Hamilton a Rosberg: al "enemigo", ni agua... y viceversa

Si fuera por ellos, directamente, saltarían a escena en el momento definitivo. Sin preámbulos ni asaltos previos para medir al rival. El pulso que están manteniendo Lewis Hamilton (pole ayer) y Nico Rosberg (segundo) ha alcanzado un alto nivel de sofisticación, en el cual, cada gesto, declaración, o línea que dibujan en la telemetría, cuenta. La temporada se abrió con una pelea limpia en pista, tuvo un punto de inflexión con la bandera amarilla de Rosberg en Mónaco, a continuación se pasó a un ‘ataque’ a través de la Prensa para tratar de desestabilizar al otro, después vino el pinchazo que Rosberg provocó sobre Hamilton y, ahora, la ‘guerra’ está en una fase donde el ocultamiento de datos total entre uno y otro. Este sábado, en Singapur, ya no son ‘compañeros’.

La relación entre Lewis y Nico “ha cambiado, digamos que al comienzo de temporada era una relación amistosa muy intensa, hasta que se dieron cuenta que serían enemigos compitiendo por el titulo Mundial. Y ahí están, con el mismo monoplaza compitiendo entre sí por ese trofeo: y uno va a ganar y el otro a perder. Esta es una nueva experiencia para ellos, tal vez una experiencia difícil”, explicaba a la BBC Toto Wolff justo al aterrizar en Marina Bay, admitiendo que ya eran "enemigos" oficialmente.

Este circuito urbano es el trazado de la temporada donde más influencia tienen las manos del piloto, reduciéndose en un pequeño porcentaje la diferencia entre monoplazas (de hecho, la clasificación ha sido la más apretada del año, con seis pilotos en 319 milésimas). Esta teoría se vio clara este sábado cuando, sin poner Mercedes al límite su monoplaza, otros coches (Ferrari) ocupaban puestos de cabeza, algo que no había ocurrido en otros circuitos durante el año tan cerca de la vuelta final de Q3, donde las flechas plateadas (salvo en Austria, que la pole fue para Felipe Massa) tenían más margen frente a otros equipos, y copaban las tablas de tiempos aún sin ir al 100%.

Hamilton fue sorprendido por ‘los otros’

“No sabía que iba a pasar –especialmente tras la Q1, cuando Ferrari estaba arriba en los tiempo. Me preguntaba: ¿de dónde han sacado ese tiempo? Porque mi vuelta fue muy buena”, indicó Lewis en rueda de prensa de la FIA. Y después, hizo una vuelta muy, muy buena, a tope.

¿Y por qué ninguno de los dos pilotos de Mercedes quiso ensayar y buscar ese límite antes de la función? Porque el compañero y rival podría estudiar sus datos en la telemetría y éste saber dónde puede apretar más para mejorar. Es como si en un examen, para no ser copiado por nadie, se contesta a las preguntas en el último minuto. Eso es lo que hicieron Rosberg y Hamilton… Y también Sebastian Vettel, que no apareció en puestos ‘delanteros’ hasta el último intento (Daniel Ricciardo sí se dejó ver antes por arriba).

“Es todo muy intenso, estamos dejando abiertos nuevos caminos para que los muchachos peleen las carreras. Así que estamos obligados a cometer errores. Creo que es esa la manera en que debe ser. Puede expresar la frustración, no sé cuál es la opción correcta, no importa, porque si perdemos los dos campeonatos con los coches que tenemos, seriamos el hazmerreír, y con razón”, señaló Wolff. Y, ciertamente, si en este último intento en Q3 (de dos que había) se hubiera dado un pequeño error o una bandera roja de alguien… sabiendo el potencial que tienen, sí hubieran sido el “hazmerreír”. Pero la jugada, sobre todo a Hamilton, le salió perfecta.

“Fue una de las sesiones más emocionantes que he tenido en mucho tiempo”, reconoció Hamilton. Sin duda y gracias a este nuevo juego entre las bambalinas de Mercedes, para el aficionado, también.

Por cierto, que esa diferencia de 0,007 segundos sobre Rosberg la logró "bloqueando las ruedas", y lo dijo en la sala de Prensa junto a Rosberg, ¿para que el germano sepa que le ganó de esa manera? ¿Continuó el juego psicológico?