Su turno, señor Dumoulin

La Vuelta pende de un hilo muy fino. Sobre ese hilo desfilan decenas de bicicletas que quieren llegar lo antes posible a Madrid. Ese mismo hilo lo está manejando con sumo cuidado, con el cariño que una madre da a su bebé, un holandés que tiene de errante (de errar) lo mismo que de venezolano, o sea, nada. Pero de errante (de vagar) tiene bastante. Tom Dumoulin lleva errando por las tierras de España desde hace casi tres semanas y muy pocos eran los que podían imaginar que a falta de cinco etapas de nada, él, un desconocido, un outsider como se suele decir, tenga la Vuelta por el mango y pueda decidirla en 38 kilómetros.

Que un ciclista inesperado se plante como líder de la clasificación general durante los primeros días de carrera es normal, casi natural, pues los jefes de filas, los favoritos, siempre suelen esperar a las jornadas clave para mostrarse por primera vez. Por tanto, que un chico de 24 años de Maastricht se vistiera de rojo alguna vez durante la primera semana no cogió por sorpresa a nadie. Lo que sí ha cambiado y mucho la carrera es que ese mismo corredor se ha mantenido en la pelea con el paso de las innumerables montañas, puertos y descensos que ha tenido esta ronda española. Eso es lo raro y lo que tiene en vilo al pelotón… más en particular a Purito Rodríguez y Fabio Aru.

"El candidato a ganar la contrarreloj de mañana y llevarse la Vuelta es Dumoulin. No le deseo ningún mal, pero tampoco lo mejor, eso está claro", dijo Joaquim Rodríguez en la rueda de prensa de este martes. Ni él mismo se esperaba este resultado ni nadie en el Giant. “No tenemos equipo para apoyar a Tom. Será muy complicado si tuviésemos que defender el rojo en los últimos días de carrera, pero no habrá pesar si lo perdemos, porque esto no lo previó nadie”, dice Addy Engels, director de Giant. Era imposible pensar que estaría entre los mejor colocados para ganar en Madrid no sólo antes de empezar, sino antes de un tríptico cantábrico que para alguien que está lejos de ser un especialista en montaña debía de ser una tumba a todas sus opciones.

No lo fue ni estuvo cerca de serlo. Era normal que perdiese tiempo en todas las subidas, en las tres. Pongan a Majka, a Purito o a Aru en la situación contraria a Dumoulin: ¿perderían sólo minuto y medio (lo que ha perdido Dumolin en el tríptico) en tres contrarrelojes consecutivas? Ni de broma. Lo que perderían serían todas sus opciones al triunfo final, es decir, lo contrario que ha hecho el holandés. Diré más aún: es el favorito real para ganar la Vuelta, como dice el propio Joaquim Rodríguez. Porque no es una contrarreloj breve, rápida, que haga poco daño a los escaladores. Es larga, de 38 kilómetros de sufrimiento con varios repechos que le vienen bien al líder y al segundo, pero que tampoco le vienen nada mal al cuarto.

¿Tan bueno es Dumoulin en contrarreloj para ser capaz de quitarle 1:51 a Purito? Hablamos de un corredor que fue campeón de la disciplina en su país el año pasado y que en el Mundial de Ponferrada se colgó la medalla de bronce. Según eso, es el tercer mejor contrarrelojista del mundo, si bien eso nunca tiene por qué ser exactamente así. Lo que está claro es que es muy superior a sus adversarios contra el crono y en una distancia tan importante como la que se va a correr, le da obligatoriamente la vitola de favorito… siempre y cuando le aguanten las piernas el sobreesfuerzo que ha tenido que realizar todos estos días de alta montaña.