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La carrera de los vehículos más eficientes (y claustrofóbicos) del mundo
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SHELL ECO MARATHON, UNA CANTERA DE INGENIEROS

La carrera de los vehículos más eficientes (y claustrofóbicos) del mundo

Sin sensores, utilizan otro tipo de telemetría, menos sofisticada y más intuitiva. Es una prueba donde lo importante no es ganar sino aprender lo máximo

Sin sensores, utilizan otro tipo de telemetría, menos sofisticada y más intuitiva. “Yo creo que para el próximo intento puedes acelerar una vez menos por vuelta. Ahí ya ganaríamos bastante”. La piloto y alumna Raquel escuchó a su profesor y ‘team manager’ del IES Jándula, Manuel Barbero, la tarde del pasado viernes 16 de mayo dentro del Shell Eco Marathon Europa que tuvo lugar en Rotterdam ese fin de semana. Su marca fue de 286 kilómetros recorridos con un litro de gasolina. Posteriormente mejoraría hasta los 294 km/l para concluir en el puesto número 32 de su categoría, lejos de los 3.314 km/l que registraron los insuperables de La Joliverie de Francia, equipo con mayor presupuesto y cuyo ‘ejército’ es cercano a los 70 alumnos. El modesto equipo de Jaén, con menos de diez integrantes, sabe que esa no es su lucha. ¿Les suena? Podría ser lo equivalente en su tiempo a un Red Bull y HRT. Aquí, la diferencia con la F1 es que “esto se trata de que los chavales aprendan y se desenvuelvan. En superarse a sí mismo radica la emoción y el reto”.

El objetivo para los alumnos de institutos y universidades – de entre 16 y 26 años- que participan en la Shell Eco Marathon no es finalizar primero, sino adquirir un aprendizaje y experiencia que les sirva para su carrera profesional gracias a la búsqueda de soluciones innovadoras (como las que se requieren en una escudería). Dividida en dos modalidades –‘prototipos’ (futuristas y aerodinámicos) y ‘urban’ (adaptados a los utilitarios de hoy en día)- la prueba consiste en recorrer 16 vueltas al trazado de 1.6 km en menos de 40 minutos y habiendo consumido la menor cantidad de combustible. En este sentido, cada equipo puede apuntarse a una de las diferentes categorías: etanol, gasolina, diésel, hidrógeno, GTL y de batería eléctrica. ¿El truco para ganar? Acelerar sólo en los lugares precisos del circuito y, el resto, ir con el motor apagado y aprovechar la inercia (de ahí que se dé un máximo de 40 minutos, para que no haya ‘tortugas’). Lo ideal son unos dos o tres impulsos por vuelta, y que el piloto tenga buen tacto y pese lo menos posible (si es menos de 50 kg lo lastran), de ahí que casi todos sean mujeres. Un pilotaje diferente al tradicional, eficiente, como el que también deben realizar en parte los actuales pilotos del Gran Circo.

En esta prueba de volantes con múltiples formas, la victoria no se celebra en la línea de meta sino en un garaje que hay próxima a ésta, donde un ingeniero calcula la cantidad de combustible que se ha consumido. Los gritos de alegría vienen ahí.

Un chasis de 7.000 euros

“Llevamos ocho años viniendo pero puede que sea el último porque para 2015 las normas obligan a poner la dirección en el eje delantero para evitar accidentes. Y nosotros, como muchos, la tenemos atrás. Sería casi construir un coche nuevo y necesitar mucho dinero, porque nosotros hacemos prácticamente todo a mano, en un garaje”. El equipo valenciano del CEU, como el de Jaén, es otro de los 20 españoles que se dedican a aplicar sus conocimientos para la fabricación de un vehículo y competir con él en esta tradicional prueba que se inició en Europa en 1985 y que reúne a unos 200 participantes. El suyo es un prototipo con la carrocería de fibra de carbono “realizada en los astilleros de Tarragona, que puede costar unos 7.000 euros”. Es más cara que la de Jaén, de fibra de vidrio. Esta es sólo una de las diferencias que existen entre los participantes de esta carrera. Pero hay más, como las ruedas o los rodamientos… “los de cerámica son los que mejor funcionan, pero son los más caros”, comentan desde el CEU. Aquí, el mencionado conjunto de La Joliverie parece contar con un cheque en blanco y con un coche que podría oscilar “entre los 40.000 y 50.000 euros”. Contra eso difícilmente se puede competir.

