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Ron Dennis, ¿ángel o diablo?
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CRITICADO EN ESPAÑA, ES UNO DE LOS 'CULPABLES' DE LA F1 MODERNA

Ron Dennis, ¿ángel o diablo?

Año 1969. En Silverstone se celebran unos entrenamientos privados. De repente, Jack Brabham pierde el control de su BT26 llegando a Copse y sufre un tremendo

Foto: Ron Dennis, ¿ángel o diablo?
Ron Dennis, ¿ángel o diablo?

Año 1969. En Silverstone se celebran unos entrenamientos privados. De repente, Jack Brabham pierde el control de su BT26 llegando a Copse y sufre un tremendo accidente. Se forma un gran charco al romperse el depósito de gasolina. La pierna del piloto queda atrapada en el chasis y cualquier chispa o contacto de la gasolina con el motor, escape o frenos, provocará que todo salte por los aires.

Ante el desconcierto general de las asistencias del circuito, aparece la figura de un joven mecánico de veintiún años de edad que, con gran determinación, comienza a organizar paso a paso el rescate mientras la gasolina sigue escapando del depósito. Tras ordenar que se cubran los escapes con espuma, se adentra en el charco con un desmontable de neumáticos, hace un agujero en el chasis y libera al piloto. ¿El nombre de aquel mecánico? Ron Dennis.

Año 2012. McLaren Group emplea a más de 2000 personas en Woking. Aunque más conocido por su equipo de Fórmula 1, el holding cuenta con empresas subsidiarias en campos bien diversos: McLaren Applied Technologies (tecnología punta), McLaren Automotive (deportivos de calle), McLaren Electronics (proveedor exclusivo de las centralitas electrónicas de F1, Indy y NASCAR) e incluso una empresa que produce dibujos animados (McLaren Animation). Entre otras muchas. ¿El presidente y fundador de dicho grupo McLaren? Aquel mecánico que salvó la vida de Jack Brabham.

Hijo pródigo en su tierra

La misma determinación mostrada por el joven Dennis en el rescate de su jefe le convertiría después en uno de los personajes clave de la Fórmula 1 moderna. Admirado por muchos, odiado por otros (sobre todo en España), ha construido un imperio tecnológico e industrial que además ha llevado la prosperidad al pueblo que le vio nacer, Woking.

Ron Dennis se distingue por una personalidad tremendamente perfeccionista y detallista que ha dejado huella allá por dónde ha pasado. Desde el coche impoluto de Jochen Rindt en 1966, del cual se encargaba personalmente, hasta la perfecta disposición de los árboles a la entrada del McLaren Technology Center, diseñado por él mismo junto al arquitecto Normal Foster.

En realidad, tan humildes comienzos fueron el medio para conseguir sus ambiciosos objetivos vitales. Todavía en edad escolar se acercaba a los talleres de Brabham para pedir que le dejaran limpiar el suelo y preparar el té. ¿El premio? Poder estar cerca de los monoplazas. Y solo con veintidós años, Dennis decidió fundar su propia escuadra de Fórmula 2, Rondel Racing.

Hill pidió bajar un escalón para estar junto a Dennis

Ya desde sus comienzos se distinguió como gestor por rodearse siempre de los mejores. Incluso el propio Graham Hill, todo un bicampeón del mundo de Fórmula 1, le pidió expresamente formar parte de Rondel Racing, en una categoría inferior. Cuando Dennis dio el salto a la Fórmula 1 vinieron los Lauda, Prost, Senna, Hakkinen, Alonso o Hamilton.

Pero el Dennis gestor y visionario no se conformó solo con atraer a los mejores pilotos. También se hizo con los servicios de los mejores diseñadores en cada época (Barnard, Murray, Newey) y motoristas (Porsche, Honda, Mercedes). Atrajo inversores (Ojjeh, Mumtalakat) y a los sponsors mas fuertes de cada momento (Marlboro, West, Banco Santander, Vodafone…).

Con tantos logros y éxitos ¿Por qué Ron Dennis, un hombre hecho a si mismo, un triunfador empresarial que ha creado de la nada un imperio tecnológico, es un personaje tan odiado en nuestro país?

Una personalidad que no deja indiferente a nadie 

Ciertamente, Ron Dennis tiene un carácter extremadamente difícil para trabajar por culpa de una personalidad que él mismo define como “obsesivo-compulsiva”. Es bien sabido que ha terminado desquiciando a más de un colaborador, y como bien sabemos en España, también a algún piloto. Sin embargo, analizando en perspectiva sus más de cuarenta años de Fórmula 1, no es justo que se le juzgue únicamente por un posible error en la gestión de un conflicto entre dos empleados de su empresa. Aunque uno de ellos fuera español.

Es curioso como la opinión publica española le acusa -e incluso demoniza- por no priorizar a Alonso sobre Hamilton en 2007. Sin embargo,a quienes realmente afectaba las consecuencias de aquella estrategia era a los accionistas y patrocinadores del equipo, quienes se jugaban su dinero y, a la postre, los realmente legitimados para pedir explicaciones al gestor en el que habían confiado.

Con Hamilton mantuvo algo más que una relación profesional

Por mucho que cueste reconocerlo, considero injusta la visión parcial que se tiene de Ron Dennis en España, indudablemente sesgada por el conflicto con Fernando Alonso. El choque de personalidades entre ambos es probablemente uno de los más fuertes ocurridos en la historia de la Fórmula 1. El británico había gestionado en su día la tensión de las relaciones Lauda-Prost y Prost-Senna, pero la historia nos dice que el asunto se le escapó de las manos en el caso Alonso-Hamilton. Puede que ocurriera porque semejante conflicto no se veía venir –al ser el británico un debutante- o puede que Dennis se viera influenciado por el hecho de que se trataba de un piloto inglés con el que, además, mantenía una singular y estrecha relación personal desde años.

Sea lo que fuere, los logros y éxitos de Ron Dennis en sus cuarenta y tres años en la Fórmula 1 no deben quedar empañados por el posible error de gestión del conflicto Alonso-Hamilton en 2007. Esperemos que el paso del tiempo nos dé la suficiente perspectiva y ecuanimidad para juzgar más objetivamente la gran obra de Dennis, su contribución a la Fórmula 1 y su trayectoria como gran visionario y emprendedor.

España se ha caracterizado tradicionalmente por la eclosión en el deporte de grandes talentos individuales: Santana, Nieto, Sainz, Ballesteros, Nadal, Alonso… Nos iría aún mejor como país si, además, tuviéramos la capacidad de producir muchas figuras como Ron Dennis.

Año 1969. En Silverstone se celebran unos entrenamientos privados. De repente, Jack Brabham pierde el control de su BT26 llegando a Copse y sufre un tremendo accidente. Se forma un gran charco al romperse el depósito de gasolina. La pierna del piloto queda atrapada en el chasis y cualquier chispa o contacto de la gasolina con el motor, escape o frenos, provocará que todo salte por los aires.

Ron Dennis