Por esto firmó LeBron James un contrato de sólo dos temporadas

Detrás (o delante) del regreso de LeBron James a Cleveland el pasado verano había algo más que razones baloncestísticas. "Siento que mi vuelta está por encima del baloncesto", dijo el alero de Akron. Al final de su ya famosa carta publicada en Sports Illustrated, James decía que en el noreste de Ohio, lugar en el que nació, se crió y se convirtió en jugador de baloncesto, nadie te da nada y tienes que trabajar para conseguirlo. Aquellas palabras reflejan la actitud de LeBron: sabe que, más allá de su talento, ha tenido que trabajar muy duro para llegar a donde está. Y una vez allí, como ha demostrado a lo largo de su carrera, no va a permitir que nadie se lo quite, ni dentro ni fuera de la cancha.

El 13 de febrero, LeBron fue elegido vicepresidente del sindicato de jugadores (NBPA), un movimiento que otorga a la organización más capacidad de presión a la NBA. No es lo mismo tener que negociar con Roger Mason, exjugador que ocupaba el puesto hasta hace un mes, que con el mejor jugador del mundo. Junto a él, Chris Paul (presidente) y Michele Roberts (directora ejecutiva) son las caras visibles del sindicato.

Roberts, que llegó al cargo en 2014, no ha parado de lanzar mensajes a Adam Silver, comisionado de la liga, con el que discrepa en varios asuntos. Y en uno de ellos, el dinero, ya ha tenido oportunidad de dejarlo claro.

El miércoles, la NBA anunció que la NBPA rechazó supropuesta de suavizar el aumento del límite salarial a partir de la temporada 2016-2017. En la liga estadounidense, los salarios están limitados. Y el límite viene delimitado por los ingresos, que a partir de esa temporada se dispararán por el nuevo contrato de televisión, firmado en octubre, que otorgará a las 30 franquicias tres veces más cada año de lo que recibían anteriormente. Esos 2.600 millones van a provocar que el límite salarial, actualmente en 63 millones de dólares poor equipo y temporada (aunque hay varias excepciones), suba a unos 90. La NBA quería que esa subida no se produjera de una vez en el verano de 2016, pero los jugadores han dicho que no.

Tras los pasos de Michael Jordan

"La NBA y sus jugadores no se ponen de acuerdo sobre qué hacer con un dinero que aún no tienen", comenzaba la agencia AP su noticia sobre la negociación. Los jugadores se han sentido engañados en los últimos meses. Los dueños adujeron pérdidas en el lockout de 2011 y consiguieron unas mejores condiciones a costa de ellos. Pero las ventas multimillonarias de varias franquicias y la salud financiera de la competición han revelado que aquello fue más una pose para ganar la batalla. Por eso los jugadores no han cedido esta vez.

En el verano de 2016 habrá varias estrellas que serán agentes libres: Kevin Durant, Mike Conley, Anthony Davis (restringido) y LeBron James, que puede ser el gran beneficiado. Cuando todo el mundo hablaba de contrato máximo que iba a firma el verano pasado (cuatro o cinco años años -dependiendo de si se quedaba o no en Miami- y unos 20 millones en cada uno de ellos), James tenía otros planes y el nuevo contrato de televisión en mente: firmó por sólo años para poder volver a firmar otra vez en 2016.

Si se cumplen las previsiones que apuntan a un límite salarial de unos 90 millones en la 2016-2017, el nuevo contrato de LeBron comenzaría en una cantidad cercana a los 30 millones, pues el contrato máximo para un jugador con más de 10 años en la NBA puede ser del 35% del límite salarial. Y con el aumento del límite, las cantidades irían aumentando con el paso de las temporadas. Solo Michael Jordan (33 millones en 1997-1998) y Kobe Bryant (30 en 2013-2014) han llegado a esos números.

La temporada 2016-2017, además, puede marcar el final del convenio colectivo firmado en el lockout de 2011. El acuerdo tiene vigencia hasta 2021, pero ambas partes pueden romperlo cuatro años antes. Y las diferencias entre la NBA y la NBPA (no solo en temas económicos, sino también en otros como la edad mínima de entrada a la liga) son importantes. LeBron James, que regresó a Cleveland por algo más que baloncesto, jugará un papel importante en los próximos años en las negociaciones con la liga para evitar otro cierre patronal.