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La madurez tranquila de Sergio Rodríguez
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hace balance de su año en la NBA

La madurez tranquila de Sergio Rodríguez

El jugador tinerfeño descansa tras la temporada NBA, a la que regresó el verano pasado tras seis años en el Real Madrid. Ahora descansa y entrena para llegar bien al próximo curso y al EuroBasket

Foto: Sergio Rodríguez este jueves en Madrid. (EFE)
Sergio Rodríguez este jueves en Madrid. (EFE)

Sergio Rodríguez (La Laguna, 1986) es un tipo feliz. Se nota en cada frase de su pausado discurso. Se expresa casi con tanta claridad con la que juega, y su juego es cristalino. Tras seis años en el Real Madrid, donde lo ganó todo, el verano pasado decidió salir de su zona de confort. En un decisión tomada bastante rápido, pasó del mejor equipo de Europa al peor de la NBA, los Philadelphia 76ers. Volvía a la liga en la que había aterrizado con 20 años una década antes, solo que esta vez lo hacía con su mujer, su hija y un saco de vivencias que le hacían ver todo de una manera diferente.

"La experiencia de haber estado en otras situaciones te da una tranquilidad que quizás antes no tenías: quería las cosas más rápido, tenía menos paciencia", explicó el base este jueves en Madrid en un acto con la prensa organizado por Bridgestone, uno de sus patrocinadores. "Mi relación con los jugadores y los entrenadores ha sido diferente en ese sentido. He podido estar más cómodo y tener más tranquilidad. Ya conocía todo, y eso es diferente. He sido el veterano del equipo y en los años anteriores era practicamente el más joven".

"El balance de la temporada ha sido muy positivo. Estoy muy contento de cómo ha ido el año. He podido hacer cosas diferentes a las que estaba acostumbrado. Aquí la competición te exigía mucho en el día a día, tener que estar continuamente pendiete del partido siguiente porque era trascendental. Allí el ritmo es diferente, la primera parte de la temporada es distinta de la segunda. Me he adaptado bien. Llegar a una institución nueva, con compañeros nuevos, entrenadores nuevos, sistemas de juego diferentes y un equipo que el año pasado había ganado 10 partidos era un reto", reconoció el Chacho. "Pero este año las cosas han ido mucho mejor, se ha visto el gran potencial que tiene el equipo, con muchos jugadores jóvenes que apuntan muy alto. Y personalmente igual: he jugado una época de titular, luego una saliendo desde el banquillo, y he disfrutado en la mayoría de ocasiones de poder estar compitiendo contra los mejores y de poder vivir la experiencia otra vez desde dentro".

En su regreso a la NBA, el canario ha jugado 68 de los 82 partidos de su equipo y ha promediado 7,8 puntos y 5,1 asistencias de media en 22 minutos de juego. Arrancó el curso como titular, pero tras una lesión a finales de diciembre acabó perdiendo el sitio. Hasta de eso saca conclusiones positivas: "Para mí fue un momento importante porque llevaba mucha carga desde la Olimpiada hasta ese momento, y también me vino bien. Aunque las siguientes semanas no fuesen del todo buenas, pude acabar bien el año, que era lo que me había planteado cuando fiché".

"Cuando me fui sabía cuáles eran las condiciones del equipo", explicó el jugador. "A (Jerryd) Bayless lo ficharon para tres años e iba a salir de base titular, (Ben) Simmons podía jugar de cuatro y de base... Pero un poco por las lesiones y por cómo había sido la pretemporada acabé saliendo de titular en los primeros 30 partidos, en los que me encontré muy bien y en los que creo que hubo momentos muy buenos. Le faltaba al equipo un poco de química, de dinámica de grupo, que como es lógico al ser la mayoría nuevos y al tener mucha gente joven era difícil de captar al principio, pero lo fuimos cogiendo a partir de diciembre y enero, que es cuando tuve la lesión".

"Embiid es un jugadorazo"

"Mi llegada a la franquicia fue en un momento de horas bajas. Se habían ganado 10 partidos y anímicamente no se está con las ganas o la alegría de un equipo cuando gana, pero la llegada de (Joel) Embiid fue una inyección de adrenalina muy grande para todos. Es un jugadorazo", explicó sobre el jugador camerunés, la gran revelación de la temporada en la NBA. "Es muy buen tío, listo, y la verdad que ha sido muy bueno para mí y para todos estar con él. Es alguien muy llevadero dentro y fuera de la cancha".

Si va compartir equipo con él la próxima temporada es algo que no sabe, pero ni siquiera la incertidumbre sobre su futuro le quita el sueño. "Firmé un año de contrato con Philadelphia y termino ahora en junio", dice. "Tampoco me quiero obsesionar mucho, porque me quedan dos meses y algo en los que no voy a tener realmente un conocimiento de cómo se va mover el mercado. Es como funciona allí todo, a partir del 1 de julio es cuando se empieza a mover. Mi idea es seguir en la NBA y estar allí varios años. Depende de cómo se den las opciones de mercado valoraré. Es muy difícil, 'a priori', saber qué es lo que vas a querer y qué es lo vas a poder elegir. Quiero estar tranquilo".

Desde esa tranquilidad analiza la explosión de Luka Doncic, pero antes de elogiar el juego del esloveno lo hace con su cabeza: "Vas viendo cuando crece que tiene un grandísmo nivel. Pero no solo de juego, también fuera de la cancha. Es un chico muy maduro, sabe estar. No es fácil la vida que ha llevado estos últimos dos o tres años, siempre con gente mayor, saliendo de su entorno... Lo ha llevado muy bien". Sabe de lo que habla: él también se marchó de casa siendo un niño y compitió contra jugadores que le doblaban la edad en su primera etapa en la ACB.

Quiere jugar el EuroBasket

De aquella época quedan las ganas de jugar y divertirse, todavía presentes en un jugador que ahora ya no es tan impaciente y se plantea las metas a medio plazo. "Es muy complicado, pero al final el objetivo final de todos es ganar. Y claro que me gustaría estar en un equipo que pueda ganar el anillo. Pero quiero aprovechar esta época para descansar y prepararme para las próximas temporadas. Creo que estoy en un momento muy importante de mi carrera, cumplo ahora 31 años, y tengo que darle un respiro al cuerpo y seguir con más ganas".

Ese respiro no implica descartar el EuroBasket, donde Sergio Rodríguez quiere estar. El calendario de la NBA de un equipo que no juega 'playoffs' permite hacerlo todo: descansar, entrenar y jugar con la selección. "Siempre lo digo: poder jugar con la selección española, representar a tu país y sobre todo ir a un Europeo con el equipo que tenemos y las aspiraciones que tenemos son cosas que no podemos desperdiciar", afirmó. Su tranquilidad y madurez tanto dentro como fuera de la cancha le vendrán de lujo a la selección.

Sergio Rodríguez (La Laguna, 1986) es un tipo feliz. Se nota en cada frase de su pausado discurso. Se expresa casi con tanta claridad con la que juega, y su juego es cristalino. Tras seis años en el Real Madrid, donde lo ganó todo, el verano pasado decidió salir de su zona de confort. En un decisión tomada bastante rápido, pasó del mejor equipo de Europa al peor de la NBA, los Philadelphia 76ers. Volvía a la liga en la que había aterrizado con 20 años una década antes, solo que esta vez lo hacía con su mujer, su hija y un saco de vivencias que le hacían ver todo de una manera diferente.

Sergio Rodríguez Selección Española de Baloncesto
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