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El Toro Rosso de Carlos Sainz o cómo fabricar un coche a partir de una fotografía
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UNA PRETEMPORADA DE CIENCIA FICCIÓN

El Toro Rosso de Carlos Sainz o cómo fabricar un coche a partir de una fotografía

Ha finalizado la pretemporada y el equipo de Faenza se marcha mucho más tranquilo que cuando aterrizó en Barcelona. Dudas despejadas y esperanza como protagonista

Foto: El Toro Rosso de Carlos Sainz trazando curvas en Montmeló (Cordon Press)
El Toro Rosso de Carlos Sainz trazando curvas en Montmeló (Cordon Press)

Sobre la mesa, los siguientes datos sobre cómo está confeccionado el actual Toro Rosso: un motor del año pasado -Ferrari, sin poder evolucionarlo a lo largo del año- y tres meses sólo de trabajo para acoplar el sofisticado y complejo sistema que envuelve al mencionado propulsor híbrido, culpable de un cableado de 30 kilómetros por el interior del vehículo. Más: los primeros trabajos se realizaron utilizando fotografías del monoplaza ferrarista de 2015 y, a partir de éstas, se 'intuyó' cómo podría ser el monoplaza de Toro Rosso este 2016. El trailer de esta película no suena bien para el protagonista, pero tras los minutos vistos durante los test de Barcelona, el argumento puede que dé un giro hacia un final feliz. Esto no es la ciencia ficción de Hollywood, es la ciencia de la Fórmula 1. Este viernes, Carlos Sainz marcó el segundo tiempo y su equipo, Toro Rosso, fue la segunda escudería que más rodó durante la pretemporada que ya ha finalizado.

“Hace solo dos meses no me imaginaba que estaríamos listos, aquí en Barcelona. Tuvimos que comprometernos con la instalación del motor. Nos quedamos sin tiempo. Teníamos tres meses para fabricar el coche y normalmente no puedes hacer eso. A principios de diciembre mantuvimos nuestra primera reunión técnica con Ferrari… Hace un par de semanas no tenía la certeza de que pudiéramos realizar ningún test. El equipo ha hecho un trabajo excepcional”. James Key es el director técnico de desarrollo del STR11 que se comenzó a confeccionar en verano, pensando que tendría un corazón Renault, y debió ser modificado cuando hacia finales de octubre se supo que sufriría un trasplante con un propulsor Ferrari. Al final de Barcelona resulta que el Toro Rosso a cubierto un total de 1.049 vueltas y 4.882 kilómetros, una distancia que nunca antes en la historia del equipo italiano había realizado en ocho días.

¿Magia para llegar a tiempo? Además de talento, Toro Rosso también contó con un personal extra de 150 personas y disfrutó de unas nuevas instalaciones en Faenza. Esa inversión económica y humana se ha traducido, por el momento, en la mejor pretemporada del conjunto transalpino: “Hoy puedo decir que el nuevo coche, diseñado y construido en un par de meses, funciona mucho mejor de lo esperado, especialmente desde el punto de vista de la fiabilidad (la gran preocupación inicial, que encajaran las piezas en un puzle iniciado a ciegas). Estoy convencido de que el rendimiento estará a la altura de nuestras expectativas y que el STR11 es un paso adelante del ya satisfactorio STR10 (con el que lograron el quinto puesto en Constructores)”. Las palabras del jefe, Franz Tost, van en la línea positiva de Key y del resto del equipo.

Y es que el STR10, a pesar del mal rendimiento de su motor, salvó las castañas del fuego merced a su aerodinámica. Para este año el trabajo, dentro del equipo, también opinan que a nivel de chasis es uno de los mejores monoplazas.

Los pilotos, también en un nivel superior

A estas buenas sensaciones mecánicas y tecnológicas se une el factor humano de los encargados en hacer bueno todo el esfuerzo de los centenares de personas que trabajaron en este monoplaza y el de un equipo con más de 130 millones de euros de presupuesto. Carlos Sainz y Max Verstappen no cometieron ni un fallo durante los test y su madurez -un año de experiencia en F1- les sitúa en un escalón por encima con respecto al año pasado, cuando ya sorprendieron a propios y extraños por su pilotaje. Para Sainz será la primera temporada que repita categoría.

Los tiempos durante la pretemporada no son significativos, al igual que durante los libres a lo largo de un gran premio. Hay mucho espacio para la especulación sobre la carga de gasolina o la estrategia que en ese momento esté llevando cada equipo… De ahí que del segundo tiempo marcado este viernes por Carlos Sainz, 1:23.134, aunque sea el quinto mejor de todos los días (por detrás de dos de Ferrari, uno de Mercedes y otro de Force India), no hay que sacar conclusiones. Pero sí es una buena referencia, tanto como para sacar una sonrisa en cada uno de los miembros del equipo que hace un par de meses sólo tenía un coche dibujado en un ordenador.

Sobre la mesa, los siguientes datos sobre cómo está confeccionado el actual Toro Rosso: un motor del año pasado -Ferrari, sin poder evolucionarlo a lo largo del año- y tres meses sólo de trabajo para acoplar el sofisticado y complejo sistema que envuelve al mencionado propulsor híbrido, culpable de un cableado de 30 kilómetros por el interior del vehículo. Más: los primeros trabajos se realizaron utilizando fotografías del monoplaza ferrarista de 2015 y, a partir de éstas, se 'intuyó' cómo podría ser el monoplaza de Toro Rosso este 2016. El trailer de esta película no suena bien para el protagonista, pero tras los minutos vistos durante los test de Barcelona, el argumento puede que dé un giro hacia un final feliz. Esto no es la ciencia ficción de Hollywood, es la ciencia de la Fórmula 1. Este viernes, Carlos Sainz marcó el segundo tiempo y su equipo, Toro Rosso, fue la segunda escudería que más rodó durante la pretemporada que ya ha finalizado.

Fórmula 1 Max Verstappen
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