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Webber, el piloto que tuvo que irse de la Fórmula 1 para ser campeón del mundo
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Webber, el piloto que tuvo que irse de la Fórmula 1 para ser campeón del mundo

Tras perder un título en 2010 en la última carrera, este domingo el piloto australiano volvía a tener la misma posibilidad, pero en distinta categoría. Tras una prueba dramática, su equipo logró el objetivo

Foto: Webber celebra el título en el podio de Baréin (Imago)
Webber celebra el título en el podio de Baréin (Imago)

Hace cinco años, Mark Webber tuvo la oportunidad de ser campeón del mundo de Fórmula 1. Llegó al Gran Premio de Abu Dabi, el último del calendario, con opciones de ganar el título tras un año con cuatro triunfos y después de superar difíciles obstáculos, como los de los grandes premios de Turquía o Gran Bretaña. La preferencia sobre su compañero de equipo convirtió el año de Webber en el más duro de su carrera. “Parece que había algunos planes secretos. Estaban muy interesados en mantenerle (Vettel) un poco más feliz porque yo era un perro viejo, el tío que se suponía estaba un poco acabado”, ha explicado.

Foto: Mark Webber preparándose antes de saltar a la pista de Le Mans.

Este domingo, volvía a tener otra ocasión para ser campeón del mundo, esta vez, del mundial de resistencia (WEC). Y el piloto australiano, junto a sus compañeros Timo Bernhard y Brendon Hartley, fue quinto (en una carrera dramática) en las 6 horas de Baréin, proclamándose así vencedor del título. “El tío que se suponía estaba un poco acabado” sigue dando guerra como por entonces, y logra un triunfo merecido para su trayectoria deportiva en el automovilismo. Aunque para obtener tal honor tuvo que marcharse de la Fórmula 1.

Momentos singulares y difíciles

Trece años estuvo Mark Webber en el Gran Circo, comenzando en Minardi y logrando un quinto puesto en su país. Al año siguiente cambió a Jaguar y dos más tarde a Williams, en una decisión propablemente errónea: “Tendría que haber ido a Renault en vez de Williams, era el Red Bull del momento, habría ganado antes y tenido a Fernando Alonso en el equipo, así que tuve que reconstruirme”. Después, fichó por Red Bull y en cuatro de esos siete años estuvo sentado el coche que podía convertirle en campeón del mundo. Aquel 2010 fue su única posibilidad de ganar el título soñado, pero el apoyo sobre Vettel y un grave error del australiano en Corea le dinamitaron.

En Turquía, Vettel le echó de la pista y posteriormente Helmut Marko apoyó al alemán. “Probablemente, está decepcionado por el hecho de que los equipos de Fórmula 1 tengan que tener dos coches. Pero es así", señaló Webber, en su carta de despedida de la F1, sobre el asesor de Red Bull. En Gran Bretaña, le retiraron un alerón delantero recién llegado, para colocarlo en el otro lado del garaje. Ganó aquella prueba, que remató con un “no está mal para ser el segundo piloto”. La relación con Vettel y Red Bull se truncó ese año y terminó por explotar con el Multi 21”.

A pesar de los problemas de gestión en el equipo, en Dietrich Mateschitz se llevó un gran pilar, y por ello, hoy en día sigue unido al fabricante de bebidas: "Siempre contesta, siempre está disponible, nunca está demasiado ocupado para hacerlo, y tengo ganas de seguir trabajando con él en el futuro. Red Bull es un proyecto muy bien gestionado".

A partir de 2011, el proveedor de neumáticos en la Fórmula 1 cambió de Bridgestone a Pirelli y esta modificación fulminó al australiano. “Es el cambio de estilo de pilotaje más grande que he visto en la técnica de conducción”, aseguró Webber. Webber se despidió de luchar por el título en sus tres últimos años, en gran parte, por los neumáticos. Sin embargo, el campeonato de resistencia le ha dado más facilidades, y en el segundo año del Porsche 911 Hybrid, la marca alemana ha construido un coche ganador. Además, Porsche ganó también el campeonato de marcas. A Webber le ha costado mucho menos encontrar un asiento para ganar el campeonato en el WEC que en la F1.

Final dramático y feliz

En esta ocasión, Webber ha tenido un año magnífico ganando cuatro de las ocho pruebas del WEC junto a Bernhard y Hartley. En su estreno en Silverstone, tuvieron que retirarse por problemas en la caja de cambios, y hasta Nurburgring, mitad de temporada, no lograron su primera victoria. A partir de entonces, cuatro triunfos seguidos hasta una última prueba emocionante y dramática. Si en Corea en 2010 Webber se salía de pista perdiendo unos puntos que le hubieran dado el campeonato del mundo, en las seis horas de Baréin sí estuvo a la altura. Hasta dos paradas extras tuvo que realizar el equipo por problemas en el motor, una de ellas a final de la prueba, cuando Webber rodaba en quinta posición, y el australiano fue capaz de guardar la plaza: “Súper estresante”.

“Miro hacia atrás con cariño mis victorias de GP, pero juntar esta campaña con un gran grupo de chicos es lo máximo. No es fácil hacer lo que hemos hecho este año, así que estoy increíblemente orgulloso de lo que hemos logrado”, confesó Webber. Este título y este final compensan de alguna manera el perdido en 2010.

Desde joven buscando Le Mans

“La preparación para la gran carrera es realmente de la vieja escuela y eso me encanta. Tiene tanta tradición e historia, que eso sólo, muestra lo grande que es todo el evento”. A pesar del título y de llevar dos años en el Campeonato de Resistencia, el australiano no ha logrado ganar las 24 Horas de Le Mans. En 1998, con 22 años, ya participó en la legendaria carrera junto a Mercedes pero los accidentes provocados por la aerodinámica del coche acabaron con el abandono de la escudería alemana. Momento en el que el australiano tuvo buscarse otra vez la vida por el mundo del motor, hasta que más tarde llegara a la F1.

Ahora, asentado en el automovilismo, la mítica prueba sería un galardón redondo para su trayectoria. Este año solo pudo ser segundo: “Aquí estoy después de 90 minutos de sueño en 30 horas. Si hubieras dicho que tendríamos dos coches en el podio, nos hubiéramos cortado las manos”.

Hace cinco años, Mark Webber tuvo la oportunidad de ser campeón del mundo de Fórmula 1. Llegó al Gran Premio de Abu Dabi, el último del calendario, con opciones de ganar el título tras un año con cuatro triunfos y después de superar difíciles obstáculos, como los de los grandes premios de Turquía o Gran Bretaña. La preferencia sobre su compañero de equipo convirtió el año de Webber en el más duro de su carrera. “Parece que había algunos planes secretos. Estaban muy interesados en mantenerle (Vettel) un poco más feliz porque yo era un perro viejo, el tío que se suponía estaba un poco acabado”, ha explicado.

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