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Acuarela y esquí en el Valle de Benasque
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Acuarela y esquí en el Valle de Benasque

El madrileño expone en el Palacio de los Condes de la Ribagorza, mientras Cerler cumple 45 años y lo hace nominada, por tercera vez, como mejor centro invernal de España

Foto: Ricardo Montoro desciende por una pala de la estación de esquí de Formigal
Ricardo Montoro desciende por una pala de la estación de esquí de Formigal

Las acuarelas de Ricardo Montoro cuelgan hasta el próximo 10 de enero de las paredes del Palacio de los Condes de la Ribagorza, en el valle de Benasque. El madrileño sintió desde pequeño la llamada de la montaña desde las ventanas del barrio de Vallecas donde nació. La atracción por las cumbres pronto le sucumbió. Se ensimismó hasta hacer de ellas su trabajo como guía y como artista. Ahora expone en la villa que se abre a la mayor colección de tresmiles del Pirineo. Montoro tiene su cuartel general en Tramacastilla, un coqueto pueblo de casas labradas en piedra, con chimeneas coronadas por espantabrujas, donde el tiempo pasa lento al abrigo de las montañas del valle de Tena donde se ubica.

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‘Viento del Norte’ es la exposición de Ricardo Montoro que la define así. “Ha inspirado alguna de mis pinturas, muchas de mis salidas y ha despejado alguna de mis dudas como despeja los temporales de lluvia y nieve. El viento del norte me hace correr para volver al hogar, cerrar la puerta y sentarme junto al fuego. El viento del norte me saca de mí cuando los contraventanos golpean fuertemente en las frías noches, pero me acaricia el rostro cuando las dudas me asaltan”, explica.

Ricardo decidió un día que por qué no iba a plasmar en acuarelas su pasión. Llegó a la montaña atrapado por las conversaciones de escaladores con más almanaques que los suyos. A los 12 años empezó a tejer una vida dedicada a las cumbres. En 2008 expuso en Chamonix y a la localidad alpina llegó con la intención de “ser protagonista”, dice, sin que suene a prepotencia. Y vaya si impactó en un día, recuerda, donde el frío y la nieve eran protagonistas. Su exposición se anunció en grandes paneles y con fotos suyas escalando en las paredes de Riglos. Y entre los invitados nada menos que Silvian Tavernier, la primera mujer que entró en la legendaria compañía de guías de Chamonix. De forma paralela a la exposición de Benasque, sus cuadros cuelgan en Val d'Isère, en pleno corazón de los Alpes franceses.

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Ricardo Montoro plasma sobre el papel lo que siente con técnica de acuarela y tinta. De forma ocasional utiliza acrílico. Apasionado por la fotografía, las imágenes que capta son su referencia cuando se adentra en su estudio, se desconecta del mundo y da rienda suelta a su pasión. La exposición 'Viento del Norte' abrió el pasado día 27 de diciembre, un día después de una fecha importante para Benasque, ya que la estación de esquí de Cerler cumple sus 45 años de existencia y lo hace a lo grande con la designación por tercera vez consecutiva como la mejor estación de esquí de España en la gala de los World Ski Awrads del pasado mes de noviembre en Kitzbühel (Austria).

La estación más montañera de la cara sur del Pirineo se prepara este año para ser sede de una prueba del Freeride El Dorado para categoría junior, 14 a 17 años. Será el 17 y 18 de febrero cuando la montaña de Cerler sea escenario de una prueba que lleva el esquí a su lado más salvaje y espectacular. En la salida, dos locales del valle de Benasque –Ruth Frutos y Alba Terés–, además del grupo que forma el Club Esquí Cerler Aneto. Previo a la competición, habrá un cursillo intensivo de freeride y montaña impartido por profesionales entre los que suelen aparecer algunos riders de talla mundial.

Las acuarelas de Ricardo Montoro cuelgan hasta el próximo 10 de enero de las paredes del Palacio de los Condes de la Ribagorza, en el valle de Benasque. El madrileño sintió desde pequeño la llamada de la montaña desde las ventanas del barrio de Vallecas donde nació. La atracción por las cumbres pronto le sucumbió. Se ensimismó hasta hacer de ellas su trabajo como guía y como artista. Ahora expone en la villa que se abre a la mayor colección de tresmiles del Pirineo. Montoro tiene su cuartel general en Tramacastilla, un coqueto pueblo de casas labradas en piedra, con chimeneas coronadas por espantabrujas, donde el tiempo pasa lento al abrigo de las montañas del valle de Tena donde se ubica.

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