¿Se pierde la esencia y el espíritu innovador con un gran talonario? La clasificación sitúa al frente a los equipos con los presupuestos más boyantes, como suele ocurrir en Fórmula 1. Pero aquí, insistimos, el objetivo es aprender, no ganar. Quizás surgirían un mayor número de ideas buenas si La Joliverie dividiera su potencial en dos o tres equipos… aunque eso pudiera significar no ganar al tener que dividir también el presupuesto entre sus coches.

placeholder Dana, piloto del CEU Cardenal Herrera

“Hay cuatro intentos y cogen el mejor de ellos. Hemos hecho uno y para el siguiente tenemos que subir la tensión en el motor y así creemos que mejoraremos algo. Vamos a estudiar también la estrategia con nuestra piloto, Dana, para ver de dónde podemos rascar y rezar para que no haya tráfico y así no tener que utilizar el freno. Pero ya va a ser difícil porque más o menos estamos en el límite que nos marca nuestro propio vehículo”, una explicación parecida a la que muchos pilotos de F1 indican cuando declaran: “Esto es lo que hay, no podíamos extraer más del coche”. Alberto es profesor de Ingeniería de Diseño en el comentado CEU Cardenal Herrera valenciano y, por unos días, se convierte en un ‘team manager’. Para Dana, la piloto y alumna, la Shell Eco Marathon significa más que un aprendizaje profesional ya que gracias a esta carrera conoció a su actual pareja, Germán Sánchez, un mecánico que fue campeón de España de F3 y que ahora trabaja para Adrián Campos. Quién sabe si terminará también trabajando en el paddock de un gran premio de F1. El IDEA CEU Team concluyó en un gran sexto puesto con su eficiente vehículo de placa solar.

Las sensaciones dentro de ese ‘ataúd móvil’

“Seguro que mejoramos mañana porque, fíjate, hemos perdido un montón por este pinchazo en la rueda trasera”. Santiago, profesor del IES Alto Nalón y decano español en esta competición, no estaba equivocado. Su piloto Edgar mejoró en un intento posterior para alcanzar el segundo puesto de prototipo diésel con 1.035 km/l. “Llevo aquí desde 1993. Un año vine y pensé, si esta gente hace un coche, nosotros también podemos. Y a la temporada siguiente nos presentamos con nuestro vehículo”. Santiago, además de participar con un ‘prototipo’ y un ‘urban’, ya forma parte de la organización ocupándose del Challenge Media, en el que aporta hasta cuatro vehículos para que la Prensa pruebe las sensaciones… y allí estuvo El Confidencial.

placeholder Santiago y su explicación de su prototipo diésel

Como un tetris, el cuerpo debe encajar dentro del claustrofóbico ‘ataúd móvil’ de los prototipos. El motor retumba en el cráneo tras los acelerones mientras el cuerpo siente cada bache, colilla o cualquier irregularidad de un asfalto situado a menos de un palmo de la espalda. ‘Afortunadamente’ para huesos y músculos, en esta carrera ecológica no hay que buscar los límites del coche en velocidad, sino en su eficiencia de consumo. La mayor incomodidad fue el calor y el acoplamiento a la máquina (algo que será menor a menos centímetros de estatura). Una experiencia que no se olvida, como la de cada uno de los jóvenes que deben superar los desafíos en la construcción de este tipo de vehículos.

Interior de uno de los vehículosA otra escala que en un box de F1, detrás de cada equipo también hay cientos de horas de trabajo que buscan escribir un capítulo de superación dentro de su historial académico. La Eco Marathon de Shell significa una formación en la que el buen ambiente, la cordialidad y deportividad raramente se ven distorsionados a pesar de las diferencias económicas entre equipos y la presión por lograr objetivos que ello conlleva. Si acaso es precisamente este, el tema del presupuesto, el único aspecto que puede chocar con el espíritu de una competición nacida para que destaquen los mejores canteranos de la ingeniería y automoción.

Clasificación de los equipos españoles

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Sin sensores, utilizan otro tipo de telemetría, menos sofisticada y más intuitiva. “Yo creo que para el próximo intento puedes acelerar una vez menos por vuelta. Ahí ya ganaríamos bastante”. La piloto y alumna Raquel escuchó a su profesor y ‘team manager’ del IES Jándula, Manuel Barbero, la tarde del pasado viernes 16 de mayo dentro del Shell Eco Marathon Europa que tuvo lugar en Rotterdam ese fin de semana. Su marca fue de 286 kilómetros recorridos con un litro de gasolina. Posteriormente mejoraría hasta los 294 km/l para concluir en el puesto número 32 de su categoría, lejos de los 3.314 km/l que registraron los insuperables de La Joliverie de Francia, equipo con mayor presupuesto y cuyo ‘ejército’ es cercano a los 70 alumnos. El modesto equipo de Jaén, con menos de diez integrantes, sabe que esa no es su lucha. ¿Les suena? Podría ser lo equivalente en su tiempo a un Red Bull y HRT. Aquí, la diferencia con la F1 es que “esto se trata de que los chavales aprendan y se desenvuelvan. En superarse a sí mismo radica la emoción y el reto”.

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