrera terminó”, resumía ayer Alonso, “este año hemos podido luchar por el Q3 y si todo está bien podemos estar en los puntos. En 12 meses es un avance bastante impresionante, así que necesitamos otra gran paso para el próximo año”.

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El MP4-31 -o su propulsor- parecía otro monoplaza en el Red Bull Ring respecto a 2015, especialmente el sábado. Yusuke Hasegawa se felicitaba porque “el año pasado estábamos lastrados por la falta de entrega de energía al final de la recta y en las elevadas cuestas de las curvas 1 y 2, que era un desastre, pero estoy satisfecho porque nuestra nueva actualización del turbo está funcionando muy bien este fin de semana”. Sí, pero ya en la tercera vuelta del Gran Premio el ERS de Alonso empezó con sus estertores.

La sensacional carrera de Button

Por su parte, Jenson Button fue magistral el sábado en los entrenamientos, y supo 'exprimir' el potencial de su monoplaza en carrera, apoyado por una estrategia muy eficaz del equipo. "En las curvas [el coche] no está mal, pero con dos zonas de DRS no es posible mantener a la gente detrás, te adelantan en zonas en las que no pensabas que era posible, en la salida de la curva 3…”, explicaba, “nuestro ritmo no estuvo mal, batimos al Williams por ritmo, pero el principal problema es que no podemos adelantar. Sabemos cuáles son las debilidades, el coche va razonablemente bien, pero había que ahorrar combustible, otro tema”.

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El británico se mostraba optimista a pesar de las limitaciones. “Nuestro coche no es rápido, pero creo que hicimos un trabajo hoy, hemos mejorado en cada tanda, el coche ha mejorado durante todo el fin de semana, lo que no es normal en un fin de semana de carrera, la estrategia...". Efectivamente, El Gran Premio de Austria supus un paso adelante de McLaren -ayayai la fiablidad- respecto a un año atrás.

Acertó con Ferrari

De gran capacidad analítica y visión holística, con su ya dilatada experiencia en Renault, Ferrari y McLaren, Alonso conoce perfectamente qué se exige de una organización de Fórmula 1 para luchar por un título. Sabía por qué debía dejar Ferrari en 2014. “No van a ganar en los dos años que me quedan de contrato”, fue su mensaje para justificar el adiós a Maranello… No puede negarse que ha acertado de pleno.

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En definitiva, para Alonso, ¿ofrece McLaren el organigrama, recursos y eficacia operativa -por no hablar del monoplaza- para 'destronar' a Mercedes, como recientemente nos decía el propio Ron Dennis? Solo él puede responder a esta cuestión.

"Necesitamos otro gran paso para el próximo año...". Con 36 años en 2017, “cuando miras a pilotos como Räikkönen, Button o Massa, parece como si pudieran estar para siempre. Probablemente yo no seré como ellos", comentaba en la citada entrevista de 'Le Equipe'. Y cuando se recuerdan Abu Dabi 2010, una inconmensurable temporada 2012 sin recompensa, la decepción global de Ferrari, las dos temporadas con McLaren Honda… Entonces, solo cabe desear que tras el Gran Premio de Austria, la batería de Fernando Alonso para la Fórmula 1 no se haya perdido un poquito más de su carga.