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¿Puede Mercedes dispararse el mismo tiro en el pie que McLaren en 2009?
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¿Puede Mercedes dispararse el mismo tiro en el pie que McLaren en 2009?

Si Mercedes acaba suministrando sus eficaces motores a Red Bull, el fabricante alemán corre el peligro de ayudar a cubrir el punto débil del equipo que dominó la Fórmula 1 hasta 2013

Foto: Lewis Hamilton en Spa (Reuters).
Lewis Hamilton en Spa (Reuters).

Lo ha contado el propio Jenson Button: se le cayó literalmente al suelo el móvil cuando Ross Brawn le comunicó la súbita e inesperada decisión de Honda y su abandono de la Fórmula 1. Estaba sentando en un aeropuerto a principios de diciembre de 2008. Aquella decisión del fabricante japonés abrió un curioso bucle cuyo recorrido llega hasta el presente.

Mercedes afronta hoy una situación similar a la vivida por McLaren -y otros rivales- en aquel año. “Si me pusiera el sombrero de responsable de Mercedes Benz, y pienso en los mejores intereses de la Fórmula 1, debo decir que suministrar motores a Red Bull es una opción interesante que tiene un gran atractivo entre el público joven y con una marca ganadora”, explicaba en agosto Toto Wolff reconociendo su particular dilema personal y profesional: “Sin embargo, como jefe de un equipo rival, tengo que decir que no es lo ideal fortalecer a uno de tus principales competidores que saben cómo hacer coches ganadores”.

Todos los rumores apuntan a que Renault participará oficialmente en la Fórmula 1 a través de Lotus rompiendo sus vínculos con Red Bull. De cuajar el escenario, y para que el equipo austríaco no cumpla su amenaza de dejar la Fórmula 1, parece que la mejor alternativa es contar con los motores del fabricante alemán. ¿Y si Mercedes acabara imitando a McLaren y otros rivales en 2009 al reforzar en su contra a quien ha dominado la Fórmula 1 desde 2010 a 2013?

En venta por sólo una libra

En aquel 2009 está la génesis de la presencia oficial de Mercedes en el Gran Circo a través de un curioso proceso. Todo empezó con la lucha por salvar del naufragio al equipo Honda por parte de Ross Brawn y Nick Fry. Un esfuerzo en el que Martin Whitmarsh , máximo responsable de McLaren, jugó un papel crucial. Para empezar, Brawn tuvo que despedir a 270 personas.

Brawn y Fry se reunieron con la Asociación de Equipos de la Fórmula 1 (FOTA) para anunciarles que contaban con sólo un mes para encontrar un comprador. Honda se había gastado más de 300 millones de dólares la temporada anterior mientras desarrollaba el monoplaza de 2009 que, Brawn lo sabía de antemano, iba a ser ultracompetitivo. Sin motor ni capacidad para financiar la temporada siguiente, el equipo estaba a la venta por tan sólo una libra, pero el comprador debía asumir el presupuesto del año siguiente.

Un motor Mercedes mejor que el de Honda

Mientras se buscaba comprador, Martin Whitmarsh, presidente de la FOTA y máximo responsable de McLaren, actuó en defensa de los “mejores intereses de la Fórmula 1” para ayudar a Brawn. Se valoraron los diferentes propulsores del momento y Whitmarsh movió sus hilos con Mercedes en vez de vetar el suministro de sus propulsores. Al final, el monoplaza que debía haber sido de Honda llevaría los mismos motores que Lewis Hamilton a su espalda.

Aunque los ingenieros avisaban a Brawn que el chasis exHonda iba a ser “dos segundos más rápido” en cuanto pusiera las ruedas en la pista, nadie imaginaba que un equipo que boqueaba económicamente pudiera luchar siquiera por el podio en 2009. Al final, con apoyo económico encubierto de Honda más el de algún que otro patrocinador y los motores Mercedes, Brawn y varios miembros del equipo se quedaron con la propiedad y la gestión del mismo.

El chasis de Honda tenía el propulsor nipón en el eje de su diseño. Se necesitaron ciertos compromisos técnicos, pero por distribución de peso, elasticidad y potencia, el motor alemán le sentó de maravilla al Brawn. A Rubens Barrichello se le salieron las órbitas de los ojos cuando probó el monoplaza por primera vez en febrero, en Montmeló, y así se lo confesó a Button cuando se acercó a conocer sus primeras impresiones tras los giros iniciales. Dotado con el doble difusor que el equipo diseñó -que pudo usar gracias a una laguna legal- Button ganó seis de las siete primeras carreras de la temporada y también el título. McLaren, Ferrari y compañía se quedaron con un palmo de narices.

Sentado en el sillón de Ross Brawn

Desde aquella dura llamada a Button en diciembre, Ross Brawn había logrado un verdadero milagro deportivo. Pequeño, sin embargo, para lo que vendría después porque se superaría a sí mismo al vender Brawn GP a Mercedes, la base de su estructura actual en la Fórmula 1. Como Renault pretende ahora. El fabricante alemán inició su andadura oficial a partir de 2010 y vendió su participación en McLaren. Además, Brawn sentó las bases organizativas y técnicas para el éxito actual de Mercedes en la nueva era híbrida.

Paradojas de la vida, McLaren está hoy asociado -y sufriendo- con Honda. Totto Wolff, por su parte, afronta una posición similar a la de Martin Whitmarsh en 2009 aunque la cúpula del fabricante tiene la última palabra. Con la magnífica evolución que Red Bull esta imprimiendo a su actual chasis en esta segunda parte de la temporada, seguro que Wolff estará acordándose de aquel famoso 2009. De hecho, ahora mismo se sienta en el sillón de Ross Brawn.

Lo ha contado el propio Jenson Button: se le cayó literalmente al suelo el móvil cuando Ross Brawn le comunicó la súbita e inesperada decisión de Honda y su abandono de la Fórmula 1. Estaba sentando en un aeropuerto a principios de diciembre de 2008. Aquella decisión del fabricante japonés abrió un curioso bucle cuyo recorrido llega hasta el presente.

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