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Sebastian Vettel, un cachondo mental con puño de hierro y guante de seda
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EN MéXICO PROTAGONIZÓ UNA DE SUS PEORES ACTUACIONES

Sebastian Vettel, un cachondo mental con puño de hierro y guante de seda

Su gran sentido del humor delata una extremada inteligencia que resulta imposible de ocultar. De personalidad afable y reservada, supo asumir con humildad su actuación en el Hermanos Rodríguez

Foto: Vettel no acabó la carrera en México (Efe)
Vettel no acabó la carrera en México (Efe)

"Lo siento, hoy he hecho un trabajo de m….". No resulta frecuente escuchar tan crudas y sinceras disculpas públicas, y menos si se trata de un tetracampeón del mundo. Pero Sebastian Vettel levantó las manos ante su equipo tras estampar su Ferrari en el último de los varios errores cometidos durante el Gran Premio de México. Una de las peores actuaciones que se le recuerdan en la Formula 1.

Toque con Daniel Ricciardo en la primera vuelta, salida de pista en la curva 10 que dejaba tocados sus neumáticos, golpe final contra las protecciones en la misma curva más tarde… "Sin problema con el coche, soy yo, el coche era un poco delicado, pero era yo el que le pilotaba". Tras la carrera rechazó que su actuación tuviera que ver con un virus que le afectó este fin de semana.

La prueba mexicana fue absolutamente frustrante para Ferrari, cuyos pilotos tiraron por tierra el potencial del SF15T. Pero el alemán puso nuevamente en juego su singular personalidad, donde derrocha inteligencia acompañada con un particular sentido del humor que también vale la pena seguir.

Dignidad ante la derrota

Y ello, a pesar de su naturaleza profundamente reservada fuera de los circuitos. "Es increíble cuando miras a las tribunas y ves a los aficionados con una bandera de Vettel, una bandera con tu nombre", reconocía recientemente en la página oficial de la Fórmula 1. "Estas son cosas fantásticas, pero soy una persona reservada y quiero que esto sea respetado".

Ni Facebook, Twitter u otras redes sociales…Incluso el reciente nacimiento de su segunda hija parece un secreto de Estado. La vida de Vettel fuera de los circuitos es un misterio, salvo algunas aficiones ‘vintage’ en música y motocicletas. El propio Montezemolo quedó sorprendido ante sus modales tímidos y de etiqueta modesta cuando le conoció por primera vez, caja de bombones en mano, y ya varias veces campeón del mundo.

"La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar", escribía el filosofo alemán Friedrich Nietzsche, en una frase que podría encajar perfectamente al piloto alemán. Agudo, rápido de reflejos, siempre con juicios u opiniones más allá de lo obvio, sabe analizar o reenfocar la realidad con un singular humor alimentado de pensamiento lateral, con respuestas personales y lejos de los estereotipos para cumplir mediáticamente.

La escena de la rueda de prensa del sábado en el Circuito Hermanos Rodríguez fue otro ejemplo "¿Y si os vais los dos fuera de la pista en la primera curva (como en Austin) y paso yo? ¿Si? ¿No?". Sin perder la sonrisa, luego se encogía cándidamente de hombros hacia los periodistas ante las caras de póker de Rosberg y Hamilton.

"No sé dónde se le está marchando la cabeza..."

Al británico acabó de sacarle divertidamente de quicio en la rueda de prensa tras la carrera de Sochi. Cada dos por tres, Vettel interrumpía a Hamilton llevándole al terreno de lo lúdico. Que si Hamilton saludaba al público a cinco vueltas del final mientras el británico hablaba de sus especiales sensaciones con el W06, que si invitaba a las azafatas presentes a la habitación de hotel de Hamilton.... As varias, hasta que Hamilton no pudo más: "No sé dónde se le está marchando la cabeza", intentó rematar el británico para hacerle callar.

Famosa es su imitación de Nigel Mansell en el programa de la 'BBC Top Gear', o de Kimi Raikkonen en una entrega de premios anual de la revista 'Autosport'. Sin olvidar el mérito que supone la genialidad de expresarse en otro idioma al suyo, en inglés. Siempre que aporta sus opiniones, añade un ángulo o visión con singular chispa de materia gris y gracia. "Se llama viajar, están haciendo un tour en autobús, vienen a cada carrera…Afortunadamente seguimos ganando, así que tienen una razón para viajar", explicaba en Singapur 2013 para justificar el mal trago por los abucheos que venía sufriendo tras sus victorias.

Puño de hierro en guante de seda

Tras cuatro títulos mundiales consecutivos, Vettel se vio batido y cuestionado públicamente tras su derrota con Daniel Ricciardo, una experiencia dura de asumir. "Sí, dudé de mi mismo, no estoy avergonzado de reconocerlo, todo el mundo duda de uno mismo en un momento u otro", admitía recientemente. Sin embargo, el piloto alemán asumió con gran dignidad su situación, sin excusas ni polémicas.

El estilo y personalidad de Vettel ha encajado magníficamente en Ferrari, con un efecto sedante ante la tensión vivida por la 'Scuderia' estos últimos años. "Seb es un fantástico campeón, pero también es una persona que está ayudando a estabilizar el equipo, junto con Kimi, y nos está ayudando a todos a mirar hacia delante", explicaba Mauricio Arribavene tras el Gran Premio de Italia. "Hoy veíais mi cara después de la carrera… Miras luego a Seb, siempre está sonriendo y está positivo, y entonces me hago un poco más flexible, incluso cuando tengo que quejarme, y luego todo está bien".

Extremadamente exigente de puertas hacia adentro con su equipo, metódico, persistente y tenaz, el famoso "Multi 21" con Mark Webber puso en evidencia su intenso instinto de 'killer', aunque sus formas sean relajadas y amables. Puño de hierro en guante de seda.

Cuando ganó en Monza 2008 para convertirse en el triunfador más joven en la historia de la Fórmula 1, estaba a punto de oscurecer al terminar la carrera. Le preguntaron si había sido la mejor noche de su vida. "Obviamente, no estabas la noche en que perdí mi virginidad", respondió el alemán. Puede que en el Gran Premio de México no tuviera uno de sus días más brillantes, pero tampoco dejó de ser Sebastian Vettel.

"Lo siento, hoy he hecho un trabajo de m….". No resulta frecuente escuchar tan crudas y sinceras disculpas públicas, y menos si se trata de un tetracampeón del mundo. Pero Sebastian Vettel levantó las manos ante su equipo tras estampar su Ferrari en el último de los varios errores cometidos durante el Gran Premio de México. Una de las peores actuaciones que se le recuerdan en la Formula 1.

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