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Si sabes esquiar bien o piensas venir en grupo, Boí Taüll es tu destino perfecto
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LA COTA MÁS ALTA DE LOS PIRINEOS TE ESPERA

Si sabes esquiar bien o piensas venir en grupo, Boí Taüll es tu destino perfecto

Dos valles que confluyen en el mismo punto son la mejor excusa para ir en grupo a esquiar y saber que no te vas a perder porque todos llegan al mismo sitio

Foto: Boí Taüll, una gran estación por descubrir
Boí Taüll, una gran estación por descubrir

Dos valles que confluyen en la misma cota base son la mejor excusa para ir en grupo a esquiar y saber que no te vas a perder porque todos van a llegar al mismo sitio. Es Boí Taüll, la estación con la cota más alta del Pirineo y que está diseñada a medida para los que saben cómo disfrutar de la nieve.

Si más del 70 por ciento de una estación está dedicado a pistas rojas y negras, está claro que el esquiador que va a bajar esas montañas será muy experimentado. Sin embargo, en Boí Taüll se da una circunstancia que ayuda a combinar el tipo de usuario que se ve por sus pistas: la geomorfología de la estación, a caballo entre dos valles, hace que siempre confluyan en un mismo punto, por lo que es el sitio perfecto para que grupos de escolares pasen sus vacaciones esquiando sin temor a extraviarse.

Ubicada en la comarca de la Alta Ribagorza, Boí Taüll cuenta con 45 kilómetros esquiables divididos a lo largo de 48 pistas, de las que 6 son verdes, 8 azules, 24 rojas y 9 negras. Además, hay dos áreas de free-ride, un snowpark y un jardín de nieve para completar la oferta de un dominio cuya cota más alta, Puig Falcó, se encuentra a 2750 metros de altura, lo que le convierte en el techo del Pirineo esquiable.

Además, la base de la estación (Pla de Vaques) está por encima de los 2.000 metros, lo que ayuda a mantener la nieve, sobre todo en épocas en las que el blanco elemento no abunda. Si normalmente se dice que las estaciones con una altitud media superior a los 2000 metros no deben tener falta de nieve, en Boí Taüll no sólo tienen esa media, sino que toda la estación está por encima de esa marca. Si a eso le sumas su orientación norte y la escasa humedad de la zona, el resultado es una nieve polvo que suele acompañar a lo largo de toda la temporada.

Los problemas vienen de la mano del viento, ya que la zona alta de Boí Taüll queda muy expuesta a los aires que obligan a cerrar pistas y remontes bastante a menudo. A principios de temporada también suelen proliferar las piedras por las pistas, aunque es cierto que conforme van cubriéndose de nieve, esos problemas desaparecen y la estación se encarga de que no vuelvan a proliferar. Tampoco hay que olvidar la falta de inversión en infraestructuras que denuncian los habituales de esta estación de Lleida (con una preocupante deficiencia de telesillas desembragables), aunque la incorporación de la Generalitat a la gestión de la estación en los últimos meses puede ayudar a solventar ese problema.

La mejor manera de disfrutar de una gran estación

Grandes vistas al valle, ausencia de pistas horizontales y grandes desniveles conforman una gran estación de esquí. Para los que aún no se atreven con pistas rojas y negras, el trazado con el que más van a disfrutar es el que empieza en Pas del Port, enlaza con Cerbi y termina en Junior. Más de 6 kilómetros de pistas azules que harán disfrutar al esquiador y terminarle de convencer de la belleza de este deporte.

Los que más saben con esquíes y tablas puestas prefieren lanzarse por Collbirros, que sale del pico más alto, Puig Falcó, y te llevará directamente hasta la base de la estación en un trazado excepcional por la zona oriental de Boí Taúll. También parten desde esa zona la mayoría de las pistas negras, bastante largas y difíciles, pero que hacen sacar al esquiador lo mejor que lleva dentro para disfrutar de un desnivel que, en ocasiones, quita el sentido.

Comer, dormir y disfrutar… más allá de la nieve

El Valle de Boí, además de bellos pueblos y gentes muy acogedoras, reúne nueve iglesias románicas del siglo XII que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, es una de las entradas naturales al Parque Nacional de Aigüestortes, un espacio que acoge una gran cantidad de especies protegidas y que es perfecto para conocer con las raquetas de nieve en invierno y practicando senderismo en verano.

En cuanto a los alojamientos, la propia estación tiene un complejo llamado Boí Taüll Resort, a dos kilómetros de la localidad de Taüll. Tiene un hotel de 4 estrellas, dos de 3, uno de 2, dos aparta-hoteles y un spa, además de club infantil, pub y discoteca, aunque es cierto que el ambiente del apres-ski no es de los más animados del Pirineo. Además, para los buscan algo especial, el destino idóneo es El Xalet de Taüll, un alojamiento extraordinario en el que disfrutar de unas preciosas vistas mientras te traen un desayuno casero y recién hecho no tiene precio.

Dos valles que confluyen en la misma cota base son la mejor excusa para ir en grupo a esquiar y saber que no te vas a perder porque todos van a llegar al mismo sitio. Es Boí Taüll, la estación con la cota más alta del Pirineo y que está diseñada a medida para los que saben cómo disfrutar de la nieve.

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