Es noticia
La Fórmula 1 moderna, huérfana de verdaderos líderes
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
otros tiempos, otros condicionantes

La Fórmula 1 moderna, huérfana de verdaderos líderes

En el pasado, las grandes figuras del pasado lideraban también fuera de la pista con su carisma. La Fórmula 1 del presente propicia otro escenario diferente

Foto: Emerson Fittipaldi y Jackie Stewart hicieron mucho por la seguridad de los pilotos de F1 (Imago)
Emerson Fittipaldi y Jackie Stewart hicieron mucho por la seguridad de los pilotos de F1 (Imago)

Durante gran parte de la década de los ’70, el GP de Estados Unidoscerraba la temporada de Fórmula 1. Celebrado en Watkins Glen, al acabar el mismo, los pilotos lo festejabanemborrachándose en el mítico Seneca Lodge. Yno sólo el final de la temporada, sinotambiénhaberla terminado con vidaen una época en la quesabían que algunosde ellos no llegarían vivos a ese último gran premio. Entonces, la probabilidad de morirparticipando durante cinco años en el Campeonato del Mundo era cercana al 70%.

Compartir viajes, vacaciones familiares entre carreras y, sobre todo, ese riesgo tan presente dela muerte, generaba una camaradería y confraternidad entre los pilotos ausente hoy en día en la Formula 1.

De forma natural, los líderes en la pista asumieron su papel también fuera de ella, usando su influencia para velar por los intereses de sus compañeros. Grandes ejemplos de ello fueron pluricampeones como Jackie Stewart, Emerson Fittipaldi o Ayrton Senna.

La seguridad como bandera de liderazgo

Stewart, por ejemplo, fue el primer abanderado de la lucha por la seguridad. Ello le generó no solo enfrentamientos con los estamentos federativos al promover boicots en Spa, Nürburgring y Zandvoort, sino también la incomprensión por parte de sus propios compañerosal proponer, por ejemplo,medidas de seguridad tan básicas como los cinturones de seguridad. El escocés decidió adelantarsu propia retirada tras el fallecimiento de su compañero de equipo y protegido, François Cevert, pues ya no quería seguir formando parte del sinsentido de la Fórmula 1.

Fittipaldi, entonces vigente campeón del mundo, abanderó un motín (más tarde frustrado por el esquirol Jackie Ickx) en el peligroso circuito de Montjuica causa de la deficiente instalación de las barreras de seguridad. Mantuvo valientemente su postura hasta el final, negándose a participar en la carrera. Durante la misma, el accidente de Stommelen fueagravado por esas mismas deficientes barrerasy acabó con la vida de cinco espectadores. No se volvió a correr en Montjuic.

Senna, el másagresivo, el más solidario

¿Y qué se puede decir de Ayrton Senna? El líder entre los líderes. A pesar de su agresividad en la pista, fue una fuente inagotable de solidaridad con sus compañeros. La lista de ejemplos es extensa. ¿Quién fue el primer piloto en visitar la escena del terrible accidente de Donnelly en Jerez? ¿Quién fue la primera persona que vio Barrichello tras recuperar la consciencia en la enfermería de Imola? ¿Y quién no dudó en 'aparcar' su monoplaza al borde de la pista para asistir en el rescate de un compañero herido, como Eric Comas,en Spa? Senna, Senna y Senna. Siempre Senna.

Pocas horas antes de su fatídico accidente, el brasileño refundó la Grand Prix Drivers Association (GPDA) con el fin de defender los intereses de los pilotos. Solo fue presidente por un día, pero la actividad de la misma ha llegado hasta el presente.

La autonomía del piloto, muy limitada en el presente

Hoy, varios pilotos pretenden erigirse en sucesores del mítico brasileño, aunque para ello hace falta mucho más que un casco amarillo o proclamarse tricampeón del mundo.Se requiere un carisma que no abunda entre los campeones de las recientes generaciones.La actitud de aquellos tres líderes del pasado contrasta con la de los pluricampeones que les siguieron: Schumacher, Hakkinen, Alonso, Vettel o Hamilton. Ninguno de ellos ha mostrado, ni por asomo, esa función de liderazgo que ejercieron sus antecesores.

Muchos lo justificarán por los diferentesvientos que soplan en la Fórmula 1 moderna, en la que primael individualismo y los intereses comerciales, y donde la autonomía del piloto se ve limitada por sus acuerdos contractuales con patrocinadores y equipos. E incluso por paranoicas políticas de comunicación, como la de Ferrari, cuyo contrato-tipoen esteárea consta de unas cien páginas. Y por cierto, la Scuderiani siquiera permite a sus pilotos hacer entrevistas radiofónicas. Ya vimos tambiéncómo la Scuderia restringió el uso de Twitter a Alonso.

Sin embargo, no es justificable la desidia mostrada por algunos de estos nombres en relación a los asuntos concernientes a los intereses del grupo, como en su día fue el caso de Schumacher. O como recientemente es el de Hamilton, que ha aprovechado el cambio de presidente para darse de baja de la GPDA por la puerta de atrás. De la actitud de otros, como Raikkonen,mejor no hablar.

2012, la única ocasión donde todos se implicaron

La única ocasión de las últimas décadasen la que los grandes pilotos han defendido unidos sus intereses fue en elGran Premio de Alemania de 2012, tras los continuos reventones de neumáticos de la primera parte de aquella temporada, especialmente en Silverstone. Hartos de las mentiras de Pirelli y de la pasividad de la FIA y sus equipos, los pilotos hicieron piña por una vez, firmando casi unánimemente un valiente escrito que venía a decir: "Al primer reventón, nos retiramos todos”.

Pero claro, en aquella época la GPDA estaba dirigida por dos tíosbien curtidos, Pedro Martínez De la Rosa y Mark Webber,quea pesar de la tremenda presión que sufrieron por parte de Charlie Whiting y de sus propios equipos, supieron hacer ver al resto de compañeros que la unión hace la fuerza. Para sorpresa de todos, los ‘payasos’ del circolograron que se les tomara en serio.

En nuestros días, la última carrera de la temporada tiene lugar en Abu Dabi. Según acaba,a los pilotos les falta tiempo para subirse a susaviones privados y hacernos partícipes vía Twitter, de los 'selfies', de sus entrenamientos físicos o exclusivas vacaciones, solos o con sus exóticas novias. Celebrar el fin de una temporada más junto a los ‘colegas’ ya no es una prioridad. Son los tiempos modernos.

Durante gran parte de la década de los ’70, el GP de Estados Unidoscerraba la temporada de Fórmula 1. Celebrado en Watkins Glen, al acabar el mismo, los pilotos lo festejabanemborrachándose en el mítico Seneca Lodge. Yno sólo el final de la temporada, sinotambiénhaberla terminado con vidaen una época en la quesabían que algunosde ellos no llegarían vivos a ese último gran premio. Entonces, la probabilidad de morirparticipando durante cinco años en el Campeonato del Mundo era cercana al 70%.

Silverstone Fernando Alonso Lewis Hamilton Sebastian Vettel
El redactor recomienda