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A Kobe Bryant sólo le queda inflar su ego y emular a Jordan para aliviar su sufrimiento
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sobrepasa los 32.000 puntos en su carrera

A Kobe Bryant sólo le queda inflar su ego y emular a Jordan para aliviar su sufrimiento

Pese a las dificultades por las que atraviesan los Lakers (2-9), el escolta angelino continúa engrosando sus registros individuales. El único consuelo ante la agonía

Foto: Kobe Bryant cocina un fadeaway marca de la casa en la cara de Kent Bazemore.
Kobe Bryant cocina un fadeaway marca de la casa en la cara de Kent Bazemore.

Algún día tenía que cambiar la tendencia. Después de una victoria en diez partidos, los Lakers lograron su segunda victoria de la temporada ante los Atlanta Hawks (109-114). No fue sencillo. Tras desperdiciar una ventaja de 15 puntos, el equipo angelino empezó a jugar con fuego. Sólo un hombre les podía salvar la quema. A falta de 1:11 para la conclusión del choque, y con 102-105 en el marcador, Kobe se sacó de la manga un fadeaway marca de la casa. 2+1 y partido abrochado. Una jugada que nos dejó con un momento que permanecerá grabado en la memoria de todos para siempre. Con esa acrobática suspensión el escolta se convertía en el cuarto jugador en superar los 32.000 puntos en su carrera.

La cuenta se paró en 32.001 puntos, una cifra que le deja a 291 puntos de Michael Jordan (32.292), el tercero en una lista de leyenda que encabeza Kareem Abdul-Jabbar (38.387), seguido por Karl Malone (36.928). Para un hombre a quien siempre se le ha querido comparar con el mejor jugador de todos los tiempos debe ser un alivio poder decir que anotó más que él, aunque fuera en 19 temporadas por las 15 de ‘His Airness’. Atendiendo a los 27,4 puntos que ha promediado en los primeros once partidos de temporada regular, las proyecciones apuntan a que en once partidos podría superarle. Según el calendario, sería durante el partido ante los Sacramento Kings del próximo día 9 de diciembre.

“Significa mucho para mí. No puedo reflejar con palabras todo el trabajo que me ha costado llegar a esta posición y estar preparado para salir ahí fuera y jugar. Es mucho esfuerzo durante 19 años”, comentaba tras el choque en la capital del estado de Georgia. Luego llegó una pregunta con mala leche que abrió la caja de los truenos. Los periodistas le preguntaron que si su condición de ‘chupón’ se había agudizado para alcanzar cuanto antes a ‘MJ’. “Siempre hay algo. Especialmente conmigo. Primero fue lo de que no podría regresar y competir. Ahora que estoy jugando resulta que no estoy jugando lo suficientemente bien. Acabas de decir que estaría en una silla de ruedas y que no sería capaz de jugar. No voy a perder mi tiempo tratando de callar la boca de la gente”, se defendía Bryant, que intenta capear las opiniones contrarias como con garbo.

Acabará su carrera por delante en anotación, pero hasta ahí. Ni ganará el sexto anillo que logró Jordan en 1998 (a no ser que cambien mucho las cosas en dos años) ni podrá ser equiparado a él en ningún sentido. Herederos ha habido muchos, pero Michael Jordan y lo que representó para el mundo en general, y para el baloncesto en particular, sólo uno. "No, nadie puede acercarse a eso. No espero que nadie cambie su estilo, a pesar de que Kobe Bryant lo creó y lo modeló copiando a Michael Jordan. Aunque Kobe fue más allá en lo que a actitud entrenando se refiere. Y sé que Michael probablemente me cuestionaría lo que estoy diciendo". Phil Jackson quiso mojarse en una conversación con el New York Post que dio mucho que hablar, justo cuando desde la ESPN le situaba como el jugador número 40 dentro del ránking global que efectúa cada año. En este sentido, el “son una panda de idiotas” con el que valoró Kobe la decisión ha quedado para la posteridad.

Porque si algo ha demostrado la ‘Mamba Negra’ durante su dilatada trayectoria es que da la cara y asume responsabilidades. En un equipo con tres escuderos (Jeremy Lin, Nick Young y Carlos Boozer) de talla media, es la única referencia, por talento y galones, fiable. "Prefiero conseguir involucrar a mis compañeros cuanto antes. La intención al principio del partido siempre es esa. Pero cuando vas perdiendo por 10-12 puntos, tengo que intentar mantenernos en el partido. La responsabilidad está en mí. Cuando las cosas van bien somos 'nosotros', y cuando van mal, soy yo", declaraba después de meter 44 puntos en 32 minutos (15/34 en tiros de campo) en la paliza que recibieron a manos de los Warriors (115-136).

