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Los ingenieros que hacen las normas... unos "pavos pidiendo que llegue la Navidad"
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NEWEY TAMPOCO ENTIENDE EL CAMINO DE ESTA F1

Los ingenieros que hacen las normas... unos "pavos pidiendo que llegue la Navidad"

"Estamos en peligro de convertirnos en GP1", señala Adrian Newey, algo que de algún modo está buscando un 'consejo de sabios' en la Fórmula 1

Foto: Adrian Newey en el GP de Austria.
Adrian Newey en el GP de Austria.

Podría sonar raro que un ‘consejo de sabios’ esté buscando disminuir el protagonismo de los ingenieros en favor de los pilotos y, en la misma semana, el más famoso de estos diseñadores haya señalado que tira la toalla en la actual Fórmula 1 precisamente porque su trabajo ya no es relevante. "Estamos en peligro de convertirnos en GP1. Todo el mundo está haciendo que los coches cada vez se parezcan más". Ambas partes tienen su razón: ni pilotos, ni aerodinamistas... el premio gordo en esta nueva F1 va para los ingenieros que fabrican el motor. Algo que no supone ni un desafío para Adrian Newey, ni un atractivo para el ‘consejo de sabios’, que busca convertir a los pilotos en los "héroes" de la competición para aumentar el espectáculo en la pista.

En una entrevista para Motor Sport, Newey amplía su decisión hecha pública en junio: "Ha habido muchos factores en mi decisión para abandonar la Fórmula 1 y muchos sentimientos encontrados. Creo que era hora de retarme en algo diferente y esa es una de ellas". En junio adelantó que "no" estaba preparado "todavía para la playa, tengo 55 años", así que seguiría ligado a "proyectos de Red Bull Technology" al tiempo que continuaría en la escudería de F1 sólo en forma de "consejería y tutoría".

Después de 30 años en el paddock del Gran Circo y habiendo ganado 10 títulos de Pilotos y otros tantos de Constructores con tres escuderías distintas –Williams, McLaren y Red Bull-, no tiene la necesidad de continuar ocupando su asiento sabiendo que su labor ya no es tan determinante: "Las actuales normas están orientadas hacia el motor", indicaba hace unas semanas.

De momento, es el único que ha abandonado el barco de esta nueva Fórmula 1 voluntariamente junto con el veterano Mark Webber. Otro que tampoco veía con buenos ojos tener que adaptarse al nuevo reglamento, en el que la pericia del piloto no sólo pasa por exprimir a tope el monoplaza, también debe tener otras habilidades, como el de ser eficiente, tener habilidad para tocar botones con el volante...

"Estamos en peligro de convertirnos en GP1"

¿Seguirá alguien más estos pasos con el futuro que vaticina Newey? "Creo que las regulaciones se han vuelto muy restrictivas. Estamos en peligro de convertirnos en GP1. Todo el mundo está haciendo que los coches cada vez se parezcan más. Volvemos a pintar los coches de blanco y es difícil ver la diferencia, sobre todo el año que viene cuando perdamos los morros diferentes". Aquí es donde divergen los caminos entre el punto de vista del ingeniero inglés y el del ‘consejo de sabios’ porque, precisamente, lo que quieren es que el ingeniero –aerodinamista, motorista o cual quiera que sea- se convierta en un actor secundario en favor del piloto.

De una manera más cruda, Newey, en la entrevista con la revista británica, establece un símil de sus colegas técnicos que han realizado las normas aprobadas por la FIA con "pavos pidiendo la llegada de la Navidad". Estos "pavos" a los que se refiere Newey son los que se dedican a la aerodinámica (los "pavos" motoristas se están frotando las manos); algo insuficiente para el ‘consejo de sabios’ que aboga también por incluir a todo tipo de "pavos"...

El miedo es una respuesta natural del ser humano ante el peligro. Ni mucho menos existe pavor por el futuro del pináculo del automovilismo, pero sí que se están dando movimientos en alguno de sus protagonistas que muestran cierta desconfianza de hacia dónde se encamina.

Podría sonar raro que un ‘consejo de sabios’ esté buscando disminuir el protagonismo de los ingenieros en favor de los pilotos y, en la misma semana, el más famoso de estos diseñadores haya señalado que tira la toalla en la actual Fórmula 1 precisamente porque su trabajo ya no es relevante. "Estamos en peligro de convertirnos en GP1. Todo el mundo está haciendo que los coches cada vez se parezcan más". Ambas partes tienen su razón: ni pilotos, ni aerodinamistas... el premio gordo en esta nueva F1 va para los ingenieros que fabrican el motor. Algo que no supone ni un desafío para Adrian Newey, ni un atractivo para el ‘consejo de sabios’, que busca convertir a los pilotos en los "héroes" de la competición para aumentar el espectáculo en la pista.

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