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"He atropellado a un ciclista. Lo he matado" y 200.000 firmas piden que sea delito
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200.000 FIRMAS PARA CAMBIAR LA ACTUAL LEY

"He atropellado a un ciclista. Lo he matado" y 200.000 firmas piden que sea delito

En 2013, un conductor mató a Óscar, el marido de Anna González, la mujer que ha promovido una lucha por cambiar el Código Penal que ha recibido un apoyo masivo

Foto: Anna González estuvo muy arropada en la entrega de firmas (@aragarduno9543/Twitter).
Anna González estuvo muy arropada en la entrega de firmas (@aragarduno9543/Twitter).

"Tengo que confesar algo y hacerlo público... Hoy he atropellado a un ciclista que circulaba delante de mí, iba despistada cambiando la emisora de radio, me he metido en el arcén y le he dado. Creo que lo he matado, no he parado para comprobarlo pero, creo que no se movía. Tengo el parachoques destrozado, tendré que cambiarlo hoy mismo, me gusta que mi coche esté perfecto. Sé que no me va a pasar nada, si me localiza la Guardia Civil, nadie me va a procesar y ni siquiera pagaré nada, ya que lo hará mi aseguradora. Ni siquiera en el peor de los casos, me retirarán el permiso de conducir". No, nadie está confesando un delito. Era Anna González en su iniciativa en 'change.org', contando la historia de la muerte de su marido Óscar en 2013 en la voz del conductor imprudente.

Foto: Javier Guillén, en la redacción de El Confidencial (Ernesto Torrico).
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"Llegué y luché. Me giré y, justo detrás de mí, vi a miles de personas que me seguían. Un pelotón multicolor que creyó en mi lucha #PorUnaLeyJusta". Anna González ha hecho todo lo que podía para luchar por hacer justicia a su marido Óscar. En 2013, Óscar salió con su bicicleta y no regresó. Un camión invadió el arcén y acabó con su vida en el acto. El conductor se dio a la fuga, pero los restos del vehículo dejados por el accidente permitieron identificar al delincuente, al que se le juzgó por una falta, no por un delito, y fue puesto en libertad con cargos. No pasó a mayores. Anna se sintió desprotegida, como lo están todas las víctimas y familiares de accidentes sufridos por ciclistas, e inició una campaña para recoger firmas para cambiar la ley. Recogió más de 200.000 y este jueves las presentó en el Congreso de los Diputados de manera oficial.

"Llevo más de un año luchando y ya he puesto encima de la mesa el problema. Ahora la pelota está en el tejado de los políticos", dijo González en la Carrera de San Jerónimo. Es bien consciente de que nada de lo que ha conseguido habría sido posible si no hubiera contado desde el primer momento con el apoyo masivo del ciclismo. Mejor dicho, de los ciclistas. Como ejemplo de representación de los corredores, Eduardo Chozas y Pedro Delgado estuvieron con ella (y otras decenas de personas que también quisieron mostrarle su apoyo) en el acto.

"El problema no es solo del mundo del ciclismo, sino de peatones y conductores. No puede ser que la omisión del deber de socorro no esté en la legislación porque la inmediata atención a un accidentado puede evitar una muerte", dijo Perico. En el caso del accidente del marido de Anna, el conductor se libró del delito de la omisión de socorro ya que la muerte de Óscar ocurrió en el acto, por lo que no había posibilidad de socorro, algo que según Anna y los cientos de miles de personas que la apoyan no tiene ni el más mínimo sentido ni guarda relación con la justicia.

Anna insta a los partidos a impulsar la modificación de los artículos 142 del Código Penal que regula el homicidio por imprudencia y el artículo 195 que contempla la omisión del deber de socorro. Sobre el primero, González pide cambios para que vayan a juicio todos los accidentes mortales o con resultado de lesiones cuando haya habido una imprudencia más grave o leve por parte del conductor, con el objetivo de que los atropellos de este tipo dejen de resolverse pro al vía civil. Respecto a la omisión de socorro, exige que se recupere en la legislación este deber y, por tanto, tenga reproche penal la persona que abandone a otro, aunque ya haya fallecido.

Foto: Purito en una salida en mountain bike (Twitter).

En los contactos con la clase política, que han sido ya a estas alturas suficientes para testar el interés de los políticos, Anna asegura que ninguno le ha negado su iniciativa. Todos la recibieron, la escucharon atentamente y se mostraron de acuerdo en que es un problema a solucionar. Otra cosa es que una vez ahora tienen las firmas sobre la mesa, con todo el peso del enorme respaldo que ello supone, tengan la decencia de sentarse a negociar la reforma del Código Penal para que de una vez por todas, sea una ley justa para todos, y para que ningún delito quede impune. Por ahora lo que está claro es que ninguno de los partidos le ha confiado un plazo. "Ya vamos viendo", parecen querer decir. Hasta que se solucione, seguirán muriendo o quedando inválidos decenas de ciclistas en la carretera. El cambio en la ley y, sobre todo, la concienciación del conductor sobre el peligro que representa un coche para un ciclista o un peatón, son necesarios.

"Tengo que confesar algo y hacerlo público... Hoy he atropellado a un ciclista que circulaba delante de mí, iba despistada cambiando la emisora de radio, me he metido en el arcén y le he dado. Creo que lo he matado, no he parado para comprobarlo pero, creo que no se movía. Tengo el parachoques destrozado, tendré que cambiarlo hoy mismo, me gusta que mi coche esté perfecto. Sé que no me va a pasar nada, si me localiza la Guardia Civil, nadie me va a procesar y ni siquiera pagaré nada, ya que lo hará mi aseguradora. Ni siquiera en el peor de los casos, me retirarán el permiso de conducir". No, nadie está confesando un delito. Era Anna González en su iniciativa en 'change.org', contando la historia de la muerte de su marido Óscar en 2013 en la voz del conductor imprudente.

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