Curry aparece en la final para dejar a los Warriors a un paso del anillo

Los Golden State Warriors ganaron por 97-108 a los Cleveland Cavaliers en el cuarto partido de la final de la NBA y están a una sola victoria de revalidar el título de campeones. En el primer partido igualado de la serie, Stephen Curry apareció por fin para liderar el triunfo de su equipo. El base, con 38 puntos (7/13 en triples), fue el mejor del encuentro.

Después de tres partidos desequilibrados, dos en Oakland y uno en Cleveland, el cuarto duelo de la final fue el primero que se decidió en el último cuarto. Aunque jugaron mucho peor, los Cavaliers llegaron vivo a los últimos 12 minutos, gracias a los puntos de Kyrie Irving (acabó con 34), el trabajo de Tristan Thompson y el liderazgo de LeBron James (rozó el triple doble: 25 puntos, 13 rebote y 9 asistencias). Entre los tres mantuvieron con vida a los Cavs, pero no pudieron contener el arreón definitivo de los Warriors en el último período.

Golden State apretó el acelerador al final, con Curry y Klay Thompson como estiletes. Entre los dos, que promediaban 28 puntos en la final, una cifra muy baja, anotaron 63 puntos, una actuación que se parece mucho más a lo que han hecho durante toda la temporada. Estuvieron bien secundados por Harrison Barnes (14 puntos y 8 rebotes), Draymond Green (9 puntos y 12 rebotes) y Andre Iguodala (10 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias).

Los Cavaliers, que contaron otra vez con Kevin Love, aunque salió desde el banquillo, tiene por delante una tarea titánica, casi imposible: remontar un 3-1 en contra en una final. Ningún equipo lo ha hecho en la historia de la NBA. Además, que el rival sea Golden State complica la tarea: el vigente campeón no ha perdido tres partidos seguidos en las dos últimas temporadas. El reto para LeBron James y compañía es mayúsculo.