La dieta de la alfombra roja, la trampa mortal que vistió de luto al muay thai

El deporte no es una broma. Evidentemente, tanto a nivel 'amateur' como profesional, el atleta cuenta con una motivación extra para hacer bien su trabajo, que no es otra que la diversión que conlleva la propia actividad física, al margen del objetivo de la victoria. Pero para poder realizar la actividad con totales garantías y sin que nuestra vida corra peligro, la preparación física pasa a ser fundamental, con especial atención en el deporte profesional, por el ejemplo que ofrece a los más jóvenes. Por ello, el fallecimiento a comienzos de semana de un luchador de muay thai por intentar perder peso de manera severa ha generado un claro debate.

La historia de Jordan Coe es la trágica confirmación de los excesos para poder competir. El británico, que vivía en Tailandia, tenía prevista una pelea en la categoría de 61 kilos pero, cuando llegó el día anterior al pesaje del combate, descubrió que estaba tres kilos por encima del límite. Para perder ese peso de más en menos de 24 horas, Coe se sometió a un entrenamiento severo que le permitiera entrar en el peso ideal, pero su idea iba a ser fatal: decidió envolverse en ropa de abrigo y salir a correr con más de 30 grados para adelgazar... Un brutal golpe de calor acabó con su vida, por culpa de una peligrosa —pero habitual— práctica.

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Rubén Rodríguez

El Confidencial se ha puesto en contacto con un experto en la materia, con el fin de descubrir qué consecuencias tiene para el cuerpo humano este tipo de excesos. Y el doctor David Rodríguez Sanz, de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, concretamente del departamento de Fisioterapia y Podología de la Universidad Europea de Madrid, lo tiene muy claro: "Son desequilibrios de peso severos y voluntarios que se pagan muy caros", confiesa. Las regulaciones en cuanto al peso de algunos deportes, especialmente los relacionados con la lucha cuerpo a cuerpo, llevan a realizar estas "barbaridades".

Abrigarse en verano para perder líquidos o enfundarse en plásticos no son los únicos malos hábitos que se llevan al respecto, sino que también se llega a forzar el adelgazamiento severo "cambiando los horarios de comidas o cenas o, incluso, sacándose sangre antes de un pesaje". Pero la más conocida de todas estas prácticas es la conocida y nada saludable 'dieta de la alfombra roja': "Es la que llevan actores y modelos antes de un evento, con la que prácticamente no se alimentan a fin de adelgazar y presentar un mejor tipo". Y es el principio del fin de la idea que quitó la vida a Coe: forzar el cuerpo a perder kilos.

Este tipo de prácticas tienen dos objetivos: por un lado, para subir peso y, por tanto, de categoría, algo que se consigue "con hiperhidratación e ingesta masiva de comida" y que no es tan agresivo, "pues con el propio deporte se vuelve al peso normal"; por otro, y este sí es realmente peligroso, la pérdida rápida y alocada de peso que, como se ha visto, puede tener consecuencias incluso mortales. "Hay que tener en cuenta que, cuando se quiere adelgazar mucho en muy poco tiempo, lo único que se consigue es perder líquido y algo de masa muscular", señala el doctor Rodríguez, por lo que corremos "el riesgo de deshidratarnos".

Importantes problemas físicos

"Intentar adelgazar de manera severa en un corto periodo de tiempo es muy peligroso, pues podemos llevar a nuestro cuerpo a sufrir un colapso. Cuando se utilizan prácticas como la de Coe, de envolverse en ropas gruesas en verano o en plástico para realizar esfuerzo físico y así perder peso, estamos llevando a nuestro cuerpo al límite. Nuestro sudor es un mecanismo de refrigeración, y estamos utilizándolo para perder líquido y peso. Es muy grave", confirma Rodríguez Sanz. Por desgracia, se trata de prácticas que se llevan realizando desde tiempos inmemoriales para competir en los estrictos baremos de la competición.

"Forzar de esta manera al cuerpo nos puede provocar problemas a todos los niveles. Nos puede llevar a sufrir desde alteraciones cardíacas a bajadas de tensión o incluso que los riñones no filtren de manera correcta. Pero incluso hay estudios que confirman que este tipo de prácticas provoca pérdida de memoria a corto plazo", asegura el doctor. Una práctica que podría desaparecer —o al menos minimizarse— si se cambia el sistema de combate por peso.

El principal cambio por el que pelean algunos profesionales, y que incluso llegó a ser propuesto hace unos años sin éxito, es el baremo de pesos: "Que los deportistas fueran pesados varias veces al año para saber dentro de qué rango deben competir", lo que permitiría que el deportista no deba de estar pendiente de pesar 10 gramos más o menos para poder luchar. Pero más allá de ello, el doctor Rodríguez tiene claro qué hace falta para evitar estas situaciones: "Que el deportista esté bien asesorado, y que a su alrededor cuente con profesionales de las ciencias de la salud que le informen de todos los riesgos".