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Se apaga la magia de Steve Nash, el genio que eligió jugar a baloncesto
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las lesiones precipitan su adiós

Se apaga la magia de Steve Nash, el genio que eligió jugar a baloncesto

El base canadiense, de 40 años, 'MVP' en 2005 y 2006, no volverá a jugar esta temporada con Los Angeles Lakers por una lesión en la espalda. Y es muy probable que no vuelva a hacerlo más

Foto: Los problemas de espalda impedirán que Nash juegue en la temporada que está a punto de comenzar (Efe)
Los problemas de espalda impedirán que Nash juegue en la temporada que está a punto de comenzar (Efe)

No era muy probable que un canadiense nacido en Johanesburgo, de padre inglés y madre galesa, desconocido hasta que llegó a la Universidad de Santa Clara en 1992, llegara tan lejos en el baloncesto. Habría sido más normal que acabara siendo una estrella del hockey. O incluso jugador de fútbol, una de sus grandes pasiones. Pero no, Steve Nash decidió que iba a ser jugador de baloncesto. Que iba a jugar en la NBA. Y acabó convirtiéndose en uno de los mejores bases de la historia. “Tienes que diferenciarte de miles y miles de personas de todo el mundo que juegan al baloncesto. Supongo que lo hice trabajando más duro que otras personas y creyendo en mí mismo”.

Ahora, 18 años después de llegar a la NBA en uno de los drafts más cargados de talento que se recuerdan, Steve Nash se ha visto obligado a apartarse por sus problemas físicos. No es un adiós, porque aún no se ha retirado, pero estando en su última temporada de contrato, cerca de los 41 años y con una recurrente lesión de espalda que apenas le ha dejado jugar un puñado de partidos desde que llegó a los Lakers, lo más probable es que no volvamos a ver al genial base dirigiendo el juego de un equipo como sólo el mejor director de orquesta es capaz de hacerlo.

placeholder En Phoenix fue donde Nash brilló con más intensidad (EFE)
En Phoenix fue donde Nash brilló con más intensidad (EFE)

“Estar en la pista esta temporada ha sido mi prioridad, y es decepcionante no poder hacerlo ahora. Trabajo muy duro para estar sano y desafortunadamente el último contratiempo dificulta que pueda jugar al máximo. Continuaré apoyando a mi equipo durante este período de descanso, y me concentraré en mi salud a largo plazo”, recoge el comunicado hecho público por los Lakers el pasado jueves por la noche.

Aunque su fichaje en el 2012 tenía riesgo (un contrato de casi 28 millones de dólares y tres años a un jugador de 38 años seguramente sea la definición de riesgo en la NBA, por muy Nash que seas), los Lakers fichaban a un jugador que aún seguía siendo uno de los mejores bases de la liga. En su último año en los Phoenix Suns había promediado 12,7 puntos y 10,7 asistencias. En las cinco últimas temporadas en Arizona antes de aterrizar en California solo se había perdido 21 partidos, a pesar de llevar tiempo lidiando con problemas de espalda. En Los Ángeles, en cambio, no ha podido jugar 99 de los 164 encuentros de las dos últimas temporadas.

Asistiendo sin parar

De todo lo que ha hecho Nash durante estos 18 años, un aspecto sobresale por encima de lo demás: su capacidad para hacer mejor a sus compañeros. "Para ser un base, especialmente en el sentido tradicional, siempre estás tratando de hacer el juego más fácil para tus compañeros, conseguir canastas fáciles para tu equipo, y tratando ser lo más eficiente posible ofensivamente para tu equipo, y para eso necesitas visión, anticipación, entender a tu equipo, anotar, tempo", explicaba hace unos meses al periodista Mike Trudell.

placeholder Los Spurs fueron la bestia negra de los mejores Suns (EFE)
Los Spurs fueron la bestia negra de los mejores Suns (EFE)

A Nash le cuesta explicar su asombrosa capacidad de dar asistencias, algo que se puede trabajar, pero que tiene gran parte de talento natural. "Incluso desde que empecé a jugar al fútbol y al hockey con 4 o 5 años, era natural para mí pasar el balón y hacer jugadas para los demás". Entre el 2 de noviembre de 1996 y el pasado 8 de abril, Nash repartió 10.335 asistencias, el tercero que más en la historia de la NBA, solo por detrás de John Stockton y Jason Kidd, este último titular en los Phoenix Suns por delante de él cuando llegó a la liga.

Fue en Phoenix, el equipo que lo eligió en el draft, donde Nash hizo historia. Tras un paso por Dallas, donde compartió seis temporadas con Dirk Nowitzki y se hizo un nombre en la NBA, volvió a los Suns para convertirse en una leyenda. Mike D'Antoni mandaba desde el banquillo, pero era Nash el que daba sentido a la locura ofensiva de un equipo que ayudó a cambiar el rostro de una competición dominada por conceptos defensivos. "Nash es el principal culpable de cuestionar muy seriamente el sustrato ideológico que había promovido la NBA durante más de una década hacia una colisión generalizada de las potencias defensivas y su paralela devaluación anotadora (Gonzalo Vázquez, mayo del 2008).

"Tienes que ser creativo y hacerlo divertido"

Aquellos Suns serán recordados durante muchos años como uno de los equipos más divertidos que ha tenido la NBA, que reconoció al base dándole el 'MVP' en los años 2005 y 2006. Nash dirigía una coreografía perfecta, un grupo de jugadores con una idea radical a la que solo le faltó un anillo. Un dato refleja muy bien la influencia de Nash en el juego: durante nueve temporadas (2002-2010), los equipos en los que jugó lideraron la liga en eficiencia ofensiva. Con Nash, eficiencia y diversión se dieron la mano y el resultado fue excepcional.

"Creo que tienes que trabajar extremedamente duro. Tienes que ser creativo y tienes que hacerlo divertido. Tienes que ser lo suficientemente creativo para ampliar tu juego. Pero también para encontrar nuevas formas de inspirarte y hacerlo divertido para que quieras salir ahí fuera todos los días y trabajar duro y encontar una manera de hacerlo más y más y más". Trabajo, creatividad, diversión y eficacia. Todo ello sumado a una gran inteligencia para saber evolucionar e incorporar elementos ajenos. Nash dejó de jugar al fútbol y al hockey a los 13 años para poder jugar al baloncesto con sus amigos, pero supo quedarse con los conceptos que ya había aprendido.

Él es el mejor ejemplo del desarrollo de una carrera deportiva a partir del amor por el juego en particular y por el deporte en general. Y por eso sabe de lo que habla cuando se trata de aconsejar: "Si fuerzas a niño a hacer algo, no le va a gustar lo que hace. Si le das acceso a que desarrolle su propia pasión, va a querer hacerlo durante muchos años. Tengo 40 años y aún me encanta jugar y entrenar. Porque es un hábito y una pasión. Decirle a un niño "Tienes que hacer esto" nunca va a funcionar". Palabra de Steve Nash.

No era muy probable que un canadiense nacido en Johanesburgo, de padre inglés y madre galesa, desconocido hasta que llegó a la Universidad de Santa Clara en 1992, llegara tan lejos en el baloncesto. Habría sido más normal que acabara siendo una estrella del hockey. O incluso jugador de fútbol, una de sus grandes pasiones. Pero no, Steve Nash decidió que iba a ser jugador de baloncesto. Que iba a jugar en la NBA. Y acabó convirtiéndose en uno de los mejores bases de la historia. “Tienes que diferenciarte de miles y miles de personas de todo el mundo que juegan al baloncesto. Supongo que lo hice trabajando más duro que otras personas y creyendo en mí mismo”.

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