Olympiacos y Spanoulis hacen lo de siempre para jugar una nueva final de la Euroliga

El Olympiacos venció al CSKA de Moscú por 78-82 y se clasificó para la final de la Euroliga, la quinta en los últimos siete años. El equipo griego, de la mano de un Vassilis Spanoulis decisivo en el último cuarto, dio una lección de constancia y de confianza en sus posibilidades para remontar un partido en el que había ido por detrás desde el principio. Lo mismo que sucedió hace dos años en la Final Four de Madrid.

En 2015, Spanoulis anotó 11 puntos en el último cuarto. Anotó sus últimos cuatro lanzamientos cuando en los tres anteriores cuartos había fallado los diez que había intentado. Este viernes llegó al último período con solo 4 puntos, todos anotados desde el tiro libre. El Olympiacos, que hasta entonces se había mantenido en el partido gracias a los triples de Papanikolau y Mantzaris, dio la estocada final con 10 puntos de su estrella. No había nadie en el Sinan Erdem que no supiera que Spanoulis iba a aperacer, y el griego lo hizo. Vaya si lo hizo.

No hay en Europa un equipo como el Olympiacos. Lo sabe bien el CSKA, que ha perdido ya cuatro veces contra él en la Final Four. Los rusos tuvieron una mejor puesta en escena. En el primer cuarto dominó gracias a su buena defensa, que dejó a su rival en un 4/19 en tiros de campo. En el segundo, Milos Teodosic, con dos triples consecutivos, comenzó a enseñar la boca, y los colmillos, del lobo estepario ruso a un Olympiacos que luchaba, con más ganas que acierto, por aferrarse al partido al precio que fuera. Un tercer misil del base serbio, 40-27 puso la máxima diferencia para los rusos hasta ese momento del partido. El Olympiacos se salvó por la campana con un triple 'in extremis' de Mantzaris que permitió a los de El Pireo irse a vestuarios con un 40-33 mucho más asumible.

Los griegos subieron el pistón en la continuación aumentando su presión defensiva, lo que les permitió acercarse a cuatro puntos, pero el mayor fondo de armario del CSKA le permitió restaurar la situación y que la ventaja rusa se estabilizara en torno a la decena de puntos. Teodosic y Nando de Colo tomaron el mando anotador de los rusos, mientras que Georgios Printesis se quedó demasiado solo en el ataque griego ante la 'sequía' de Spanoulis. Para empeorar las cosas, Printezis fue al banquillo por cuatro personales, pero dos triples finales de Agravanis y Mantzaris volvieron a dar vida a Olympiacos (64-60).

La presión griega en el cuarto de la verdad hizo que el marcador se estrechase hasta un 65-64 y que Spanoulis consiguiera el empate a 69 a menos de cinco minutos para el final, después de sufrir un tapón de campeonato en los minutos anteriores. Spanoulis apareció en el momento decisivo para sostener a su equipo y para ser el autor de un triple que permitió al Olympiacos ponerse por delante por primera vez (73-74) a falta de dos minutos. CSKA cayó en barrena en esos dos minutos, al tiempo que el Olympiacos emergió como un misil para meterse en la final. Los dioses atenienses aparecieron de nuevo.

Ficha técnica