Así las cosas, ha retrocedido en el tiempo y se ha plantado en 2006 aunque con ocho años más y varias lesiones (rodilla y tendón de Aquiles) en su historial médico. Aquel año, Bryant reventó su promedio anotador con 35,7 puntos por duelo a costa de tirarse hasta las zapatillas (metía 12,2 tiros de los 27,7 que intentaba). En 2014, anota el 38,9% (102/262, o lo que es lo mismo, meter 9,3 tiros de cada 23,8) de sus intentos, el peor porcentaje desde que aterrizó en la liga tras ser elegido en el puesto número 13 del draft de 1996 por los Charlotte Hornets y acabar recalando en los Lakers vía traspaso. Sí, han oído bien: 262 tiros para conseguir 301 puntos. Un despropósito.

Pero su duende se mantiene intacto. Y el equipo californiano lo tiene claro. El pasado curso, tras la grave lesión en el tendón de Aquiles que se produjo en la recta final de la campaña 2012/2013, Bryant sólo pudo disputar cinco partidos. El equipo quedó mermado y cuajó la peor temporada desde que se mudaron de Minneapolis a Hollywood en 1960 (27-65). Sin embargo, desde las oficinas quisieron mantener viva la llama del mito. Sus 36 años no fueron un impedimento para extender su compromiso con el conjunto oro y púrpura durante dos años a cambio de 48,5 millones de dólares.

"Fue una gran inversión para la franquicia. Para mí, vale cada centavo que le estamos pagando y vamos a tener la oportunidad de demostrarle cuánto apreciamos todo lo que ha hecho", opinaba Jeanie Buss, hija del legendario propietario Jerry Buss, novia de Phil Jackson y heredera de una parte de los Lakers tras la muerte de su padre. Una decisión que condicionaba el proyecto deportivo. El propio Kobe asumía hace unos días el valor intrínseco que genera su sola presencia en la cancha. Un elemento con un peso específico determinante para que la franquicia siga siendo la segunda más valorada según el informe anual que publica la revista Forbes.

Kobe no iba a renunciar a sus jugosos emolumentos en favor de liberar masa salarial y fichar jugadores de garantías. La gente le criticaba y le ponía de ejemplo al compacto bloque de los Spurs, donde los estipendios del trío Ginóbili, Parker y Duncan no llegan a los 30 millones en total. Fue cuando Kobe se afanó en esgrimir el argumento del marketing y el alcance de los diferentes mercados dentro de la NBA. "En San Antonio la televisión no da 2.000 o 5.000 millones como aquí, donde tienes una cantidad importante para el tope salarial. La ventaja que tienen ellos es que son los mismos desde hace mucho tiempo. Eso ayuda a la hora de firmar a la baja. Ginóbili, Parker... son una familia y han construido todo a raíz de eso. Tienen el mismo entrenador, el mismo sistema... Yo aquí he tenido un montón de entrenadores distintos, muchos sistemas diferentes... una locura. Me gustaría jugar contra los Spurs en Playoffs una vez más”.

Unos deseos que deberán esperar. Pero por encima del resto, se encuentra Tim Duncan, un coetáneo (draft del ’96 Kobe, cosecha del ’97 Duncan) a quien Kobe sólo puede envidiar. Y eso que sus salarios son la noche y el día. El mejor ala-pívot de la historia firma año a año. Su última renovación le deja cobrando 10,3 millones. Una verdadera ganga. "No puedo expresar lo celoso que estoy de Duncan sobre su estabilidad en la carrera. La mía ha sido todo el rato de subidas y bajadas", se lamentaba en una reciente charla con Los Ángeles Daily News. Porque como suele decirse, el dinero no lo es todo y no siempre es sinónimo de felicidad. “Están siendo momentos complicados. Pero puedes encontrar la belleza durante el proceso”, definió Kobe la victoria sobre los Hawks. Un oasis en medio del desierto. Y es que de seguir con este nefasto recorrido, los Lakers se postulan firmemente como uno de los cuatro peores equipos de la competición.

Algún día tenía que cambiar la tendencia. Después de una victoria en diez partidos, los Lakers lograron su segunda victoria de la temporada ante los Atlanta Hawks (109-114). No fue sencillo. Tras desperdiciar una ventaja de 15 puntos, el equipo angelino empezó a jugar con fuego. Sólo un hombre les podía salvar la quema. A falta de 1:11 para la conclusión del choque, y con 102-105 en el marcador, Kobe se sacó de la manga un fadeaway marca de la casa. 2+1 y partido abrochado. Una jugada que nos dejó con un momento que permanecerá grabado en la memoria de todos para siempre. Con esa acrobática suspensión el escolta se convertía en el cuarto jugador en superar los 32.000 puntos en su carrera.

Kobe Bryant
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