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Lella Lombardi o cuando ser mujer en la Fórmula 1 era algo más que un punto
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HACE 40 AÑOS, EL ÚNICO PUNTO DE UNA PILOTO

Lella Lombardi o cuando ser mujer en la Fórmula 1 era algo más que un punto

La piloto italiana ha sido la única en la historia de la Fórmula 1 capaz de puntuar en un gran premio. Su pasión por las carreras llegó hasta los últimos instantes de su enfermedad

Foto: Lella Lombardi en el GP de Mónaco de 1975 (Imago).
Lella Lombardi en el GP de Mónaco de 1975 (Imago).

“Creo que tienen la fuerza, pero no sé si tienen la actitud mental para luchar duro, rueda con rueda”. Bernie Ecclestone lanzaba recientemente otro de sus globos sonda sobre un campeonato de Fórmula 1 para mujeres. Así, quizás daba indirectamente la razón a Stirling Moss, quien se pronunciaba en contra de la capacidad de la mujer para luchar directamente con los hombres en un monoplaza de Fórmula 1.

El 26 de abril de 2010 se reunió por primera vez la comisión de Mujeres y Mundo de la Competición de la FIA, que intenta promover su presencia en las carreras. Un día después, hace cuarenta años, una piloto logró puntuar en un gran premio de Fórmula 1. Hasta hoy, la única. Se llamaba Lella Lombardi.

La pasión no entiende de sexos

Aunque Moss admitía que ahora tenemos “mujeres fuertes y robustas, cuando la vida está en riesgo, la tensión en una situación competitiva te dirá cuando estás dispuesto a ganar. El estrés mental creo que sería muy duro de manejar para una mujer de modo práctico. No creo que tengan la actitud para ganar una carrera de Fórmula 1”.

No se trata de entrar de nuevo en el debate, sino de reconocer el mérito de la italiana de Maria Grazia Lombardi en semejante contexto. Su carrera deportiva afirmaría los tópicos sobre los obstáculos a salvar por las mujeres en la Fórmula 1, pero también desmentiría otros muchos. Y, sobre todo, recuerda que la pasión puede con todo tipo de barreras sin entender de géneros.

Las de seguridad, fueron la clave de aquel famoso Gran Premio de España de 1975, en Montjuic. Los pilotos se rebelaron contra las condiciones de seguridad de la carrera cuando descubrieron que los raíles de seguridad estaban unidos por pegamento Imedio. En aquella carrera, al final, quizás sólo dos pilotos tuvieron verdaderas ‘balls’. Uno Emerson Fittipaldi, fiel a su promesa de no correr el domingo y que nadie cumplió. Otro, u otra mejor, porque si hoy resulta difícil para una fémina llegar a la Fórmula 1, imaginemos cómo sería en aquella época.

Nunca se quejaba

Lella Lombardi llegó a la Fórmula 1 tras diez años escalando las categorías inferiores del automovilismo. No tenía pedigrí familiar, su padre era carnicero y no un multimillonario que le pagara los caprichos. Pronto sintió la llamada de las carreras. En Italia ganaba e, incluso, se llevó un campeonato: la Challengue Ford Escort México. Hablamos de 1973, donde una mujer al volante en monoplazas era una aguja en un pajar. Hasta 1975 merodeaba por la Fórmula 3 y la F5000, dejando sus destellos. En el Gran Premio de Mónaco de la F3 de aquel año terminó decimotercera. Alan Jones, Brian Henton y algún otro piloto de renombre no llegó ni a la final.

Pelo corto, gesto serio, obstinada, seria y cabezota, decían de ella, pero serena y reservada, tenía que adoptar un rol e imagen masculinas para ser respetada fuera de la pista porque dentro las sufría de todos los colores como cualquier otro piloto. Nunca se quejaba. Decían de ella que tenía gran sensibilidad mecánica. Y que era desesperante al volante cuando circulaba por la calle. Por prudente.

Allí estaba Lella

Ecclestone tendría que aparecer por algún lado. Los promotores británicos que apoyaban a Lombardi alquilaron un Brabham BT42 de cuarta mano al británico para que tomara parte en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1974. Se quedó a nueve décimas de entrar cuando el diferencial fallaba en la sesión del viernes.

Tras la participación en algunas carreras no oficiales de Fórmula 1, en 1975 logró entrar en el equipo March de Max Mosley junto a pilotos como el ‘Gorila’ Victorio Brambilla, uno de los depósitos de testosterona más nutrido de la época. No se clasificó en las dos primeras carreras, se retiró en Sudáfrica. A continuación llegó el Gran Premio de España.

En aquel desbarajuste, el intento inicial de boicotsefrustró. Fittipaldi marchópara casa, su hermano Wilson y Arturo Merzario se retiraron al cabo de una vuelta. Cuando el alerón de Rolf Stommelen siguió su camino, el monoplaza tomó el suyo contra las barreras y los espectadores. Estalló el drama. Cuatro vueltas después, suspendieron la carrera definitivamente. Y allí estaba Lella Lombardi, en sexta posición. La primera mujer en puntuar, aunque sólo fuera medio punto porque la carrera no fue completada en su distancia total. Como resultado no parecía mucho, perocomo mujer sí lo era estar allí.

Piloto hasta el banderazo final

Participó en los siguientes nueve grandes premios de aquella temporada aunque no se clasificó en Mónaco. En 1976 también tomó parte con monoplazas de tercera generación, con menos éxito. Pero su pasión la llevó a participar durante muchos años en el Mundial de Resistencia y en carreras de turismos. Llegó a correr las 24 Horas de Le Mans en 1975-1977 y 1980 con otras mujeres: Marie Claude Beaumont, Christine Dacremont y Christine Beckers. Un patrocinador americano de papel pintado para paredes creó un equipo -con Lombardi y Beckers- porque eran las mujeres las que tomaban la decisión en la casa, y así tambiénllegó a correr en Daytona.

En 1985 descubrió que tenía un cáncer de pecho. En 1988 tuvo que colgar casco y guantes, pero canalizó la pasión de su vida fundandoun equipo, Lombardi Competición. En 1992 llegó la última mujer que intentó participar en un gran premio, su compatriota, Giovana Amatti. Ese mismo año, cayó la bandera a cuadros definitiva para Lella Lombardi. En su lecho de la enfermedad pidió a los miembros de su equipo que continuaran la labor que ella había comenzado, fruto de tantos años de experiencia.

Aquel Gran Premio de España de 1975 no fue su mejor actuación. Quienes entienden, quienes la vieronsaben que en Alemania 75, en el mítico Nürburgring, hizo su gran carrera. Acabó séptima, la primera posición sin puntos. Aquello sí que fue un puntazo, con el que hasta el mismo Stirling Moss habría estado de acuerdo.

“Creo que tienen la fuerza, pero no sé si tienen la actitud mental para luchar duro, rueda con rueda”. Bernie Ecclestone lanzaba recientemente otro de sus globos sonda sobre un campeonato de Fórmula 1 para mujeres. Así, quizás daba indirectamente la razón a Stirling Moss, quien se pronunciaba en contra de la capacidad de la mujer para luchar directamente con los hombres en un monoplaza de Fórmula 1.

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