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Froome critica a la Vuelta una decisión que le benefició a él más que a nadie
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"las reglas están para cumplirlas", dijo

Froome critica a la Vuelta una decisión que le benefició a él más que a nadie

"Los 91 corredores repescados, incluidos todos mis compañeros, deberían de estar fuera de carrera", dijo Froome, que tiene cada vez más claro que la Vuelta la tendrá que ganar otro año

Foto: Froome está a 3:37 del líder Quintana (Javier Lizón/EFE).
Froome está a 3:37 del líder Quintana (Javier Lizón/EFE).

La Vuelta se saltó una de sus normas, una ley establecida en la grandísima mayoría de las competiciones ciclistas, que impide que los corredores que llegan fuera de control, esto es, que hayan cruzado la meta más tarde del horario máximo establecido por la organización, puedan continuar en la carrera. Lo hizo porque eran 91 corredores, y no tres o cuatro. No se cumplió con lo establecido también porque entre esos que en vez de ir compitiendo fueron de paseo marchaban los ocho corredores de Sky que no son Chris Froome, que estaba intentando sobrevivir por su cuenta a la escabechina que le habían organizado Contador y Quintana, con las intenciones más maliciosas posibles.

¿Cómo narices iban a dejar solo al corredor británico, el único que, se dice, puede aún recortar los 3:37 segundos de desventaja con respecto al líder y, por tanto, mantener con algo de vida una Vuelta moribunda? Nada de eso, ni de broma se pasaba por ahí. "Se ha hecho una excepción atendiendo al esfuerzo que han realizado durante la carrera y sobre todo en la etapa de ayer", dijo Javier Guillén, director de la Vuelta, argumentando que 91 ciclistas profesionales no fueron capaces de aguantar el peso de sus piernas tras el Aubisque, y que por eso les costó casi una hora más que al ganador llegar a lo alto de Formigal. Vamos, que no pudieron hacer lo que hacen siempre...

Foto: Quintana, Brambilla y Contador, luchando por la victoria (Javier Lizón/EFE).
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"Comparé mi medidor de potencia con el de Jesús Hernández -del Tinkoff, uno de los corredores fuera de control-, y completó menos de la mitad del esfuerzo que yo. Las reglas, si no se aplican, alguien sufre las consecuencias", palabras de Alberto Contador. Claro que hay quien no está de acuerdo, como Purito Rodríguez, que valora el esfuerzo de los compañeros.

A Froome le benefició enormemente, como es lógico. Pasó de quedarse legalmente sin equipo a volver a contar con los ocho compañeros con los que inició la ronda. Más cansados, pero al menos siguen encima de sus bicicletas. La realidad es esa, y Froome, como es natural, la acepta de buena gana. No habría tenido ninguna opción de seguir peleando de lo contrario. Pero él entiende a los que tachan de vergonzosa la decisión del comité de la Vuelta. Y de hecho, cree que se debería haber cumplido con lo establecido.

"No me parece justo contar con ellos. Si hay una regla es para cumplirla. Los 91 corredores repescados, incluidos todos mis compañeros, deberían de estar fuera de carrera. No obstante es una decisión que toma el colegio de comisarios y hay que aceptarla. A veces perjudica y otras beneficia", dijo en la rueda de prensa de la jornada de descanso de este martes. Nunca sabremos cuál habría sido su versión si la Vuelta hubiera hecho efectiva la descalificación de todos los 91 corredores, entre ellos, los otros ocho ciclistas del Sky. Pero al menos, cumplió con su deber de reconocer que estuvo mal lo que hicieron sus compañeros.

El británico es, hoy por hoy, el ciclista más temido del pelotón, pero su buen hacer en la carretera depende en gran porcentaje del trabajo que le hacen sus compañeros. En cada etapa significativa, sobre todo en los tres Tours que ha ganado, estaba siempre rodeado de compañeros que le hacían más sencillo su trabajo, enseñándole la rueda que seguir, protegiéndolo ante posibles ataques, resguardándolo, en una palabra. Contrasta mucho, en cambio, en cómo ha vivido Contador sin casi poder aprovechar a sus demás corredores debido a la -por lo general- mala planificación del Tinkoff, o Quintana, que suele tener apenas a Valverde porque el Movistar no destaca precisamente en estrategia...

Lo peor es que estuvo cerca de pasarle al propio pelotón un par de días antes. La etapa que iba de Bilbao a Urdax fue escogida por los corredores como jornada de descanso sobre la bicicleta. Decir que dejaron que llegase la fuga sería quedarse tres pueblos cortos. Alcanzaron la meta casi 34 minutos después de que lo hiciera Valerio Conti, ganador en esa jornada. Se libró el pelotón de llegar fuera de control, aunque visto el precedente con estos 91 corredores, absolutamente nada habría pasado. ¿Se imaginan que todos los favoritos se hubieran tenido que marchar a casa? No solo eso, sino que se hubieran disputado la Vuelta once tipos que nada tenían que hacer en la general. Verías tú qué risas.

La Vuelta, mejor otro año

A Froome hay que elogiarle por muchos motivos, pero desde el punto de vista de su personalidad, se nos caen los halagos. El tío es sincero, o al menos lo parece. Este chico que no disimula que la forma de correr que tiene es manejando su esfuerzo mecánicamente con un potenciómetro, ya insinuó una vez que los mejores ciclistas del mundo deberían pasar más análisis antidopaje. Y ahora, cuando aún quedan cinco etapas apoteósicas por delante, asegura que la Vuelta la va a pelear... pero la de otro año. "Es una carrera que me encanta, importante para mí y por ello llevo tiempo intentando ganarla y parece que, una vez más, tendrá que ser para otro año. Seguiré luchando, claro, pero ahora parece menos realista que hace unos días", aseguró.

Foto: Contador hizo una etapa descomunal. (Javier Lizón/EFE)

Que Froome diga que su victoria en la Vuelta será para otro año es como decirle directamente a Nairo Quintana que ya puede ir abriendo la chicha y celebrar su segundo éxito en una gran ronda por etapas. Porque todos los corredores en el pelotón saben que el único que puede darle la vuelta a la tortilla ahora mismo es el keniata. Ni Chaves, ni Contador. De hecho, Contador se ha descartado a sí mismo. "Hasta ahora contaba con un 100% de efectividad. Parece que se rebajará a un 75%", dijo el líder del Tinkoff.

La Vuelta se saltó una de sus normas, una ley establecida en la grandísima mayoría de las competiciones ciclistas, que impide que los corredores que llegan fuera de control, esto es, que hayan cruzado la meta más tarde del horario máximo establecido por la organización, puedan continuar en la carrera. Lo hizo porque eran 91 corredores, y no tres o cuatro. No se cumplió con lo establecido también porque entre esos que en vez de ir compitiendo fueron de paseo marchaban los ocho corredores de Sky que no son Chris Froome, que estaba intentando sobrevivir por su cuenta a la escabechina que le habían organizado Contador y Quintana, con las intenciones más maliciosas posibles.

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