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La Pinilla: la mejor estación de esquí para los madrileños está en Segovia
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tiene unas vistas incomparables de la meseta

La Pinilla: la mejor estación de esquí para los madrileños está en Segovia

Un total de 23 pistas y poco más de 15 kilómetros de nieve es la mejor oferta de los esquiadores madrileños para disfrutar de su deporte favorito

Foto: El Mirador, la pista más emblemática de La Pinilla (Foto: K.M.)
El Mirador, la pista más emblemática de La Pinilla (Foto: K.M.)

La Pinilla está considerada como la estación más alpina del Sistema Central. Aunque pertenece a la provincia de Segovia, se puede decir que es una estación por y para los madrileños puesto que el noventa por ciento de los esquiadores que la visitan proceden de la capital de España. Los poco más de 100 kilómetros que separan Madrid de la estación se recorren en apenas una hora, mientras que los castellano-leoneses que se desplacen hasta aquí, exceptuando los segovianos, tendrán que coger el coche durante más de hora y media para recorrer los 135 ó 150 kilómetros que separan la estación de Valladolid, Burgos o Palencia.

La Pinilla es una estación con poca altura y por esta razón se nutre de mucha nieve artificial. En cualquier estación española es complicado esquiar en cotas de 1500 metros, razón por la que la estación segoviana ha apostado desde hace tres temporadas por un revolucionario sistema de nivación, lo que hace que el setenta por ciento del preciado elemento sea artificial.

Está considerada una estación familiar y para debutantes, pero también tiene pistas como El Mirador, un lugar sólo apto para esquiadores con gran nivel pese a que es de color rojo (no hay ninguna pista negra en los quince kilómetros esquiables). Y esto es debido a que la estación, desde su punto más alto situado a 2050 metros a su punto más bajo, tiene un desnivel de nada menos que 538 metros, lo que la convierte en la única del Sistema Central con esa diferencia de altitud. Por este motivo entre otros logró que se celebraran pruebas de la Copa de Europa de Esquí en el año 1975.

Mención especial para una iniciativa innovadora por parte de la estación segoviana. Aquellos que reciben clases en la Escuela de Esquí pueden pedir que esas clases les sean impartidas en inglés, una magnífica noticia en una época en la que el bilingüismo se ha asentado en la educación. Kike, un experto esquiador madrileño, y su hijo Jaime son dos de los aficionados que se han apuntado a esta modalidad de clases y están encantados: “Nos da la posibilidad de que el niño reciba las lecciones en inglés y lo asume como algo normal, después de que en el colegio casi todas las materias se impartan en ese idioma”.

Madrid está cerca... pero no tan cerca

Ir a la La Pinilla significa disfrutar de un gran día de esquí. Es una estación acogedora, divertida y sin los problemas de masificación que tienen las estaciones más cercanas a la capital. Hay muchos niños acompañados de sus padres y familias completas. Abundan los distintos clubes de esquí, como el madrileño Club Amistad, uno de los más veteranos de la capital, que elige siempre esta estación aunque esté más lejos de Madrid que otras de la sierra. Las razones son varias: está menos masificada que sus rivales, los accesos son rápidos y, por si fuera poco, los menores de seis años no pagan 'forfait', lo que supone un ahorro importante para las familias, sobre todo en una época de crisis como la que vivimos. Como punto negativo puede señalarse la simpleza de su página web, una herramienta que la gran mayoría de aficionados usa antes de disfrutar de su día de nieve pero que, en el caso de La Pinilla, deja bastante que desear.

Ser una estación pequeña hace que sus instalaciones no sean como las de las estaciones punteras de nuestro país, pero se puede decir que es completa y muy cómoda. En el acceso junto a las taquillas no faltan cafeterías para tomar un café o un caldo y son muchos los que no renuncian a un generoso pincho de tortilla antes de afrontar la jornada deportiva. Además, si se quiere hacer una pausa a mediodía, no sólo hay bocadillos y platos combinados, sino que los más exigentes también pueden comer de mantel con un contundente menú del día.

Mucha vida más allá de la nieve

Ir a esquiar a La Pinilla permite la posibilidad de disfrutar de una tarde-noche de gran belleza en la zona segoviana de la Sierra de Ayllón. El aficionado tiene la posibilidad de disfrutar de la exquisita gastronomía de Riaza, a apenas cinco minutos de las instalaciones, y todos los encantos de una sierra por descubrir.

Estación de esquí de La Pinilla. (Carlos Delgado)Riaza es, sin duda, uno de los pueblos más bellos de Castilla y allí se puede disfrutar de un montón de restaurantes y multitud de bares de tapas. Los judiones de La Porticada son famosos en toda la comarca, al igual que su asado de cordero. También destaca Casa Moreno, en plena Plaza Mayor de la localidad, en el que el huevo escalfado y los torreznos hacen peregrinar a turistas de toda la región.

Además, son muchos los establecimientos que tienen un buen surtido de productos típicos de la zona a la venta. Y si el día lo permite, es un escenario perfecto para atreverse a un aventurero vuelo sin motor en Santo Tomé del Puerto y Corral de Ayllón o para dar un paseo a caballo. Por si fuera poco, su cercanía al Parque Natural de las Hoces del Río Duratón y al Pantano de Madreruelo ofrecen infinidad de posibilidades para combinar deporte y naturaleza.

Y si se quiere hacer noche en la zona, la propia estación gestiona un albergue y un hostal junto a las pistas y tiene concertados cuatro hoteles en la zona en los que se ofrece el 'forfait' con el precio de la habitación. De todas formas, la oferta no es muy amplia, lo que hace que los precios no sean precisamente bajos, por lo que los aficionados buscan otras posibilidades en los pueblos de alrededor. Hay hoteles, hostales y multitud de casas rurales por toda la Sierra de Ayllón.

La Pinilla está considerada como la estación más alpina del Sistema Central. Aunque pertenece a la provincia de Segovia, se puede decir que es una estación por y para los madrileños puesto que el noventa por ciento de los esquiadores que la visitan proceden de la capital de España. Los poco más de 100 kilómetros que separan Madrid de la estación se recorren en apenas una hora, mientras que los castellano-leoneses que se desplacen hasta aquí, exceptuando los segovianos, tendrán que coger el coche durante más de hora y media para recorrer los 135 ó 150 kilómetros que separan la estación de Valladolid, Burgos o Palencia.

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