Es noticia
Compañeros de equipo: puño de hierro en guante de seda
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
LA MAYOR RIVALIDAD, Y LA NECESARIA COLABORACIÓN

Compañeros de equipo: puño de hierro en guante de seda

En el actual campeonato hay una gran rivalidad en el seno de los equipos. El compañero es tu peor enemigo, pero el equipo está también por encima de ambos

Foto: Nico Rosberg y Lewis Hamilton en el podio del Gran Premio de Bahrein. (EFE)
Nico Rosberg y Lewis Hamilton en el podio del Gran Premio de Bahrein. (EFE)

Aunque el Gran Premio de Bahrein suele ser uno de los más aburridos de la temporada, por esas cosas mágicas que tiene la Fórmula 1, la pasada edición fue una de las más emocionantes de los últimos tiempos. Y, con diferencia, de la nueva era moderna.

Uno de los mayores alicientes fue la pugna entre compañeros de equipo, y de principio a fin de carrera. Mercedes, Force India, Williams y Ferrari luchando entre sí como si de ligas independientes se tratase. Se escenificó una acción que no dista mucho de la realidad. Para un piloto de carreras, la referencia es siempre tu compañero de equipo, el único que conduce con el mismo material. Aunque en la pista no rueden juntos como en Bahrein, esa pugna se produce permanentemente, en cada sesión de entrenamiento y cada carrera.

Muchos os preguntaréis cómo se vive la tensión de vivir esa lucha permanente, de la presión que supone tener a un piloto a tu lado con el mismo talento (o más), con la misma experiencia (o más), con la misma edad (o menos), el mismo material y, muchas veces, con un ego igual o mayor que el tuyo…No es tarea fácil de gestionar una presión que está a la orden del día porque te estás midiendo a él en cada vuelta y cada minuto que pasáis en el mismo equipo.

El equilibrio entre la rivalidad y la necesaria colaboración

Sus responsables comparan inevitablemente los rendimientos de ambos, y hoy tienen más herramientas que nunca para hacerlo. Como buen piloto, siempre quieres estar por delante. Ante tanta presión y competencia, ¿vale todo para lograrlo?

Volvamos a Bahrein. Hamilton le tapó huecos de manera brillante a Rosberg durante toda la carrera. El alemán se quejaba por la radio a su equipo, pero Mercedes actuó primero dejando a sus pilotos batallar y después parando a Rosberg dos vueltas más tarde que a Hamilton, montándole neumáticos duros para distanciarles y dejar la lucha para el final de la carrera.

En cualquier equipo hay que encontrar un equilibrio entre la rivalidad y la amistad. Y más cuando tienes las victorias seguras como Mercedes ahora. No se pueden dar al traste por la lucha individual de los dos pilotos. Además, el progreso del monoplaza depende de ambos, ya que los datos que compartes son beneficiosos para los dos y, si trabajas en una misma dirección, al final obtendrás mejores resultados en la puesta a punto de tu monoplaza.

Por ejemplo, muchas veces el equipo decide hacer un cambio aerodinámico con Rosberg y uno mecánico con Hamilton, y tras un profundo análisis y el correspondiente ‘feedback’ de los pilotos, pueden avanzar juntos probando cosas diferentes. Por eso es tan importante tener dos buenos pilotos en un mismo equipo.

Tu talento, sin secretos

Pero, a la vez, no te hace tanta gracia que tu compañero se beneficie de tus datos para mejorar su rendimiento. Si Hamilton frena más tarde o acelera antes en una curva en concreto, Rosberg puede ver claramente en la telemetría donde pierde respecto a su compañero y será capaz de fotocopiarlo para reducir diferencias. Así, con toda la información de los test, sales a los entrenamientos clasificatorios preparado al 100% y ya tan solo dependes de ti mismo, de que te claves la vuelta ideal y tu compañero cometa un pequeño error o no clave la suya.

Al final, dentro de cada equipo se crean pequeños subequipos formados por el grupo de ingenieros y su piloto que afrontan cada carrera sabiendo que el enemigo está en casa. El trato con mecánicos, ingenieros e incluso jefes de equipo, unido al talento y los resultados, hace que al final siempre la mayoría del equipo se decante por un piloto. La tensión y la rivalidad crece entre los dos bandos y muchas veces se convierte en una bola que crece y nadie puede parar.

¿Y el ego?

Porque este es un factor clave en la parte del factor humano. Históricamente juntar a dos 'gallos' en un mismo corral puede resultar peligroso para el buen funcionamiento del equipo. Si miramos hacia atrás, muchas veces ha sido el ego de los pilotos el principal problema. Ejemplos como el de Prost-Senna han sido un clásico, o mas recientemente el de Hamilton-Alonso en Mclaren, en 2007, un desastre que le costó el Mundial a pilotos y equipo. Por ello, siempre ha sido mejor tener a un segundo piloto para cubrir las espaldas del número uno.

Hamilton y Alonso en el Gran Premio de Gran Bretaña en 2007. (Reuters)Este año en cambio, tenemos estrellas en casi todos los equipos punteros, y las cosas están mas igualadas que nunca en cuanto a compañeros. En Ferrari, dos campeones del mundo con un talento extraordinario, en Williams la juventud contra la experiencia de Bottas y Massa, en Force India, dos pilotos jóvenes con muchísimo potencial y talento como Hulkenberg y Perez, en Red Bull el campeonísimo Vettel con un diamante por pulir que se llama Ricciardo.

Hamilton y Rosberg se abrazaron al final de la carrera como si acabaran de correr una prueba de karts entre amigos. Pero es solo la segunda carrera del Mundial. ¿Apostamos algo que no será lo mismo si hubiera sido una de las últimas de la temporada? Porque no lo duden, ningún piloto pierde a gusto una carrera o un título. Pero no hay peor escenario, ni de lejos, que el de que esa derrota llegue a manos de tu propio compañero de equipo.

Aunque el Gran Premio de Bahrein suele ser uno de los más aburridos de la temporada, por esas cosas mágicas que tiene la Fórmula 1, la pasada edición fue una de las más emocionantes de los últimos tiempos. Y, con diferencia, de la nueva era moderna.

McLaren
El redactor recomienda