El padre de Bianchi “menos optimista” y abatido: “Es insufrible, una tortura diaria”

“Es insufrible, una tortura diaria.A veces sentimos que nos volvemos locos, porque para mí,es más terrible que si se hubiera muerto porque no podemos ayudarle más allá de lo que está en nuestras manos”, dijo Philippe Bianchieste lunes en una entrevista con la radio France Info. Han pasado ya más de nueve meses desde el accidente de su hijo, Jules Bianchi, en el Gran Premio de Japón del año pasado y la situación no va a mejor. Los primeros meses eran muy importantes para la recuperación del francés, que sin embargo, apenas ha evolucionado y sigue en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos del Centro Hospitalario Universitario de Niza.

“El tiempo pasa y ahora soy menos optimista que dos o tres meses después del accidente, cuando esperábamos una evolución mejor.En algún momento, necesitas darte cuenta de lo grave que es esta situación”, reconoció Philippe Bianchi. En mayo, Philippe era más optimista: “Jules está vivo y creo que eso es lo más importante para nosotros. Mientras haya vida, hay esperanza”, dijo para Canal+ Francia.Ahora, la familia está perdiendo esta esperanza.

No quería que le ocurriese igual que a Schumacher

Michael Schumachersufrió también un accidente, cuando practicaba esquí, que le dejó en coma en diciembre de 2013. Cosas del destino o no, Jules avisó a su familia de que no aguantaría fácilmente esa situación: “Si sale y se encuentra con grandes discapacidades, estamos seguros de que no es lo que Jules querría. Ya habíamos hablado sobre eso.Nos dijo que si tuviese un accidente similar al de Michael Schumachery se quedaba sin poder pilotar nunca más, le costaría muchísimo aceptarlo.Porqueeso era su vida”, confesó su padre con estas duras declaraciones que reflejan por lo que está pasando la familia.

En mayo, Philippe Bianchi ya confirmó que estaban en una “situación de estancamiento, porque las evoluciones neurológicas de Jules no son como quisiéramos”. Estado similar en el que sigue a día de hoy, aunque por aquel entonces todavía tenían más fuerzas, incluso esperando “por un milagro”.

Jules dio su mejor paso en noviembre, salió del coma artificial y volvió a casa dejando atrás Japón. “Cuando llegamos a ver Jules (a Japón), no había esperanza. Se hablaba de un daño irreversible. Se dijo que no podía ser trasladado antes de un año, pero lo pudimos hacer después de siete semanas, y Jules comenzó rápidamente a respirar de nuevo por sí mismo”, comentó en el momento del traslado Philippe. Después de casi dos meses en el Hospital General de Mie en Yokkaichi, el francés de 25 años marchó a Niza, a su ciudad natal. “Jules ha dado un paso importante”, dijo en el comunicado su familia, para alegría de todos los aficionados. O amigos como Fernando Alonso, que muy a menudo se acuerda del francés en las redes sociales con el mensaje #ForzaJules.

Aquel fue el momento de mayor alegría e ilusión para una recuperación. Pero desde entonces son pocas las evoluciones y “por respeto a todas las personas que siguen enviando a Jules sus hermosos deseos, estímulos y afecto todos los días”, Philippe está informando cada cierto tiempo del estado de salud de su hijo. Sin embargo, dado su desarrollo, son muy pocas cosas o nada las que su padre puede contar. Lo único que se puede asegurar es lo que dijo Philippe Bianchi en abril: “Lucha con la misma fuerza con la que siempre ha luchado antes y después del accidente. Cada día, Jules hace una maratón”.