El Barcelona aprende a sufrir para acabar con la agresividad del Panathinaikos

El FC Barcelona tuvo que tirar de todo su oficio y espíritu de lucha para batir a un Panathinaikos agresivo y jugando con gran potencial físico, pero que se estrelló contra la solidez azulgrana (77-81). Doellman, con 21 puntos y 7 rebotes, y Pleiss, con 15 puntos y 4 capturas, fueron los ejecutores de los de Ivanovic, pero el oficio de Marcelinho y Satoransky en la dirección de juego con la presencia de un Navarro (17 puntos) que tira del equipo, fueron claves de una victoria que permite al Barcelona consolidarse tercero del grupo y mantener opciones para intentar ser primero.

El Barcelona empezó frío y las acciones interiores avanzaron rápidamente a los helenos. El conjunto azulgrana, frenado por una fuerte defensa rival de ayudas, fue centrándose en la suya y, tras un triple de Navarro, paró la progresión del Panathinaikos. Dusko Ivanovic, que había tardado demasiado en devolver a la pista a Batista, pedía tiempo y recomponía a su equipo. La respuesta de Pascual fue rápida con el retorno de Doellman y Tomic y cerrando la defensa con buenas ayudas interiores.

Xavi Pascual cortó la reacción griega con un tiempo acertado y si Navarro ya había puesto a prueba a la defensa ateniense, eran ahora Abrines y Tomic machacando el aro quienes destrozaban la defensa rival abriendo una clara brecha para los catalanes al descanso (32-42). Diamantidis, el cerebro y motor de Panathianikos, empezó a mover mejor a su equipo y, además, el Barcelona empezó a perder balones. Marcelinho entraba por Satoransky, Pleiss por Tomic y Deshaun Thomas por Abrines; el base barcelonista y el propio Pleiss daban aire a su equipo. De Marcus Nelson recortaba y Pleiss mantenía arriba a su equipo.

La presión de la grada del OAKA empezaba a pesar en el arbitraje, pero los de Xavi Pascual controlaban el ritmo del partido y el marcador seguía siendo azulgrana. Llegó la quinta falta de Pleiss y el retorno de Diamantidis junto al relevo de Batista por Lawal. Las defensas se empleaban ya al límite, Doellman se mostraba muy efectivo y Navarro remachaba con su cuarto triple, pero Slaughter y Gist respondían. Todo parecía decidido, pero a falta de 4 segundos, Diamantidis transformaba un triple inverosímil (77-79), aunque Satoransky decidía la victoria con dos tiros libres tras personal (77-81) en un final increíble de un Barcelona que supo sufrir.