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La resolución sobre el canon ACB que puede poner patas arriba el baloncesto español
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la cnmc decidirá en breve

La resolución sobre el canon ACB que puede poner patas arriba el baloncesto español

El dictamen definitivo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que está al caer, puede provocar cambios sustanciales en el panorama del baloncesto nacional

Foto: La ACB se prepara para unos meses muy movidos. (ACB Photo/Mariano Pozo)
La ACB se prepara para unos meses muy movidos. (ACB Photo/Mariano Pozo)

Los problemas no desaparecen ignorándolos. Y por mucho que se intente retrasar una decisión, llega un momento en el que hay que afrontarla. La ACB, y por extensión todo el baloncesto español, lleva más de un lustro aplazando la solución definitiva al problema de los ascensos y descensos. Cada año, con el final de temporada, se ha repetido la misma historia: unos equipos que no pueden subir y otros que descienden y acaban quedándose en la Liga Endesa, que en la práctica se ha convertido en una competición cerrada. Y todo por culpa del canon. Esa situación va a cambiar en los próximos meses, más por la presión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que por iniciativa de la ACB.

El dictamen del regulador es inminente. Este martes, la COPE informó de que la CNMC ha decidido suprimir el canon. Esa decisión es la esperada por todos los estamentos del baloncesto español, que saben que el canon está muerto en su configuración actual. Pero de momento, el dictamen de la CNMC aún no se ha producido. En su última reunión, celebrada el pasado jueves 23 de marzo, la Sala de Competencia, encargada de aprobarlo, no llevó el asunto en su orden del día. Pero no tardará mucho en hacerlo: el plazo máximo de tramitación del expediente son 18 meses, que se cumplen este mes de abril.

El procedimiento de la CNMC comenzó en octubre de 2015, tras una denuncia del CB Tizona de Burgos, que por tercer año renunció a su plaza en la ACB por no poder asumir los requisitos. Entonces, el regulador abrió expediente a la competición "por imponer unas condiciones económico-administrativas a los clubes de baloncesto que adquieren el derecho a ascender de la Liga LEB a la Liga ACB por méritos deportivos, y que no han sido previamente miembros de la ACB, que podrían resultar inequitativas y discriminatorias".

El expediente siguió su curso y en abril de 2016 la CNMC envió a la ACB un pliego de concreción de hechos en el que comunicaba a la competición que sus estatutos incumplen la legislación sobre libre competencia. La entidad reguladora indicaba que las condiciones impuestas por la ACB obstaculizan el ascenso de nuevos clubes y hablaba de una competición fosilizada. La ACB alegó, y a finales del pasado año la CNMC remitió a las partes una propuesta de resolución que incluía también la posibilidad de una multa.

Un canon caducado desde 2012

Lo que se conoce como el canon en realidad se divide en la cuota de entrada y la aportación que cada club que asciende debe hacer al fondo de regulación de ascensos y descensos (además de otros pagos). Ambas cantidades están reguladas por el Convenio de Coordinación entre la Federación Española de Baloncesto (FEB) y la ACB (lo puede consultar aquí), que entró en vigor el 1 de julio de 2008 y está prorrogado desde el 1 de julio de 2012.

Ese documento fija la cuota de entrada en 2.404.048 euros y el fondo en 1.202.024, cantidades que la ACB se comprometió a no aumentar, salvo en la actualización del IPC. Ocho años después, la suma de ambas ya roza los seis millones de euros, una cantidad inasumible para casi todos los equipos de LEB que consiguen la plaza de ascenso a la Liga Endesa. En las últimas cinco temporadas (2011-2016), solo dos equipos han conseguido ascender, y solo uno, el MoraBanc Andorra, lo hizo pagando todo el canon. Como consecuencia, hasta ocho equipos que acabaron en puestos de descenso mantuvieron la categoría. El Estudiantes, por ejemplo, se ha salvado dos veces así.

De manera paralela a la tramitación del expediente por parte de la CNMC, la ACB y la FEB llevan meses negociando un nuevo convenio de coordinación, sin que de momento se sepa nada más allá de que las conversaciones avanzan. Mientras tanto, los clubes de la LEB Oro, segunda división nacional, compiten sin que esté claro cómo podrán ascender. La redacción del apartado de ascensos y descensos en las bases de competición no es definitiva (pág. 8).

Las consecuencias de la abolición del canon pueden ser muy graves. Aunque el dictamen del CNMC solo agota la vía administrativa y es recurrible por vía judicial, la ACB tendría que aplicarlo aunque siga litigando en los tribunales. Si eso sucede, las reacciones de los clubes afectados pueden crear muchos problemas a la liga. Equipos que no pudieron consumar su ascenso como el Palencia, el Ourense o el Melilla pueden plantearse reclamar. Y equipos que lo pagaron, también. Gorka Aixàs, presidente del MoraBanc Andorra, declaró a El Confidencial lo siguiente el mes de febrero: "No me parece mal cambiar la norma, siempre y cuando estemos todos en las mismas condiciones. Si yo he pagado cinco millones y ahora se va a tener que pagar dos millones, uno o cero, tiene que haber una solución para esto".

Todo esto en un momento en el que la ACB debate sobre un cambio de formato y se avecina un nuevo calendario que incluye ventanas para las selecciones. Los próximos meses serán decisivos para el baloncesto español. Ni la ACB ni la FEB podrán seguir aplazando la solución de uno de sus principales problemas.

Los problemas no desaparecen ignorándolos. Y por mucho que se intente retrasar una decisión, llega un momento en el que hay que afrontarla. La ACB, y por extensión todo el baloncesto español, lleva más de un lustro aplazando la solución definitiva al problema de los ascensos y descensos. Cada año, con el final de temporada, se ha repetido la misma historia: unos equipos que no pueden subir y otros que descienden y acaban quedándose en la Liga Endesa, que en la práctica se ha convertido en una competición cerrada. Y todo por culpa del canon. Esa situación va a cambiar en los próximos meses, más por la presión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que por iniciativa de la ACB.

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