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Contador, a por el doblete en el "Tour más abierto" y sin confianza plena en sí mismo
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reconoce que no llega tan bien como en 2014

Contador, a por el doblete en el "Tour más abierto" y sin confianza plena en sí mismo

"El año pasado había hecho una preparación exhaustiva", dijo el pinteño en la presentación del Tinkoff-Saxo. Entonces, salió derrotado del pavé y después abandonó. Ahora quiere el doblete

Foto: Alberto Contador (i) junto con sus compañeros durante la presentación del Tour en Utrecht. (EFE)
Alberto Contador (i) junto con sus compañeros durante la presentación del Tour en Utrecht. (EFE)

Hace justo un año, Alberto Contador estaba absolutamente preparado para encarar el Tour de Francia. No había estado en tal estado de forma probablemente en toda su carrera deportiva, la cual ya va para larga. O al menos eso es lo que hacía entender cada vez que se dirigía a la prensa y al público en general. Estaba fino, con una carga de entrenamientos medida con escuadra y cartabón, con la cabeza centrada en cada una de las 21 etapas en las que iba a luchar por lavar por fin su imagen en la tierra francesa. Iba a ganar el Tour, porque cuando Contador está al 100%, es casi imposible que surja otro rodador en el planeta que sea capaz de derrotarlo. Pero el pavé le traicionó y una caída le devolvió a España de vacío y con la pierna bien fastidiada.

Todo este tiempo después, el madrileño regresa al mismo lugar, donde tiene de nuevo la intención de ganar. Pero esta vez lo hace de manera diferente a entonces, diferente a cualquier manera previa. Nunca antes había competido en el Giro de Italia en el Tour de Francia en el mismo año. El hecho de correr dos de las tres grandes le da un mérito especial, porque las piernas sufren el doble. Pero Alberto no se apunta a una carrera si no cree que la puede ganar. Esto es así, o se va a por el triunfo final, o mejor será quedarse en casa y verlo por la tele. Contador no es un jugador de chica y, por tanto, no es un perdedor de mus.

Sin embargo, la falta de costumbre a un reto de tales dimensiones le crea ciertas dudas que no son precisamente pequeñas, ni fáciles de obviar y superar. Habrá días en el Tour en los que se encuentre en una situación similar a la penúltima etapa del pasado Giro. En ese momento, notará el sobreesfuerzo de días anteriores, de competiciones pasadas, y tendrá que aguantar como buenamente pueda, porque sus adversarios están en el Tour para ganarlo. No se conformarán como pasó con Fabio Aru y Mikel Landa, que sabían de antemano que no iban a poder con Contador y cuando se les presentó la oportunidad, no supieron o no quisieron atraparla. En esas situaciones se verá si Contador estaba o no estaba preparado para el reto con el que desea coronar su carrera.

"Es algo nuevo para mí -dijo el de Pinto este jueves-. No sé cómo voy a recuperar. Sabía que tenía 33 o 34 días para recuperar y he sacrificado cada minuto para recuperar, he cuidado la alimentación, el descanso, he renunciado a toda celebración o cena y he estado centrado en la bicicleta". Pero aun así, su preparación dista mucho de la perfección que rozó su cuerpo en 2014. No es lo mismo llegar al Tour participando en algunas clásicas y vueltas pequeñas que tras ganar una grande. Y sin embargo, en la Ruta del Sur, la falta de piernas no le impidió superar a Nairo Quintana.

Esa es la motivación con la que llega Contador al Tour. Ganó a uno de sus máximos rivales con un estado de forma lejos de ser el más idóneo. En Francia, en cambio, no estará sólo Quintana, sino que también andarán por ahí Froome, Nibali, Valverde, Purito… Es decir, como dice el propio Alberto, “es uno de los Tours más abiertos de la historia”. Seis candidatos directos para el maillot jeune, cuatro que no se conformarán con otra cosa que no sea estar en lo más alto del podio en los Campos Elíseos. No es el mejor panorama para llegar con miedo.

Sí, porque es precisamente eso lo que está generando dudas a Nadal. Ese “miedo al cansancio” que sufre Nadal le agobia, le estresa, le “crea más dudas, la verdad”. Y lo peor, puede que le frene en situaciones donde tendría que dar todo de sí. Si algo se le puede achacar a su brillante Giro fue que en determinadas situaciones se esforzó mucho, de más. Hubo momentos en los que, con una ventaja grande en la general, decidió seguir atacando y atacando, sacando más tiempo a Aru y Landa cuando en realidad no lo necesitaba. Y lo pagó en el último momento, lo que casi le cuesta el título. Aprender a medir los esfuerzos será determinante en el desarrollo de su Tour.

Hace justo un año, Alberto Contador estaba absolutamente preparado para encarar el Tour de Francia. No había estado en tal estado de forma probablemente en toda su carrera deportiva, la cual ya va para larga. O al menos eso es lo que hacía entender cada vez que se dirigía a la prensa y al público en general. Estaba fino, con una carga de entrenamientos medida con escuadra y cartabón, con la cabeza centrada en cada una de las 21 etapas en las que iba a luchar por lavar por fin su imagen en la tierra francesa. Iba a ganar el Tour, porque cuando Contador está al 100%, es casi imposible que surja otro rodador en el planeta que sea capaz de derrotarlo. Pero el pavé le traicionó y una caída le devolvió a España de vacío y con la pierna bien fastidiada.

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