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Los nervios de un señor de casi 36 años por sentirse mejor preparado que nunca
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Alejandro valverde ganó la flecha valona

Los nervios de un señor de casi 36 años por sentirse mejor preparado que nunca

"Estaba más nervioso que nunca porque tenía las sensaciones mejores que nunca y sabía que podía ganar", dijo Valverde después de ganar su cuarta Flecha Valona, tercera consecutiva

Foto: Nadie pudo perseguir a Valverde en el sprint final (Luc Claessen/Cordon Press).
Nadie pudo perseguir a Valverde en el sprint final (Luc Claessen/Cordon Press).

Son ya tres años en los que siempre antes de la Flecha Valona se suele formular una pregunta retórica sobre los ciclistas que se plantean como favoritos para alzarse con el triunfo en la segunda parte del Tríptico de las Ardenas. Es retórica porque aunque reciba contestación, no la necesita. El que la realiza sabe de sobra la respuesta correcta: Alejandro Valverde. Mientras esté el de Las Lumbreras sobre su bici, lo normal es que en Valonia gane él. Lo contrario sería una sorpresa.

Han pasado muchos años ya con Valverde en el circuito profesional. Catorce, para ser exactos. Ha dominado este deporte desde el inicio de su carrera, pero es ahora, cuando la meta definitiva está acercándose peligrosamente, cuando está mostrando lo mejor de sí mismo. Un día, Valverde tenía que elegir qué tipo de corredor iba a ser, y como no se decidía, decidió serlos todos a la vez. Quizá esa mutabilidad le ha impedido poder ganar alguna vez el Tour de Francia, o ser siempre un favorito en alguna de las tres grandes. Él quiso aspirar a todo, estar siempre disponible para luchar en todas las batallas, pero no siempre para ganar la guerra.

Y aunque en sus piernas hay miles y miles de kilómetros, en los que se ha encontrado ante numerosas dificultades, tanto ajenas como propias, Valverde sigue siendo, como dijo en una entrevista con 'El País', "humano". "Tengo dos piernas, un corazón y tengo límites". Ese corazón aún palpita con velocidad cuando se presenta ante una carrera como la Flecha Valona, que conoce como la palma de su mano. Cuando uno va a un examen sin haber estudiado, se sienta delante de la hoja en blanco con pánico y nerviosismo incontrolables; cuando se sabe la lección, va tranquilo y confiado. A Valverde le pasa lo contrario.

"Estaba más nervioso que nunca porque tenía las sensaciones mejores que nunca y sabía que podía ganar", dijo nada más cruzar la línea de meta. Se encontraba de maravilla, "como nunca", dice un hombre que ha corrido en las mejores condiciones las mayores vueltas, clásicas y carreras del planeta ciclista. Pero cuando está a sólo unos días de cumplir los 36 años, se siente inquieto por la responsabilidad de ganar.

La victoria fue una de tantas, pero con el tinte especial que le otorga el ser la cuarta del 'Bala', una cifra a la que nadie había llegado jamás, ni siquiera en los muchos años en los que la Flecha Valona era coto privado de los belgas. Y las tres últimas disputadas. Cuantos más años cumple, mejor se le dan estas carreras de un día. Porque no es únicamente en Valonia donde Valverde tiene ascendencia en el palmarés reciente. Tres Lieja-Bastoña-Lieja, dos Clásicas de San Sebastián y varios podios en la Amstel y en el resto de las clásicas son datos suficientemente aclarativos. En la Flecha, él ha cogido el testigo de los otros españoles, Purito y Dani Moreno, que completan un quinteto triunfal en los últimos cinco años.

La ilusión de lo desconocido

Parece imposible, pero es así. Valverde se sigue poniendo nervioso por una Flecha Valona. Pero esta temporada, Valverde tiene motivos reales para ponerse tenso. Porque lo desconocido siempre es peligroso, provoca situaciones nuevas que hay que aprender a solventar en el momento. Alejandro se estrena en apenas dos semanas en el Giro de Italia, el último gran reto de su carrera por la novedad. La general es su objetivo para que el final de su carrera, además de Clásicas, tenga otra grande... y para así, quizá, conseguir que la opinión pública lo valore como se ha ganado.

Son ya tres años en los que siempre antes de la Flecha Valona se suele formular una pregunta retórica sobre los ciclistas que se plantean como favoritos para alzarse con el triunfo en la segunda parte del Tríptico de las Ardenas. Es retórica porque aunque reciba contestación, no la necesita. El que la realiza sabe de sobra la respuesta correcta: Alejandro Valverde. Mientras esté el de Las Lumbreras sobre su bici, lo normal es que en Valonia gane él. Lo contrario sería una sorpresa.

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