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El sueño de Valverde llega como gregario
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sólo una "catástrofe" lo sacará del podio

El sueño de Valverde llega como gregario

Toda una vida subido encima de la bici, luchando por estar entre los mejores, y el destino está cerca de recompensar al murciano con un podio en París cuando no llega como líder de su equipo

Foto: Valverde tiene a Contador como único adversario por el podio (Reuters).
Valverde tiene a Contador como único adversario por el podio (Reuters).

Hace diez años, una década ya, desde que Alejandro Valverde rodó por primera vez en el Tour de Francia. Era una de las promesas más importantes del ciclismo español, porque con 23 años ya había sido capaz de subirse al podio de la Vuelta a España y conseguir dos etapas y el jersey blanco de la combinada. Iba para líder, para ganador de cualquier grande que se le pusiera delante. El transcurso de su carrera deportiva le hizo alejarse poco a poco de los grandes objetivos. No era un corredor de grandes, era un corredor de clásicas. Cuando se acerca el final de su carrera y un joven le ha ganado el puesto para el Tour, Valverde está cerca, por fin, de cumplir su sueño.

Aquel Tour de Francia, en 2005, Valverde no lo terminó. Sin embargo, se marchó de lagrande bouclecon una buena dosis de felicidad. No todos los días un joven de 25 años puede ganar en los Alpes, de ahí el mérito que tiene el triunfo de este jueves de Romain Bardet. Aquel día,en Courchevel, Valverde se enfrentó al mejor Armstrong, ese que ganaba paseándose la competición más dura del mundo. Se enfrentó es un término en realidad no del todo correcto: le aguantó el ataque que realizó y después, en la línea de meta, el americano no le disputó la victoria. Valverde alzó los brazos y saboreó por primera vez la miel del Tour.

No pudo terminar un Tour hasta dos años después, y fue su mejor resultado hasta que llegue a París este domingo (si es que no pasa una "catástrofe", como dijo Alberto Contador, que no parece tener demasiadas esperanzas en pelearle el tercer puesto). En realidad, Valverde nunca ha sido de grandes vueltas porque ha ganado sólo una, la Vuelta de 2009, pero la verdad es que ha peleado casi todas las que ha disputado. En 2012 tuvo su peor resultado en el Tour, 20º, pero en el resto de participaciones en Tour o Vuelta (nunca ha corrido el Giro), no ha bajado del octavo lugar.

No hay una realidad que permita a Valverde hacerse ilusiones con acabar en el puesto en que está en París. Su historia dice que siempre ha tenido un día de debilidad en el Tour, ya fuera en los Alpes o en los Pirineos. Sus opciones de triunfo se disipaban cuando un día tenía un pequeño desfallecimiento que le alejaba de sus objetivos. Pero este año es diferente, y todos lo ven: "No había visto nunca a un Alejandro Valverde en este estado de forma, está más fuerte que nunca", dijo Vincenzo Nibali tras los Lacets de Montvernier.

"No sé si voy a ir al podio. Si lo logro, muchísimo mejor, pero cuando vinimos al Tour eso era demasiado soñar, vinimos con un papel y con esa idea seguimos". Valverde no vino al Tour como líder de un equipo. No lleva el1detrás del5que luce el Movistar. El único equipo español de la élite se la jugó con Nairo Quintana, su baza de futuro. Valverde es su escolta, su ayudante, su mayordomo si hace falta. Y asume su rol con humildad y coraje. No ha dejado ni un gramo de fuerza en la alta montaña. Ha atacado para hacer daño a los rivales y preparar los delicados intentos de su líder. Ha ejercido de gregario, y qué dichosa es la historia, que es siendo un segunda espada cuando puede por fin ser de los primeros.

Hace diez años, una década ya, desde que Alejandro Valverde rodó por primera vez en el Tour de Francia. Era una de las promesas más importantes del ciclismo español, porque con 23 años ya había sido capaz de subirse al podio de la Vuelta a España y conseguir dos etapas y el jersey blanco de la combinada. Iba para líder, para ganador de cualquier grande que se le pusiera delante. El transcurso de su carrera deportiva le hizo alejarse poco a poco de los grandes objetivos. No era un corredor de grandes, era un corredor de clásicas. Cuando se acerca el final de su carrera y un joven le ha ganado el puesto para el Tour, Valverde está cerca, por fin, de cumplir su sueño.

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