Pirelli estudia cómo 'volar' bajo la lluvia mientras McLaren recuerda de qué huye

“Tuvimos un fallo de motor. El equipo me pidió que detuviese el coche, así que ese fue el final de nuestro día. De todas formas, todos los equipos estaban rodando con los motores del año pasado. No sé exactamente el número de kilómetros que ya tenía mi motor. Teníamos planeado cambiar mi motor para mañana, pero desafortunadamente se rompió al final del día”. Son declaraciones de un piloto de McLaren pero no del año pasado, sino de este lunes, en unas pruebas de Pirelli con monoplazas de 2015 para el desarrollo de neumáticos. Para McLaren, de paso, sirve para recordar la frustrante pesadilla vivida la campaña anterior y de la que tratará de huir: problemas con el motor. Honda ha diseñado un propulsor diferente para 2016 así que pocas conclusiones puede extraer en estos días de cara a la temporada que arranca en un par de meses.

Este lunes se han iniciado en el circuito francés de Paul Ricard unos test por parte de Pirelli para recoger datos de sus gomas, en este caso los de lluvia. A las pruebas han asistido Ferrari, Red Bull y McLaren y se han realizado con monoplazas de 2015, estando prohibido la inclusión de algún elemento de 2016. McLaren rodó con Stoffel Vandoorne (de quien son las palabras que abren el artículo), quien recibió la orden desde el box de detener su vehículo cuando llevaba 88 giros, a escasos minutos de terminar la jornada (completó justo la distancia de un gran premio, 305 kilómetros).

Con 13 abandonos durante 2015, no sorprende que el MP4-30 tampoco haya logrado esta vez cruzar la 'línea de meta' marcada, un hecho que puede ser aprovechado para continuar conociendo el misterioso propulsor de Honda cuyo rendimiento no pudo ser exprimido. De cara a 2016, se espera que la historia sea escrita de diferente manera.

Más evacuar y menos banderas rojas

Al margen de esta anécdota de McLaren, el asfalto mojado del trazado galo es útil para avanzar en la seguridad de pilotaje en condiciones de agua. La Fórmula 1 actual llama a sus neumáticos de lluvia como 'lluvia extrema', un calificativo quizás exagerado sabiendo que en cuanto hay lluvia normal pero constante se debe detener la carrera. El reto es aumentar los 65 litros por segundo de agua que los Pirelli son capaces de evacuar cuando el monoplaza va a alta velocidad.

La compañía italiana propuso 10 tandas de 10 vueltas cada una para probar una decena de compuestos diferentes. Con los datos recogidos analizarían qué es lo más óptimo de cara a fabricar un neumático que evite sacar la bandera roja cuando llueva. De encontrar algún dato positivo, los nuevos compuestos se introducirían a lo largo de este 2016.

Además de Vandoorne, sobre la pista de Paul Ricard han estado también Kimi Raikkonen (quien ha declarado que, a primera vista, prefería los neumáticos del año pasado)y Daniel Ricciardo, pilotos titulares que serán relevados para este martes en el segundo y último día de pruebas por sus compañeros Sebastian Vettel y Daniil Kvyat, respectivamente. Sin lluvia del cielo, el asfalto fue regado con 3 millones de litros de agua de lluvia reciclada que imitó las condiciones que buscaban desde Pirelli.